Un joven vendedor ambulante originario de Senegal ha quedado ingresado en el Hospital de San Pablo tras ser agredido en una nueva acción de la Guardia Urbana de Barcelona contra los manteros.
Miércoles 27 de julio de 2016
Ndiaw Diakhompa, un joven senegalés dedicado a la venta ambulante como único medio de subsistencia, ha sufrido la dura carga de la guardia urbana en otra contundente acción contra los manteros.
El incidente se produjo poco antes de las 22h. Un testigo de los hechos explicaba que fue muy fuerte “sacaron las porras extensibles y les pegaron mucho junto a las escaleras del metro".
La lesión es en la pierna y tuvo que ser operado posteriormente en el Hospital del Mar. La víctima asegura que fue como consecuencia de una agresión de un agente de paisano. “Yo pude esconderme detrás de un quiosco en el momento que cargaron, pero después llegaron y me pegaron fuerte en la pierna, caí y me hice mucho daño. Les dije que tenía la pierna rota pero no le dieron importancia”, relata el chico estirado en la camilla del centro médico.
Un transeúnte pudo fotografiar el momento en que Diakhompa estaba tendido en el suelo y los policías de paisano lo rodeaban y uno de ellos que lo sujeta del brazo es el que la víctima señala como presunto agresor.
Fuentes del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes aseguran que hay más vendedores heridos por golpes de porra extensible, pero por miedo de ir al hospital se han quedado en casa.
Estos hechos han sucedido la misma semana en que SOS Racisme ha hecho público un informe avanzado por el diario digital Critic, donde se detallan hasta 36 casos de agresiones o abusos contra manteros con claros componentes racistas por parte de la Guardia Urbana de Barcelona desde al año 2010.
La Barcelona de acogida, de igualdad de derechos y oportunidades muestra su lado más inhumano atacando duramente a aquellos que no tienen otra opción que la venta ambulante como medio de subsistencia.
Sobre los trabajadores inmigrantes cargan las porras policiales, las detenciones y las torturas. Mientras los verdaderos ladrones cuentan con toda la ayuda del ayuntamiento. Se abrió la puerta para los explotadores del MWC, se engañó a los compañeros de Movistar que lucharon más de tres meses firmando más acuerdos con Telefónica o se ataca el derecho a huelga de los compañeros de metro.
No se puede pretender ser una alternativa a la tan odiada casta y luego llevar adelante una política represiva que deje a la de la casta pequeña, cuando se decía que los intereses de la gente deberían ir por delante.