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Red Internacional
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Crisis clímatica. Ola de calor castiga a Europa con récords de temperatura e incendios forestales

Inglaterra y Francia están en alerta roja por la ola de calor. En España la ola de incendios que asola a medio país ya miles de hectáreas calcinadas. Mientras en Italia las sequías llevan a racionar el agua.

Lunes 18 de julio de 2022 20:37

El calor, las sequías e incendios se han transformado en una de las grandes preocupaciones en Europa, junto con la crisis económica o la guerra en Ucrania, luego de que las temperaturas rompieran récords en varios países y con Inglaterra en alerta roja por primera vez en su historia por una ola de calor.

El caso de Inglaterra es muy llamativo, el resto del Reino Unido permanece en alerta naranja, con temperaturas que pueden superar los 40 grados, según la Oficina de Meteorología del Reino Unido (Met, en inglés). Londres se transformó en la ciudad que más está sufriendo el rigor de las altas temperaturas, y las autoridades advierten que tiene impacto "en las personas y las infraestructuras".

Las autoridades han pedido a la población que mantenga un alto nivel de hidratación, que cierre las cortinas de casa y no se exponga al sol en la mitad del día, y también que evite viajar a menos que sea absolutamente esencial.

El aeropuerto de Luton, en Londres, se vio obligado a suspender los vuelos debido a un defecto en la pista causado por las altas temperaturas. Las autoridades del aeropuerto afirmaron que cancelaban los vuelos "Tras las altas temperaturas de hoy, se identificó un defecto en la superficie de la pista".

En el caso de la capital británica, Transport for London (TfL), que opera la red del transporte de la ciudad, pidió también que la gente no viaje a menos que sea esencial ya que anticipa cancelaciones y retrasos en los trenes del metro. un funcionario de Network Rail dijo que las restricciones de velocidad que cubren gran parte de la red debían entrar en vigor a partir del mediodía, debido al riesgo de que las vías se deformen por el calor.

La situación también preocupa en Francia, donde quince departamentos de la zona atlántica están en alerta roja y la ola de calor se ha apuntado algunos récords como en el puerto bretón de Brest (al noroeste) con 35,8 grados -algo más de dos grados y medio la máxima anterior, de 1949- aunque el problema más grave en el país son los incendios.

Este lunes más de 11.500 personas han sido evacuadas en las localidades de Villandraut, Noaillan y Léogeats, cerca de Landiras, y de los barrios de Miquelots y Pilat en La Teste de Buch, por los dos incendios al sur de Burdeos (al suroeste del país) que desde el martes pasado han devastado unas 15.000 hectáreas.

Sumadas a las 16.000 personas de los días anteriores, más de 28.000 han sido desalojadas de sus domicilios o de cámpings de la zona y, aunque hasta el momento no se dieron a conocer víctimas mortales, algunos edificios han sido pasto de las llamas. La expectativa de un alivio está puesta en la llegada desde el martes de un frente de tormentas que descargará entre los Pirineos y la frontera belga, con lo que el calor quedará acorralado en el sureste de Francia.

En Estado español la extensa ola de calor lleva nueve días de máximas entre los 39 y los 45 grados que, según estimaciones del Instituto de Salud Carlos III dependiente del Ministro español de Sanidad, habría causado al menos 510 muertes relacionadas con las altísimas temperaturas.

Además, los incendios que se han esparcido en varios puntos del Estado Español se han cobrado ya dos vidas y han arrasado, al menos, unas 25.000 hectáreas, favorecidos por las altas temperaturas y el viento.

En Italia las temperaturas suben hasta 42 grados durante el día y 30 por la noche en el centro y norte del país -en la Toscana, Umbría, el Lacio y la Llanura Padana- combinados con la mayor sequía de los últimos 70 años.

