No podremos erradicar la opresión de género sin luchar por terminar con un sistema de explotación de una pequeña minoría de capitalistas sobre la mayoría de la humanidad, que refuerza nuestra opresión como mujeres.
Martes 3 de mayo de 2016
Actualmente, el capitalismo ha desarrollado nuevas formas de oprimir y violentar a millones de mujeres trabajadoras, pobres y diversidad sexual alrededor del mundo, siendo cada vez más espeluznantes los tipos de violencia de género que se ejercen contra nosotras: las oprimidas, explotadas, acosadas, violadas, reprimidas, golpeadas, asesinadas y relegadas por esta democracia para ricos.
Sin embargo, tal cual como lo hicieron las mujeres que encabezaron las revueltas de la harina, las mujeres de los barrios pobres de París que encabezaron la Revolución Francesa, las comuneras de 1871, las obreras textiles de principios del siglo XX, las mujeres en la Revolución Rusa, y tantas otras luchadoras que se levantaron ayer contra la opresión y explotación de las mujeres; hoy, Pan y Rosas Teresa Flores, se sigue organizando por esa lucha histórica. Hemos sido protagonistas, en nuestras casas, lugares de estudio, trabajo y poblaciones, de diversas acciones para erradicar la brutalidad y toda la barbarie de este sistema capitalista y patriarcal, que produce un profundo sufrimiento y miseria para millones de seres humanos en el mundo.
Luchamos por los derechos de las mujeres trabajadoras, para obtener igual salario por el mismo trabajo, no más trabajo inestable y no más subcontratación. Por los derechos para las madres trabajadoras: por derecho de posnatal, salas cuna y jardines infantiles gratuitos, garantizados por la patronal y el Estado. Hemos sido organizadoras de las comisiones y secretarías de género a nivel nacional en decenas de universidades del país y en lugares de trabajo.
"En la actualidad, las trabajadoras ganamos menos que los hombres por el mismo trabajo, vivimos la doble jornada laboral, en nuestra casa siendo madres y trabajadora. No tenemos derechos maternales efectivos, vivimos el yugo de la subcontratación, lo que no permite nuestra sindicalización, además de ser abusadas en la calle y en el trabajo, no contamos con derechos sexuales y reproductivos plenos, por lo que nuestra vida está marcada por la violencia machista. Ante esto, la clave de nuestra lucha es la unidad entre mujeres, feministas, trabajadoras y estudiantes", manifiestan trabajadoras de Correos de Chile y de Pan y Rosas, que vienen organizando activamente el Encuentro.
Luchamos contra el acoso sexual, por anticonceptivos libres, gratuitos y de calidad para todas las mujeres que los requieran. Por el derecho al aborto legal, libre, seguro y gratuito para toda mujer que lo requiera. Todo esto garantizado por el Estado.
Bárbara Brito, concejera FECh e integrante de la SESEGEN FECh nos comenta lo siguiente: “Nosotras luchamos por la organización de las y los estudiantes contra la violencia de género en la universidad y en la sociedad entera, como lo venimos haciendo en la lucha contra el acoso sexual desde la SESEGEN FECh junto a decenas de compañeros y compañeras, y organizando activamente la marcha del 8 de marzo, una de las más masivas de los últimos años e incluso actualmente, impulsando el Encuentro Nacional de Mujeres y Diversidad sexual. Levantamos secretarías de género en todos nuestros lugares de estudio potenciando la creación de nuevas secretarías que puedan tomar en sus manos la lucha contra la violencia machista, el acoso sexual y el aborto libre, legal seguro y gratuito".
Nancy Lanzarini, vocera del cuerpo de delegados Pedagogía en Lenguaje y Comunicación y Facultad de educación, de la Universidad de Antofagasta, se organiza “por #Niunamenos, dando la batalla de impulsar organismos estudiantiles y de funcionarias, que nos permitan discutir las temáticas de género y sexualidad, como es la Secretaría de género y sexualidades (Segesex), que ya la venimos impulsando hace 2 años en la Universidad de Antofagasta, ya que estos son los espacios que nos permiten organizarnos, luchar por nuestros derechos, principalmente por la educación no sexista y no más acoso en el aula".
Lilith Herrera, activista trans de Pan y Rosas, integrante Codymu UPLA nos dice que "desde mi experiencia, la batalla contra la lesbotransfobia se hace real, con la organización colectiva. En el caso de la Codymu de la Universidad de Playa Ancha, nos enfrentamos a la misoginia, machismo, discriminación a nuestras orientaciones e identidades; pudiendo levantar campañas importantes: una de ellas, el Acoso Sexual es Violencia. Debido a lo cual nos hemos ganado un lugar de importancia en la universidad, convirtiéndonos, en el puntal de la lucha contra toda esa moral conservadora y prácticas machistas que poco a poco, le han ido cediendo terreno, a nuestras voces cada vez más tronantes".
Estas batallas son algunos ejemplos de la gran lucha que nos proponemos como agrupación internacional de mujeres y diversidad sexual, por la erradicación total de todo tipo de violencia de género y por generar un amplio movimiento de mujeres trabajadoras, estudiantes y de la diversidad sexual, ligando nuestras reivindicaciones con las de la clase obrera y el movimiento estudiantil. No podremos erradicar la opresión de género sin luchar por terminar con un sistema de explotación de una pequeña minoría de capitalistas sobre la mayoría de la humanidad, que refuerza nuestra opresión como mujeres. Desde aquí luchamos por cada demanda en una perspectiva de clase y anti-capitalista, para conquistar un mundo donde seamos todos humanamente diferentes, pero socialmente iguales.Construimos Pan y Rosas en las salas de clases, en las fábricas y universidades, para que emerja una fuerza que quiera conquistar en las calles nuestras demandas y abrir una perspectiva independiente de las y los trabajadores.