Luego de que salieran a luz otras cinco cuentas en el exterior del diputado Eduardo Cunha (PMDB), aliados del presidente de la cámara baja hicieron una maniobra para que el procesamiento vuelva al punto de partida.
Viernes 5 de febrero de 2016
El martes 2/2 se hizo pública la decisión del vicepresidente de la Cámara, Waldir Maranhão (PP de Pará), que acató el recurso del diputado Carlos Marun, correligionario de Cunha, en el que alegó que después del cambio de relatores del proceso (determinada por el mismo Waldir Maranhão), la defensa debería haber tenido más tiempo para analizar el tenor del parecer dado por el diputado Marcos Rogério (PDB de Tocantins) que fue en el mismo sentido del dado anteriormente por Fausto Pinato (PRB de San Pablo), por la continuidad de las investigaciones.
Waldir Maranhão decidió anular la decisión del Consejo de Ética que aprobaba la continuidad del proceso de investigación de Cunha por quiebre del decoro parlamentario. Y por vía del despacho firmado el 22 de diciembre y publicado este martes, dio a Cunha el derecho de presentar nueva defensa al Consejo de Ética, a los parlamentarios la reapertura de la discusión del parecer y a los aliados del presidente de la cámara de diputados el derecho de pedir vista del proceso antes de la nueva votación, alargando todo el proceso y dejando claros los intercambios de favores y privilegios entre los representantes de los partidos conservadores y de la burguesía.
Cunha además protocoló en la Comisión de Constitución y Justica (CCJ) un recurso para que sea anulado todo el proceso que lo investiga.
A través de maniobras de procedimientos en el Congreso, Cunha espera librarse de los procesos en su contra y mantenerse en el puesto. Para eso, juega con los intereses del gobierno de Dilma en sacar del congreso la amenaza del impeachment (destitución), para poner en el centro la profundización del ajuste y los intereses de la oposición.
Comentando esta situación, Marcelo Pablito, dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Universidad de San Pablo, afirmó que “no tenemos ninguna esperanza de que por la vía de los consejos de ética del Congreso podamos tener algún progreso, ya sea en la lucha contra la derecha, contra los privilegios de los políticos o contra los corruptos. El Supremo Tribunal Federal también ya mostró innumerables veces que está lejos de ser apolítico o técnico, sino que es parte de la misma casta que domina el Congreso. El único camino es el de la movilización de los trabajadores y de la juventud, para imponer, por ejemplo, la revocabilidad de todos los políticos por sus electores y la elección de los jueces por el voto popular y no por indicación, como se hace actualmente”.