Las palabras sobran cuando la bronca aumenta en forma proporcional a la desigualdad, la injusticia, la abundancia de unos pocos. Las barrios de Buenos Aires despiertan deseos irremediables, de cambiarlo todo
Viernes 16 de agosto de 2019 11:16
Acuarela: Yo Canibal
Nos quieren sumergir
En la falsa tranquilidad
Del tortuoso cotidiano
El domingo en el microcentro
Es una radiografía de ello
Detenerse y oír:
El rumor de familias plebeyas
Y lo ajeno de sus ojos
Ante la agenda teatral
El grito del linyera borracho
Y su estómago decrépito
Ante el combo del día de MC
El zumbido de carteles de neón
Vendiendo cínicas promesas:
La casa propia
Bajo los colchones mojados
De mujeres y niñes descalzos
Los viajes por el mundo
Mientras el pibe pasea con la novia
Y cuentan el mango para cargar la sube
" Estudiá en universidad privada"
Como un escupitajo
A las mochilas fluorescentes
de los pibes en dos ruedas
Acá está la grieta
dos mundos
El nuestro
Y el de ellos
Artificial
Ilusiorio
De plástico
Las promesas de campaña
Y el roer de las ratas empresarias
Y Dios comiendo en la mesa del patrón
Como diría el poeta cantor
La rabia creciendo en mi garganta
Como ebullición
Mientras deseo tirar abajo el obelisco
Y que caiga
En lo más profundo
De esta grieta
Y con él
Que caiga el mundo de los ricos
Que se encienda con el magma del centro de la tierra
Y toda esta falsa tranquilidad
Y que emerja nuestro mundo
Porque sí
Porque somos más que ellos
Que los teatros no sean ajenos
Que la universidad no sea ajena
Que se llenen todas las panzas
Todas las risas
Todos los besos
Todos los abrazos
Que el tortuoso cotidiano
Se esfume como soplo en el aire