Como parte del Coloquio de Marxismo Internacional con motivo de los 150 años de la publicaciónde “El Capital” en la ENAH, se realizó la tercer conferencia a cargo de Paula Bach en México.
Jueves 12 de octubre de 2017 23:18
Puedes escuchar la conferencia completa aquí
Las nuevas tecnologías no han sustituido la fuerza de trabajo, más bien han sido implementadas para aumentar las ganancias de las multinacionales y empobrecer a las masas trabajadoras.
Aunque la tesis del “fin del trabajo” es ya vieja, de la década de los 80´s, ahora vuelve a tener resonancia por los avances tecnológicos y el empleo de robótica en la producción. Con el avance de la tecnología, aunque se destruyó gran cantidad de empleos, el trabajo explotado por el capital terminó duplicándose gracias a la restauración capitalista en los ex estados obreros, planteó Paula Bach en la Conferencia Magistral “Nuevas tecnologías, robótica, crisis capitalista”.
Existen dos posiciones en el debate de las nuevas tecnologías. Por un lado, la visión “tecnoptimista”, dice Paula Bach, considera que las nuevas tecnologías van a generar un salto en la productividad y esto producirá una revolución tecnológica. Sus efectos serán, reducir el valor de los bienes producidos y tendrán un efecto negativo en el empleo de fuerza de trabajo porque eliminarán “7 millones de puestos de trabajo”.
Por otro lado, la visión “tecnopesimista”, planteada por Robert Gordon, uno de los exponentes más importantes de esta posición, señala que el auge de la productividad fue durante la posguerra hasta los años 70 y en las últimas décadas no ha alcanzado a recuperarse, con niveles inferiores al 1%, en comparación con la posguerra con un crecimiento de 4%, por lo que es difícil pensar en una revolución tecnológica ahora.
Las guerras mundiales del siglo XX, sobre la base de la destrucción de las fuerzas productivas y las altas inversiones en la industria bélica permitieron a la económica estadounidense frenar el estancamiento secular y producir un salto en el productividad en las siguientes tres décadas.
En el último tiempo, la única revolución tecnológica, compara con los grandes inventos de finales del siglo XIX, de acuerdo a Robert Gordon, ha sido la fusión de la informática y la telefonía celular, impactando en la tasa de crecimiento de Estados Unidos aunque sin recomponerla.
En el mainstream, la nanotecnología, la biotecnología, la robótica y la inteligencia artificial, han extendido la idea de la superación del trabajo humano por el de las máquinas, estimando que en algunos años, la técnica en el capitalismo dominara la producción sin la fuerza del trabajo, anunciando que la ciencia ficción ha alcanzado nuestra realidad.
Sin duda, argumenta Paula Bach, aunque las nuevas tecnologías han avanzado en su implementación, aumentando la productividad y los niveles de plusvalor, no lo han hecho sustituyendo la fuerza de trabajo, sino que se ha deslocalizado, trasladando esos puestos de trabajo a otros lugares del mundo, bajando los salarios, permitiendo mayor extracción de excedente y, a su vez, generando masas crecientes de desocupados. México, Vietnam, Bangladesh, China, son un claro ejemplo.
Así es como masas crecientes de asalariados han sido incorporados, paralelamente al empleo de nuevas tecnologías, en condiciones de precarización aumentando las ganancias para las multinacionales.
Mientras la producción de mercancías aumenta estrepitosamente y se diversifica con el empleo de las nuevas tecnologías, crecen las masas empobrecidas por la disminución del salario y la flexibilización laboral. El empleo de la técnica en el capitalismo, vuelve a demostrar las profundas contradicciones del sistema, el beneficio del gran capital sobre la base del empobrecimiento de las masas.
Poner las nuevas tecnologías al servicio de la humanidad y no de la valorización del capital, podría reducir la jornada laboral a 4 horas. “La robótica y las nuevas tecnologías pueden ser instrumentos para liberar a la humanidad, pero sólo se puede hacer desnaturalizando el capital, cuestionar la ganancia capitalista y pensar en un cambio de sistema”.