Estudiantes y trabajadores integrantes de la Escuela Sindical de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, en conjunto con el Festival Escena Obrera y la agrupación Alternativa Obrera, presentaron la obra de teatro “El Cantón” que aborda las problemáticas sociales de los trabajadores en un Chile de 1929, en el norte del país, a pocos años de la conocida “cuestión social” y en un momento donde la explotación y precariedad laboral estaban a flor de piel.
Viernes 15 de mayo de 2015
Chile 1929. A un grupo de trabajadores del sur del país se le ofrece la oportunidad de viajar al norte, a la “tierra prometida”, en busca de mejores condiciones de vida y laborales, bajo la propuesta de una vida mejor, casa propia, nuevos aires, y todo un mundo por conocer. Es así como los obreros deciden aprovechar esta oportunidad y emprender un viaje de cinco días en tren, el que terminará en una pampa nortina llena de miserias, explotación y precariedad que golpea cotidianamente a la clase obrera de la región, mientras que capitalistas nacionales y extranjeros se hacen millonarios a costa del trabajo ajeno y la explotación de los recursos naturales.
Esta situación, una realidad concreta que azotó al norte del país durante las primeras décadas del siglo XX, fue reflejada e interpretada por los artistas de la Compañía de teatro Caldo con Enjundia Teatro, a través de su obra “El Cantón”, la cual fue presentada en la Escuela Sindical de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile en el marco del Festival Escena Obrera.
A la excelente presentación asistieron alrededor de 120 personas entre estudiantes y trabajadores que asisten a la Escuela Sindical, los que estuvieron atentos al desarrollo de la obra en todo momento. Risas, reflexiones y un buen momento fue lo que se vivió en la institución educacional, donde Caldo con Enjundia Teatro se encargó de representar de una manera profesional, seria, interesante y talentosa, la dura y precaria vida cotidiana de los obreros del norte del país y de aquellos que decidieron cambiar el rumbo de sus vidas, viajando tras las “promesas de oro” de la pampa nortina.
Durante el desarrollo de la obra se abordó la explotación obrera por parte de los patrones de las mineras y salitreras del norte, los que además de aprovecharse del trabajo ajeno cada día, mantuvieron sometidos a los trabajadores tanto en sus jornadas laborales como en su vida diaria, controlando incluso lo que ellos podían comprar y comer, mediante el sistema de fichas y las conocidas “pulperías”, negocios de los mismos patrones que mantenían a los trabajadores casi como en un sistema de esclavitud, sin derecho a remuneración por el trabajo, sin derecho a decidir sobre sus vidas, bajo arduas y extenuantes jornadas de trabajo.
En el transcurso de la historia, los trabajadores reclaman y exigen sus derechos tanto a los patrones como a la policía, sin embargo, la dura represión cae sobre sus hombros, arrebatándole la vida a uno de ellos. Esta situación genera miedo en algunos, pero también fortaleza y convicción en otros obreros, como es el caso del personaje de Recaredo, quien busca convencer a sus compañeros de que como clase trabajadora deben organizarse y luchar por sus derechos, pues los intereses de clase contrapuestos no cambiarán por mera voluntad de los poderosos.
Los personajes se enfrentan a diversas situaciones cotidianas que reflejan la dura vida de aquellas décadas y las enormes ganas de los trabajadores por querer cambiar su realidad, donde la única manera de poder cambiar las cosas es confiando en la fuerza de los trabajadores y no en las autoridades que sólo se benefician de la explotación ajena.
“El Cantón” terminó dejando a un público encantado con la presentación, en medio de aplausos, felicitaciones y aportes voluntarios con el “pasar la gorra” final. Además, al cierre de la función William Muñoz, integrante de Alternativa Obrera y dirigente sindical de Komatsu Reman; Francisco Flores, participante de la Escuela Sindical; y Tania, actriz y miembro del Festival Escena Obrera, entregaron unas palabras que apuntaron a la importancia de ligar la discusión sobre las problemáticas de los trabajadores con el arte y la cultura como herramienta para generar reflexiones y pensamiento crítico.