El 23 de abril las calles de Hannover se colmaron con 90.000 personas movilizadas contra el Tratado de Libre Comercio Trasatlántico (TTIP por sus siglas en inglés) entre la UE y los Estados Unidos.
Martes 26 de abril de 2016
El motivo fue la visita del presidente estadounidense, Barack Obama, a la ciudad alemana. Allí inauguró la Feria Industrial de Hannover y dialogó con la Canciller alemana, Angela Merkel, sobre el Tratado de Libre Comercio. La negociación, que se desarrolla en secreto desde hace casi tres años, tiene por objetivo liberalizar el mercado y reajustar normas sociales, medioambientales y laborales. El Tratado garantizaría protección a las inversiones, permitiendo a las empresas multinacionales demandar a los Estados frente a Tribunales arbitrales a causa de la posible pérdida de beneficios debido a las regulaciones.
Los manifestantes llegaron en buses y trenes provenientes de toda Alemania. Una organización de agricultores de Wendland arribó con una gran columna de tractores. Su crítica se centró en el temor de que, con el Tratado, se pierdan los estándares alemanes en los alimentos y ciertos derechos laborales. La protesta no fue llevada adelante solamente por la izquierda reformista y los sindicatos. Hablaron también representantes de sectores medios empresariales, quienes temen que un fortalecimiento de la gran industria haga caer su peso sobre la pequeña burguesía.
En ese sentido, fueron poco formuladas críticas a las políticas neoliberales del gobierno alemán. Casi no existió mención al hecho de que el gobierno germano, aún sin la puesta en práctica del Tratado de Libre Comercio, ya recortó los derechos de los sindicatos e impulsa privatizaciones y recortes en el área social.
Solo algunas pocas organizaciones de izquierda más radical criticaron la política económica y guerrerista del imperialismo alemán. Pero su voz fue más bien minoritaria en medio de consignas más frecuentes contra los “pollos con dióxido de cloro” (proceso al que someten la carne avícola en Estados Unidos) u otras como la ilusoria por una “economía de mercado social”.
En contraposición a la gran demostración del pasado mes de octubre en Berlín, en esta ocasión los organizadores sí se delimitaron claramente de las posiciones de la derecha. Con ese objetivo publicaron en su sitio una declaración:
“Las críticas al libre comercio hechas por la derecha se apoyan en motivos nacionalistas, en la marginación y la desvalorización de lo extranjero (…) Rechazamos esas posiciones racistas del populismo de derecha y “antiamericanas”. Los miembros de Alternativa por Alemania (AfD), del Partido Nacionaldemócrata (NPD) y otros grupos que no compartan nuestros principios de solidaridad, son expresamente indeseados en nuestras movilizaciones".
A pesar de ello, los organizadores debieron quitar una bandera racista que representaba al presidente Obama como un mono. La extrema derecha de AfD llegó con un autobús y repartieron volantes convocando a una marcha contra el TTIP para el día siguiente, convocada por “Stopp TTIP, yes we can”