La última encuesta del CIS sitúa a la migración como el principal problema percibido por los españoles. ¿Pero qué hay detrás de esto realmente?
Viernes 20 de septiembre de 2024
Lo primero que hay que señalar es que, si entras a la noticia y lees la encuesta completa, justo después especifica que en lo que perciben como problemas que más les afectan “personalmente” la inmigración baja a quinto lugar, y el ranking lo lideran los problemas económicos, la sanidad, la calidad del empleo y la vivienda (en ese orden). Pero esto no vende tanto como titular de noticia. Por no hablar de la “imparcialidad” del CIS, que lleva años, por ejemplo, sin preguntar por la corona. Pero bueno, sigamos.
El resultado de la encuesta es directamente consecuencia de toda una campaña racista, política y mediática, de criminalización y deshumanización de las personas migrantes, tanto por parte de los medios hegemónicos como de las organizaciones y partidos de extrema derecha, que se ha encargado de difundir toda clase de bulos y mentiras que refuerzan este discurso.
Pero lo que demuestra realmente la encuesta es cómo este discurso, este marco político marcado por ideas racistas y de extrema derecha en general, se establecen como la base del debate. El tablero político se va moviendo cada vez más a la derecha y se normalizan y legitiman ciertos discursos de odio. Y esto no es solamente culpa de la derecha.
Lo del CIS es para reflexionar. Sobre el papel de medios y extrema derecha? Sí. Pero principalmente sobre las políticas migratorias profundamente racistas de la UE y del gobierno "progresista". Convierten en normalidad reprimir, militarizar fronteras y abandonar en el mar. pic.twitter.com/jDKVmhqftZ
— Lucía Nistal (@Lucia_Nistal) September 19, 2024
La política de la Europa Fortaleza de la UE, que en el estado español ha sido perpetuada por los gobiernos progresistas como el de PSOE-Sumar o el anterior PSOE-UP, convierten en normalidad la represión de personas migrantes, el abandono en el mar, o la militarización hasta los dientes de las fronteras. Sucesos como la masacre de Melilla o el reciente arrollamiento de una barca con personas migrantes por parte de una lancha de la Guardia Civil en el Mediterráneo pasan impunes, porque es “preferible” este “mal menor” antes de que gobierne la derecha. Por no hablar de otras políticas abiertamente derechistas realizadas por estos dos gobiernos progresistas, como la apertura de un nuevo CIE, la no derogación de la ley de extranjería (a pesar de las incontables promesas), la paralización de la ILP para la regulación de 500.000 personas migrantes, o la persecución y represión de las personas migrantes por parte de las fuerzas de seguridad del estado.
Todo esto va en línea con la política de la Unión Europea, que se materializa en el último Pacto de Migración y Asilo -propuesto y aprobado bajo la presidencia española con Pedro Sánchez, por cierto. Un pacto que facilita las devoluciones en caliente, la externalización de las fronteras y la represión, y que vulnera directamente el derecho de asilo.
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Reflejo de esto también es la reciente gira de Pedro Sánchez por varios países de África occidental. En las primeras declaraciones, Sánchez habló de la migración regular y propuso incentivar la “migración circular”, es decir, que personas migrantes vengan al Estado español a ser explotadas en los peores trabajos y los más precarizados, para después volver a sus países de origen.
La propuesta, directamente pensada para servir a los intereses capitalistas españoles y es práctica habitual de los distintos gobiernos imperialistas, fue sin embargo tergiversada y criticada de manera racista por las derechas del PP y Vox, acusando al líder del PSOE de realizar un “efecto llamada” y de no hacerse cargo de la migración irregular. A lo que Sánchez respondió nuevamente asumiendo esta agenda racista de las derechas planteando la necesidad de nuevas deportaciones masivas de migrantes sin papeles. El culmen de la irracionalidad imperialista y capitalista es que todo este discurso lo diese en países donde miles y miles de personas se ha visto obligada a migrar porque la pesca, que era su principal fuente de alimento y sustento, ahora resulta imposible por todas las grandes pesqueras europeas que ocupan sus costas.
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Mientras la extrema derecha culpa a las personas migrantes de que la gente no tenga casa porque vienen a okuparla, o de que tu abuela se va a quedar sin pensión porque las personas migrantes vienen a robarse las ayudas, tenemos a gobiernos supuestamente progresistas que no hacen nada para parar los desahucios ni regular el alquiler, que buscan ampliar la edad de jubilación, o que dejan infrafinanciados los servicios públicos en pos del gasto militar y el fortalecimiento de las fronteras.
Por esto decimos que, ante los discursos racistas y xenófobos de la extrema derecha no nos sirve confiar en los gobiernos que se dicen “progresistas” pero aplican políticas de derecha y racistas con una “cara amable”. Contra un sistema y unas instituciones que culpan a las personas migrantes de los fallos de un sistema represor y desigual, nos organizamos desde abajo, la clase trabajadora, las migrantes y el resto de sectores oprimidos.