El servicio de meteorología del país advierte que acaba de comenzar "la semana más calurosa de 2022" debido al anticiclón africano bautizado significativamente como "Apocalypse4800", con temperaturas récord incluso en los fríos macizos alpinos como el Mont Blanc, donde se espera una máxima inédita de 10 grados. El ascenso de temperaturas en los glaciares puede provocar catástrofes como el reciente desprendimiento de la Marmolada en los Dolomitas, que causó once muertos.

Pero la sequía también está causando grandes perdidas en los compas italianos. En una de las regiones más próspera, Lombardía, la situación es especialmente crítica. El alcalde de Milán, Giuseppe Sala, como muchos otros del norte, ha invitado a los ciudadanos a “minimizar el uso de agua potable tanto para uso doméstico como para regar los jardines privados”.

En cinco regiones del rico norte italiano, que representan aproximadamente un tercio de la producción agrícola del país, está sufriendo una situación muy grave. El Po es el río más largo del país en forma de bota que recorre más de 650 kilómetros a través del norte. Sin embargo, muchos tramos del cauce se han secado y los agricultores afirman que el caudal es tan escaso que el agua del mar se filtra hacia el interior, destruyendo los cultivos.

Una situación parecida se vive en Austria con el mercurio en 37 grados en su parte este, no alpina, y donde el agua del lago Neusiedler, fronterizo con Hungría y muy popular para la práctica local de deportes de vela, está en su punto más bajo desde que comenzaron sus registros en 1965, aunque no ha llegado a secarse por completo como sucedió en 1865.

En Países Bajos, la alerta es amarilla por calor tropical que este lunes llegó a temperaturas de 35 grados en el centro y el sur y mañana será naranja, con termómetros que podrían superar los 39 grados, lo que ha llevado a la aplicación del Plan Nacional de Calor e incluso al retraso de la popular Marcha de los Cuatro Días de Nimega.

En la zona del Mediterráneo oriental, Chipre está en alerta amarilla con temperaturas de hasta 39 grados en el interior que se espera se mantengan al menos hasta el jueves, mientras Grecia registra valores calurosos pero normales para la época, si bien el ambiente seco propicia incendios forestales todos los días, este lunes en la región de Acaya, en el sur, y en la isla de Eubea, donde al año pasado varios fuegos arrasaron la cuarta parte de su superficie.

En la orilla sur del Mediterráneo el calor también alimenta el fuego y, en Marruecos, los equipos de extinción luchan por sexto día consecutivo contra varios incendios forestales declarados en cinco provincias que han quemado unas 6.600 hectáreas, en su mayoría de alcornocales, además de provocar la evacuación de 1.300 familias en la provincia de Larache y otras 500 en la de Taza.

En mayo, la Organización Metereológica Mundial (OMM) aseguró que según sus modelos, a partir del estado actual de las variables que definen el clima, hay un 50 % de probabilidad de que por lo menos en alguno de los años entre el 2022 y el 2026 se supere transitoriamente el umbral del 1,5°C por encima del valor medio de la temperatura en la superficie terrestre comparado con periodos preindustriales, entre 1850 y 1900. En el 2015 la probabilidad de superar este valor umbral en algún período puntual era casi nula.

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El sexto informe del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) advertía sobre la necesidad de un cambió estructural de las condiciones de producción y de consumo para llegar a las metas establecidas por el Acuerdo de París (reducir a la mitad la producción de gases de efecto invernadero en 2035 y a cero en 2050). El informe no hacía explicito el problema, el modo de producción de capitalista y su irracionalidad, donde la producción anárquica y en beneficio del enriquecimiento de cada vez menos personas llevaba a la destrucción del medio ambiente.

Lo que se vive en Europa es consecuencia directa de esto, y la sufren las mayorías trabajadoras de todo el planeta que es la que tiene menos responsabilidad (el 1 % más rico genera casi el 50 % de GEI, el 50 % más pobre solo el 10 %) y más sufren sus consecuencias. La urgencia para imponerle un freno de mano a la irracionalidad capitalista se hace cada vez mayor.