La actividad económica en Brasil cayó nuevamente en junio según el Banco Central, una tendencia a la recesión que se reafirma este año y agrega preocupación a la marcha de la economía Argentina.
Jueves 20 de agosto de 2015
El índice de actividad económica IBC-Br del Banco Central de Brasil cayó un 0,58 por ciento en junio frente a mayo, informó el banco.
Sobre la base de ese resultado, la economía brasileña se habría contraído un 1,89 por ciento en el segundo trimestre frente al primero, según cálculos de Thomson Reuters. Y este mal resultado se suma al descenso del 0,88 por ciento durante el primer trimestre del año.
El índice IBC-Br es una medición de la actividad en los sectores agrícola, industrial y de servicios y es un indicador temprano de tendencias para las cifras del Producto Interno Bruto (PIB) publicadas más tarde por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
El IBGE publicará resultados de la actividad económica del segundo trimestre el 28 de agosto.
Si se confirman los datos oficiales, las contracciones mostrarán lo que los economistas ya sabían: la economía brasileña luego de dos trimestres consecutivos de caída de la actividad ha ingresado a una recesión.
Un sondeo semanal del Banco Central publicado el lunes mostró que los analistas esperan que la economía de Brasil se hundirá un 0,15 por ciento el próximo año, siguiendo una aguda contracción de más de un 2,0 por ciento prevista para este año.
Luego de ser reelecta en octubre, la presidenta Dilma Rousseff recortó gastos y elevó impuestos para volver a obtener la confianza del mercado, como parte de una política de ajustes acorde a las demandas de los organismos financieros y grupos económicos multinacionales.
El resultado de este plan neoliberal es un salto en la desocupación casi al doble rozando el 8%, solo en la industria automotriz hubo 14.000 despidos este año, junto a un fuerte recorte del gasto público y devaluación del real que ya supera el 20% en el año, provocando una suba de la inflación anual que se espera supere el 9 por ciento.
La marcha crítica de la economía de Brasil despierta señales de preocupación en la Argentina que tiene al gigante carioca como su principal socio comercial. La devaluación del real, la recesión brasilera junto con la devaluación del yuan, además de condicionar la venta de los productos de Argentina al exterior, adelantan una presión devaluadora sobre el peso, al menos del 40%, según indican algunos analistas. Así como en Brasil y se demostró a lo largo de la historia, la salida devaluadora es una medida de ajuste sobre el bolsillo de los trabajadores.
Fuente: Reuters
