Es sábado, son las 9 de la mañana y estamos en la estación de “Aristóbulo del Valle” de
la línea Belgrano Norte. Estamos llevando las ideas de la campaña, diría “agitando”,
aunque tengo la impresión de que a veces la rutina nos hace perder la noción de qué es
agitar. Agitar en una época “agitada” pero que en el día gris parece tranquila. No sé si
estamos agitando, aunque creo que deberíamos.
Domingo 9 de julio de 2023 16:42
Se para una señora de unos 60 años y me dice: “siempre vienen y después les va mal”. Y en ese segundo al que a veces respondo rápido y a veces me deja sin palabras, le digo: ¿a quién le va a ir mal? ¿A nosotros?, ¿o a las grandes mayorías? .
Quizás se sorprende, no creo que esté entre las ganadoras de estos años y ahí hablamos un poco de los últimos 50 años de la Argentina, de por qué en los 70 con un bajo porcentaje de desocupación y también de pobreza, con otra deuda externa, se creía que se podían cambiar las cosas y después cómo la dictadura vino a poner en caja eso.
El paro de colectivos del viernes mostró la fuerza que tienen los trabajadores que son quienes mueven la economía. La potencialidad oculta de esa fuerza, tiene que ser parte de las discusiones, más allá de las particularidades del paro, lo que subyace es esa fuerza con potencialidad de emerger.
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Sigo, pienso la época y la contradicción entre una situación objetiva nunca vista, pobreza y desigualdad social, entre lo que se ve, los datos fríos y la subjetividad, que no es mas que la lectura de los datos que en general se degluten vía la ideología de quien manda, por eso la culpa de los males en general es de los sufrientes. La lectura de los ideólogos de la sociedad se hace carne en las grandes mayorías.
Son las 11, la espalda ya me duele; tengo una rectificación que me acompaña y se hace presente; se queja, se pregunta qué estamos haciendo “si nos va a ir mal”. Le contesto que tenemos a Myriam, a Nico y a cientos de compañeras y compañeros, que ha dado sobrados ejemplos de coherencia de siempre estar del lado de los trabajadores y en las calles, en cada lucha. Me da para un rato más, un voto de confianza.
En eso pasa una pareja de jubilados, y nos dicen que en su familia tenemos 5 votos, que ellos eran peronistas de toda la vida, pero que esta vez “vamos con ustedes”, que “la están peleando todos juntos porque está re difícil, que eso los unió, pero que esperaban otra cosa”. “Si Massa va a cambiar las cosas, por qué no lo hizo ahora”.
No me une a la militancia una cuestión del tipo moral, no vuelvo a mi casa satisfecho conmigo mismo, pienso en la primera señora, y digo que sí, que probablemente nos “vaya mal”, pero la pongo de nuestro lado, bien sé que cuanto mejor nos vaya en ese recuento globular de fuerzas que son las elecciones mejores vamos a estar los trabajadores y los sectores populares para enfrentar lo que viene. Bien sé también que como demostró Jujuy, las elecciones son una estación, una foto, donde ellos sonríen, pero como se demostró, también en Jujuy, no hay que fiarse tanto de las fotos y que si nos organizamos los perdedores, los que nos va mal, tenemos chance y esa es la tarea.
Quizás, como pensará un lector intencionado, será una lectura para darme ánimo, en la lejana Vicente López, pero tampoco me parece mal hacerlo.
