En la última reunión de la dirección del PT, el presidente Lula señaló como agravantes de la crisis política en curso, la dificultad que supone sostener un gobierno de coalición y el cambio del discurso de Dilma pos-elecciones, para en realidad esconder la política que defiende desde hace años.
Sábado 31 de octubre de 2015
En la reunión del directorio nacional del PT realizada este jueves (29), el ex presidente Lula señaló como agravante de la crisis política, la dificultad que implica sostener un gobierno de coalición y el cambio del discurso de Dilma después de las elecciones.
Lula dijo que la “construcción de una coalición amplia con varios partidos que, ideológicamente son considerados conservadores o de derecha, también contribuye a prolongar la crisis”, haciendo parecer que el “problema son los otros”, sin señalar cuáles son las reales diferencias entre la actual política neoliberal de ajuste fiscal, que Lula defiende con todas sus fuerzas, y las pautas que los grupos conservadores han defendido históricamente.
Ciertamente, lo que Lula no dice ni el PT ni su base aliada ni la oposición de derecha es que la crisis está siendo descargada sobre las espaldas de los trabajadores.
Haciendo gala de un estilo del quien piensa que “el brasilero tiene poca memoria”, Lula hace uso de toda una fraseología para continuar siendo el mayor articulador de este gobierno: “Tuvimos un problema político serio, porque ganamos la elección con un discurso y después de las elecciones tuvimos que cambiar nuestro discurso y hacer aquello que decíamos que no íbamos a hacer”, como si Lula mismo no hubiese gobernado para los ricos durante sus dos mandatos y que Dilma no hubiese seguido sus pasos desde el comienzo.
Estratégicamente pensando cómo mover las piezas de su tablero, el ex presidente afirmó: “Es con esta gente que tenemos que gobernar. Y son esos compañeros los que tienen que participar del gobierno para que podamos construir no solo nuestro gobierno, sino nuestra mayoría dentro del Congreso”, refiriéndose a “compañeros que piensan igual que nosotros”.
Pero, como práctica y criterio de la verdad, Lula tendría que decir claramente quiénes serían esos compañeros que piensan como él, considerando que desde hace varios años quienes lo vienen acompañando a través de acuerdos y articulaciones políticas de por medio, son los políticos de la derecha tradicional acusados de negociados y actos de corrupción como Maluf, Cabral, el ex presidente Collor de Mello, Sarney, entre otros.
Concluyendo, el ex presidente afirma que “lamentablemente es así la vida política del país en un régimen de coalición”, como si estuviese por fuera del gobierno y no en la posición que de hecho ocupa como capitán de un equipo que aplica los ajustes, articulando las posiciones necesarias para que cada jugador cumpla su parte en eliminar derechos a los trabajadores.