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Red Internacional
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Racismo. Ola de crímenes racistas en el Estado español amparados por el racismo institucional

El asesinato a tiros de Youmes, el apuñalamiento a una mujer en Murcia y otros crímenes racistas aumentan amparados en el racismo institucional del Gobierno, la explotación laboral en el campo español y el discurso de odio de Vox. La política migratoria del Gobierno en Canarias, el despliegue del ejército en Ceuta, la construcción de nuevos CIE y la ley de extranjería son algunas de las políticas que motivan los crímenes racistas.

Elías Lavín Madrid

Viernes 18 de junio de 2021

Hace unos días salió a la luz en redes sociales el brutal asesinato de Youmes Bilal, muerto a tiros a manos de un exmilitar. “No quiero moros en el local”, gritaba. Si bien multitud de medios han puesto en duda el explícito carácter racista del asesinato, días después sorprendía en prensa un nuevo crimen racista. Una mujer española apuñalaba a un mujer de origen ecuatoriano en un banco de alimentos de Cáritas al grito de “los inmigrantes me quitan la comida”. Si bien muchos medios han vuelto a poner en duda el carácter racista de este atentado, esta nueva ola de crímenes racistas es innegable.

Los delitos e incidentes de odio aumentaron en el España un 6,8% en 2019, según el último informe del Ministerio del Interior. De los 1.706 "hechos registrados" en 2019, 108 corresponden a infracciones administrativas. El resto, a infracciones penales. Por tipología, los delitos de "ideología", con 596 casos, fueron los más habituales y aumentaron casi un 2% respecto a 2018. El tipo que más repuntó fue el delito de "racismo/xenofobia", con 515 casos, un 21% más.

Negacionistas de extrema derecha como Vox han rechazado el móvil racista del asesinato. Si bien han condenado en redes sociales el ataque, han negado la existencia del racismo y declarado que “solo Vox condena cualquier tipo de violencia, venga de donde venga". El martes, sin embargo, Vox anunciaba en un comunicado en redes sociales que denunciaban un tiroteo en un barrio en la localidad de Lo Pagán en Murcia, el cual achacaban, sin pruebas, a la población de origen magrebí, y afirmaban: "los españoles quieren barrios seguros."

Hace unos meses, el 21 de febrero, la mezquita murciana de San Javier amanecía con la puerta calcinada y la pintada ’Muerte al Islam’. Vox presionaba hace unos días a favor del cierre de un centro de menores no acompañados en la localidad de Santa Cruz, al mismo tiempo que tenían lugar manifestaciones de grupos de extrema derecha contra este centro. Asimismo, también en Murcia, tuvo lugar la explosión de un artefacto en otras instalaciones de menores en Alhama, y frecuentes agresiones verbales a los migrantes llegados en pateras el pasado verano, que tenían que guardar cuarentenas en pisos de acogida.

Los medios más “progresistas” han achacado la exclusiva responsabilidad de los crímenes al discurso racista de la formación de ultraderecha. La culpa, sin embargo, no es solo del discurso de odio de Vox, sino que tiene causas más profundas, una de ellas, como ya apuntaba el portavoz de “Convivir Sin Racismo” de Murcia es la explotación laboral de los migrantes en la región “muchos de ellos trabajadores en condiciones muy precarias en el campo”.

Los empresarios del campo son los primeros que se aprovechan de los inmigrantes sin papeles para contratarlos en las peores condiciones laborales, por salarios irrisorios y sin ningún tipo de garantías ni protecciones. Guirado destaca estas "aberraciones" que se cometen hacia la población migrante, "que está más desprotegida; hemos conocido casos de explotación sexual de mujeres o de alojamientos tipo nicho donde cobijan a los trabajadores de la economía sumergida”.

No son solo discursos. "La semana pasada, por citar otro caso, se desmantelaron habitaciones nicho donde se alojaba a jornaleros en unas condiciones penosas, aunque no tan grave como los marroquíes que encontraron en el zulo de una fábrica en Fuente Álamo el pasado diciembre.”

También la pasada semana tenía lugar, esta vez en Lleida, una agresión racista de cinco personas a un ciudadano de origen senegalés. El agredido fue víctima de una trampa, los agresores se hicieron pasar por un empresario que le ofrecía trabajo desde el coche para la ir a trabajar en la recogida de la fruta. Recordemos que los temporeros en diversas localidades, muchos de ellos de migrantes, esperan en las plazas a ser contratados, puntualmente y de forma fraudulenta, en temporada de recogida de la fruta. El agredido aceptó y fue conducido a un lugar apartado donde otros cuatro cómplices le dieron una paliza. “El año pasado, los brotes de coronavirus entre temporeros migrantes fueron instrumentalizados y hubo una gran ola xenófoba en Catalunya", recuerda Millán, socióloga del NOVACT y experta en este tipo de violencias.

La semana pasada, un trabajador que llevaba 20 años en España denunció en Huelva que el empresario para el que trabajaba él y su mujer, le propinó puñetazos, patadas y golpes con un azadón cuando le pidió que le pagara los 51 días de trabajo que les debía. El empresario, acompañado de sus dos hijos, no solo agredió al jornalero, sino que también causó daños en su coche. "Empezó a decirme cosas como hijo de puta, moro de mierda, y que no me iba a pagar. Tengo heridas y un moratón en la cara. También golpearon mi coche", relató el agredido a La Mar de Onuba.

"Ni una sola institución se manifestó el martes con los familiares, amigos y las personas que se solidarizaron con el caso de Younes" afirma el portavoz de Convivir Sin Racismo en Mazarrón. El racismo institucional también es responsable de estos crímenes racistas. La responsabilidad de las instituciones y de la política del Gobierno del PSOE y UP es patente si recordamos que hace unos días, a raíz de la llegada de inmigrantes a Ceuta, el Gobierno desplegaba el ejército en la frontera con Marruecos bajo el pretexto de defender la “soberanía nacional” frente a Marruecos. Una decisión ante la cual Vox no encontraba forma de hacer de oposición al Gobierno.

Los pretextos del PSOE y UP para desplegar al ejército y reprimir a los migrantes en la frontera de Ceuta han sido de lo más variopintos, en todo caso han avivado el sentimiento nacionalista y los prejuicios racistas de diversos sectores de la población. Así lo han denunciado desde la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes (ATIM): "la burda instrumentalización y la manipulación que vuelven a protagonizar algunos grupos de la extrema derecha española en las redes sociales contra Marruecos y los marroquíes".

La ley de extranjería y el mantenimiento y la creación por parte del Gobierno de nuevos CIE (Centros de Internamiento de Extranjeros), se suman a la lista de políticas racistas que se impulsan desde las instituciones. Millán advierte de que Vox solo aprovecha un caldo de cultivo que ya existía. "España es un estado racista y machista, la mayoría de los partidos políticos españoles amparan políticas racistas que están "plenamente normalizadas, lo que dificulta que sean percibidas como tal". No son solo el discurso de Vox sino la política migratoria española, el racismo institucional o las muertes de migrantes en el Estrecho, que aumentan sin control desde hace 30 años, participan de los sucedido en Murcia.