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Editorial. Nunca se fueron, pero ahora volvieron: Aníbal Fernández y Juan Manzur al Gabinete

Después de las interpretaciones de los resultados, vino la pelea por las interpretaciones de los cambios en el gabinete. Anibal Férnandez y Juan Manzur dentro de los nombres que más resuenan por su rol en una historia muy reciente, y la memoria que conviene sostener.

Martes 21 de septiembre de 2021 15:06

🗞️ EDITORIAL #AS | Nunca se fueron, pero ahora volvieron: Aníbal Fernández y Juan Manzur al Gabinete - YouTube

Comenzó la batalla que se había anunciado la de las interpretaciones.

A la interpretación y la lectura de los datos que dejó la elección, se suman una variedad de lecturas sobre lo que indica la conformación del nuevo Gabinete.

Ayer a las 16h tomaron juramento los nuevos miembros del gabinete: Juan Manzur, en la Jefatura de Gabinete de Ministros; Santiago Cafiero, en el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto; Aníbal Fernández, en Seguridad; Julián Domínguez, en Agricultura, Ganadería, y Pesca; Jaime Perzyck, en Educación, y Daniel Filmus, en Ciencia, Tecnología e Innovación. Además, Juan Ross se hizo cargo de la Secretaría de Comunicación y Prensa.

Respecto de las implicancias en el equilibrio estrictamente político de la designación, hay distintas opiniones.

Desde las usinas de la oposición se lo ha planteado cómo una imposición de los términos de Cristina Fernádez, sin limitantes. Con mas intencionalidad militante que otra cosa. Se deja ver en está interpretación el objetivo de la polarización entre un Cristinismo obsesionado con el poder y una oposición racional republicana.

Otras interpretaciones buscan darle al "albertismo" una mejor ubicación en el reparto del balance de poder en está coalición que cómo dijo el periodista Diego Genoud, estaba más preparada para la victoria que para la derrota.

También hay quienes consideran que de nuevo se impuso la estrategia para sostener ante todo el valor supremo de la unidad. ¿La unidad para que? ¿en función de qué objetivos?

Aunque parezca una definición que puede pecar de redundante, en este abanico de interpretaciones, me quedo con la idea de un giro al PJ y una consecuente derechización del núcleo central del ejecutivo nacional.

Esto, que veremos cómo se traduce en hoja de ruta para el oficialismo. Solo con cambios de nombres no se recupera una elección y hay que ver qué batería de políticas se proponen, puede ser codificado cómo un mensaje a distintos sectores de poder: Julián Domínguez para dialogar con las patronales agrarias, Manzur cómo pata clave de la relación con gobernadores peronistas, y el regreso del autodenominado duhaldista paladar negro Aníbal Fernández en seguridad aportando en términos de “orden” al armado.

Y en este punto también hay interpretaciones desde la que plantean que son opciones para ganar la elección, darla vuelta hasta definiciones de que lo se conformó es un gabinete para diciembre.

A partir del viernes, en el mundillo de twitter vi algunos referentes entusiasmados porque ahora sí, había una decisión fuerte de encarar un rumbo para volver a recuperar un espacio que le fue esquivo al oficialismo en la elección.

Entiendo que a su manera estos reacomodamientos echan luz sobre las convicciones realmente existentes en un sector que podemos definir cómo de la “opinión pública que habla en nombre del frente de todos”, y que básicamente sigue pensando en el eje cualquier cosa menos Macri, o cualquier cosa menos JUNTOS.

El giro a derecha operado en el cambio de gabinete, corre a su vez a la derecha el rango de de justificaciones de la lógica de hierro del malmenorismo.

¿Cómo se explica sino la justificación de un Manzur? ¿Para quienes hoy justifican estás incorporaciones, fueron banderas de coyuntura las que hizo escuchar con una fuerza imparable la marea verde?

¿Qué significa bancar a un Aníbal Fernández, que arranca su mandato confirmando cómo tema central el rol de las cúpulas actuales de las fuerzas de seguridad y hablando nada mas y nada menos que de que la gendarmería tiene “toda una historia” cómo valor positivo?

Dejémonos el derecho a dudar si bancar o reconocer la asunción de Fernández cómo algo deseable no implica tomar posición por adelantado, ante futuros conflictos que tengan a la calle cómo protagonista. Sobre todo para aquellos que conocen cómo actuó, y hoy se hacen los distraídos.

¿Cómo va a responder este peronismo si hay expresiones menos diplomáticas que el voto, para expresar el descontento que genera una situación económica cada vez menos sostenible?

La militancia obrera y popular de aquellos aquellos combativos años 2001 y 2002, cómo para tomar el ejemplo de un momento en que la bronca superaba los canales usuales de la política y su “normalidad”, tenían bastante claro para dónde “inclinaban la relación de fuerzas” estas caras que vienen a “oxigenar” el gobierno del Frente de Todos.

No quedaban dudas porque en el caso de Aníbal Fernández él mismo se encargaban de afirmarlo, escuchemos lo que decía sobre los movimientos de los llamados “grupos piqueteros” a propósito de la masacre del Puente Pueyrredón

Viendo estas declaraciones de Aníbal da a pensar que en el esquema de consideraciones de los sectores políticos que hoy son parte del oficialismo, “a los de abajo” solamente se los reivindica en tanto se encuadren dentro de un determinado dispositivo de gobernabilidad.

Cuando se rompe o de una u otra forma se empieza a jugar por fuera de ese dispositivo, aparecen expresiones cómo estas, que no reniegan de las herramientas del macartismo para demonizar y criminalizar la protesta. En esto Fernández el nuevo, Aníbal, tiene una experiencia y una trayectoria. Y sería un grosero error pensar que los años lo cambiaron.

Y no es un problema de la persona tampoco, sino de lo que indica cómo opción política de una armado que lo ubica ahí, en un lugar central junto a otros que refuerzan o acompañan una orientación cómo Manzur o Domínguez.

Sería bueno escuchar a los referentes de los movimientos sociales respecto de estos temas, qué visión tienen sobre la llegada de un Aníbal Fernández, pero aun no se han pronunciado.

También están en silencio algunos de los que fueron protagonistas de la campaña PASO y que ahora le están esquivando a cámaras y micrófonos, y se tomaron unos días de vacaciones cómo el candidato por la CABA Leandro Santoro

Si la situación plantea cómo perspectiva la agudización de los elementos de crisis económica y social, y los cambios en el gabinete tienen en parte elementos preventivos, hay que ser muy claros en que este “volumen político” está lejos de ser el que se necesitaba para resolver los problemas de las mayorías populares, y que a estos muchachos siempre los vimos en la vereda de enfrente.


Leo Améndola

Trabaja en el MTEySS y es delegado de ATE-Trabajo. Miembro de Izquierda Diario y militante del PTS

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