En Ciudad de México el número de muertos podría ser tres veces mayor a las cifras oficiales. Mientras no hay exactitud de cómo se ha extendido la pandemia, el gobierno sigue avanzando hacia la reapertura de la industria.
Martes 19 de mayo de 2020
En Ciudad de México 4 mil 573 personas han muerto por COVID-19 como causa posible o confirmada, esto según datos que arrojo una investigación de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
Esta cifra es tres veces mayor a la informada por la administración de Claudia Sheinbaum el pasado 12 de mayo, cuando se confirmó 937 defunciones por COVID-19 en Ciudad de México, y es 37 veces mayor a las 123 defunciones en la capital confirmadas por el gobierno federal.
En esta investigación de MCCI, se han analizado los certificados de defunción de siete juzgados de la capital desde 17 de marzo al 12 de mayo. Se contaron 3 mil 209 actas de personas muertas por probable causa de coronavirus, 307 actas que confirman que los motivos de la muerte es el SARS-CoV-2 y 1.100 certificados describen el virus como una de las razones de defunción, sin aclarar si eran casos sospechosos o confirmados de covid-19.
De las 3 mil 209 actas por probable causa de COVID-19, el 45% tenía una enfermedad de alto riesgo para quienes se infectan como hipertensión, diabetes, obesidad, entre otras, y más de la mitad eran personas de 50 a 70 años.
Ante la presión de medios de comunicación, Hugo López-Gatell, subsecretario de salud, confirmo que existe un subregistro porque hay personas que fallecen con síntomas de COVID-19 que no se les aplica la prueba diagnóstica. El gobierno no puede ocultar ciertos hechos y ya ha aceptado que el número de casos confirmados mediante pruebas diagnósticas solo representa una parte de la pandemia.
Cifras, medidas y la demagogia gubernamental
Podríamos pensar que este contraste entre las cifras presentadas por MCCI y las presentadas por el gobierno de la Ciudad de México y el gobierno federal es parte de una incapacidad para poder presentar datos exactos, pero en última instancia estaríamos hablando de que la pandemia ha rebasado por mucho la capacidad del gobierno para contenerla.
Al contrario, parece una política consiente para ocultar los verdaderos alcances de la pandemia en el país. Pero, ¿por qué habría de ocultar datos el gobierno? Porque detrás del alcance de la pandemia están las medidas que se deben de tomar para contenerla (o no).
El gobierno ha decido entre destinar más recursos para el sistema de salud que hoy no se da abasto para enfrentar la pandemia o mantener la militarización del país hasta el 2024.
Ha tomado como únicas medidas el confinamiento en sus casas de ciertos sectores de la población y el distanciamiento entre la gente. Estas medidas que no dejan de presentarse como panacea ante los contagios no solo han resultado insuficientes para contener la pandemia, sino que, al mostrarse como únicas medidas, hoy no se puede hablar con exactitud del número de contagios ni de muertes.
Al mismo tiempo que las cifras muestran que la pandemia está lejos de ceder, el presidente Andrés Manuel López Obrador en respuesta al empresariado nacional y al gobierno norteamericano, pretende lanzarse a la aventura de la reapertura de las industrias automotriz y maquiladora.
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El manejo de las cifras oficiales por parte del gobierno busca posibilitar la reapertura económica, por eso, desde el primer momento se ha negado a hacer pruebas masivas en la población, y no digamos de quienes mueren por los síntomas de COVID-19.
Esta maniobra del gobierno no solo muestra que la política ha impulsado en los últimos meses es mera demagogia, sino que demuestra que tanto le importa la vida de millones de trabajadores del sector productivo.
Testeos masivos y reconversión de la industria
No se puede hablar de exactitud si no hay test para toda la población. Constantemente se desestima esta medida llevándola al terreno de que no contiene la pandemia, como si se tratara de terminar con el virus con una prueba. Pero su efectividad no radica en si combate al virus, sino en que es la forma más precisa de saber que tanto se ha extendido la pandemia entre la población y en función de esto pensar un plan real que ayude a contener la pandemia.
Quizá esto sea a lo le teman más los gobiernos en el mundo, pues saber que tanto se ha extendido la pandemia, demostraría que la solución no la puede ofrecer quienes han avanzado en el desmantelamiento del sistema de salud en las ultimas décadas y que en plena pandemia avalan y ejecutan los despidos de millones de trabajadores.
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Por eso el reclamo de pruebas masivas para toda la población tiene que ir acompañada de la exigencia de que no se reanuden la producción en el industria maquiladora y automotriz. Con ello se tiene que dar licencias a los trabajadores con el 100% de salario y además de prohibir los despidos por medio de una ley o decreto, se tiene que pelear por la reinstalación de los millones de trabajadores despedidos.
Si una empresa viola estas medidas tiene que ser sancionada con la expropiación sin indemnización, bajo el control de sus trabajadores para que sean ellos quienes decidan como reconvertir la producción para cubrir la necesidad de medicamentos, materiales, ventiladores, hospitales y alimentos que se necesitan para enfrentar la pandemia.
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