El último sábado (8) trabajadores de la fábrica General Motors de São José dos Campos recibieron un absurdo aviso de despido por telegrama en sus casas. Luego de una asamblea realizada el domingo (9) en la sede del sindicato con aproximadamente 250 despedidos, los trabajadores de la planta del primer y tercer turnos en una asamblea en la puerta de la planta votaron la huelga por tiempo indeterminado contra los despidos.
Miércoles 12 de agosto de 2015
La patronal no divulgó hasta ahora la cantidad de trabajadores despedidos. El sindicato, de la CSP-Conlutas, calcula alrededor de 250 trabajadores que recibieron el aviso de despido, por la cantidad de despedidos que comparecieron a la asamblea del domingo. El sindicato orientó a los trabajadores que no fueran al examen médico de despido para esperar la asamblea del lunes en la puerta de la fábrica. Votada la huelga por unanimidad por cerca de 4 mil trabajadores (de 5,2 mil que trabajan en la planta), se espera abrir la negociación con la empresa.
Los despidos en São José dos Campos ocurren prácticamente un mes después que la misma GM haya despedido a 500 trabajadores en la planta de Santo André, en el ABC paulista. Ahí los trabajadores siguen acampados en la puerta de la fábrica para revertir os despidos.
La intensión de la patronal de dejar a los trabajadores en la calle ya se arrastra por algunos meses. En marzo GM anunció el despido de cerca de 700 trabajadores, que entraron en huelga para impedir los despidos. Las negociaciones entre sindicato y empresas llevaron a la suspensión de 750 trabajadores (lay-off) cuyo plazo se cierraría el lunes. Estos trabajadores que volverían al trabajo adhirieron a la huelga junto con los demás compañeros contra los despidos.
La medida que el gobierno y las burocracias sindicales han presesntado como respuesta "alternativa" a los despidos es el Programa de Protección (PPE), en el que los trabajadores aceptarían la reducción de la jornada con reducción salarial. Como hemos denuncado más de una vez, es una salida que, en vez de defender los empleos, hace que los trabajadores paguen por la crisis de la industria. Correctamente el Sindicato de los Metalúrgicos de São José dos Campos se contrapone a esa medida y levanta la bandera de la reducción de jornada sin reducción salarial.
Es muy importante rodear de solidaridad la huelga de los trabajadores de GM de São José dos Campos y exigir al sindicato de metalúrgicos del ABC para que unifiquen las luchas en defensa del empleo de las dos plantas de GM, en Santo André y en São José dos Campos. Esa política obligaría a la CUT a salir realmente en defensa de los empleos contra su política oficialista de defensa del PPE.
Pero sabemos que la CUT no solo apoya el PPE, sino que fue redactora del mismo. Por eso, la CSP-Conlutas tiene planteado, a partir de la lucha de GM, impulsar la construcción de un polo nacional clasista y antiburocrático para defender los empleos, que se contraponga a la polarización entre derecha y gobierno expresada en los actos de los días 16 y 20, respectivamente.
Es el momento de transformar la lucha de GM en un referente nacional de combate a los despidos, mostrando que es posible una salida de los trabajadores frente a la crisis económica y política que atraviesa hoy el país.
Para crear ese polo necesitamos levantar el programa de apertura de los libros de contabilidad de las empresas que estén en crisis; luchar por la reducción de la jornada sin reducción salarial para terminar con el desempleo; la oposición de izquierda en el Congreso, los parlamentarios del PSOL, tienen que impulsar una gran campaña por un proyecto de ley que prohiba los despidos en momentos de crisis, como mínimo eso desenmascararía a los políticos de la burguesía y divulgaría ampliamente los despidos masivos que se vive en las fábricas. Eso es muy distinto de lo que los compañeros de la CSP-Conlutas en el sindicato de São José dos Campos insisten en exigir del gobierno una nueva medida que impida los despidos, en un momento en el que el gobierno de Dilma y del PT vienen atacando cotidianamente a los trabajadores con sus ajustes. El PPE ya es la medida clara de qué tipo de Programa el gobierno está dispuesto a ofrecer a los trabajadores: que estos paguen por la crisis de los patrones.