Cinco personas fueron arrestadas durante la noche del viernes 16 de diciembre en el País Vasco francés mientras que se preparaban a desmilitarizar un stock de armas pertenecientes a ETA. El gobierno francés estaba al corriente de esta operación que era parte del proceso de paz unilateral decidido por esta organización vasca, pero Bruno Le Roux decidió dar un gran golpe mediático.
Martes 20 de diciembre de 2016
ETA decidió unilateralmente destruir sus armas y encargó esta tarea a personalidades del País Vasco Norte, así como a la Liga de los derechos Humanos (LDH). El Estado francés y el gobierno del PS aprovecharon para orquestar una operación policial declarando haber realizado una linda operación de decomiso de armas a “la organización terrorista”. Una mentira y una manipulación evidente, denunciada hasta por la prensa, que expresa la desviación cada día más groseramente liberticida y bonapartista del gobierno francés. Hasta faltó poco para que el presidente honorario de la LDH Michel Taubiana, presente en el lugar, fuese también detenido por “terrorismo”.
Un poco de historia
Erase una vez una dictadura fascista, nacida de un golpe de estado apoyado por Mussolini y Hitler. Es justamente a esa dictadura de Franco que la ETA, organización separatista vasca, decidió combatir con las armas. En los años ochenta el régimen supuestamente democrático del PSOE llegó a crear escuadrones de la muerte –los famosos GAL- con el fin de asesinar a miembros de la ETA en territorio francés. En aquella época los GAL recibían apoyo indirecto de París. Su actividad se termina cuando el ministro del interior Charles Pasqua comienza una operación anti-ETA que desde entonces nunca ha cesado.
ETA de hecho está extremadamente debilitada en tanto que organización y ha optado por deponer las armas. Este hecho no impide que los gobiernos de Francia y el Estado español sigan ensañándose contra sus militantes, negándose a todo dialogo y a tratar brutalmente a los militantes presos de ambos lados de los Pirineos. Si bien el Estado español está a la cabeza del combate centralista, disolviendo y declarando fuera de la ley a las organizaciones de la izquierda separatista vasca, Francia no le va en zaga. Desde la vuelta de los “socialistas” al poder en Francia, Manuel Valls autorizó la extradición de Aurore Martin, en 2012, una militante de Batasuna que nunca participó en la lucha armada, reclamada por el gobierno español. Valls continúa con la obra de Pasqua: luchar por todos los medios, legales e ilegales contra la izquierda separatista vasca.
Un paso más en la infamia
Pero ahora ha sido franqueada una nueva etapa, algo que debería hacernos reflexionar. El caso que nos ocupa puede ser resumido de la siguiente manera: quedan aún numerosos escondites de armas de la ETA que se componen de armas automáticas y explosivos. Dado que la organización ha optado por poner fin a sus actividades militares, y que está pidiendo la apertura de negociaciones con los gobiernos francés y español, ha decidido ir más allá en la tregua unilateral, neutralizando sus stocks de armas. Pero ni el estado francés, ni el español quieren negociar.
Con el fin de desmilitarizar sus stocks de armas, ETA se ha dirigido a reconocidas personalidades, que están por encima de toda sospecha, como prueba de buena fe: Txetx Etcheverry, cofundador de Bizi, partido ecologista y altermundialista, Michel Berhocoirigoin, antiguo presidente del sindicato de agricultores de izquierda Euskal Herriko Laborantza Ganbara, así como otras cuatro personalidades. Del mismo modo, un camarógrafo estaba presente para filmar la escena. Todos han sido arrestados por la policía francesa y la guardia civil española este viernes 16 de diciembre en Louhossoa, donde se llevaba a cabo la operación de desmilitarización del stock de armas, acción de la cual el Estado había sido informado.
El presidente de honor de la LDH y abogado Michel Taubiana debería haber estado en el lugar. Fue anunciado como parte de los detenidos, cuando en realidad había estado ocupado en otro asunto. Había escrito previamente una carta a la prensa en común con Txetx Etcheverry, Michel Berhocoirigoin, para explicar esta destrucción de armas: “Nos situamos como intermediarios entre una organización armada con la cual no tenemos ningún vinculo ni subordinación, y un estado al que queremos llevar a reflexionar (…) Hemos decidido asumir nuestra responsabilidad con la convicción que esto puede ser útil a la paz. Es por ello que hemos propuesto a la organización ETA transferir a la sociedad civil la responsabilidad política de la destrucción de su arsenal militar. Hemos elegido hacerlo en forma pública y asumida, en consonancia con los compromisos de los que somos portadores. Estos compromisos son públicos y transparentes. Están caracterizados por nuestra implicación personal, nuestra preocupación por la democracia y la elección de la no-violencia”
¡El gobierno miente!
Ninguno de estos hombres y mujeres son militantes clandestinos y el Estado lo sabe. Sin embargo, el estado ha elegido tratarlos como “terroristas”. El nuevo ministro de interior Bruno Le Roux ha calificado a estos militantes de la sociedad civil como “individuos relacionados con la organización terrorista ETA”. Le Roux es, recordémoslo, el anterior presidente del grupo socialista en la Asamblea nacional, y por lo tanto el hombre de todos los 49-3 (artículo de la Constitución que permite que el ejecutivo haga aprobar una ley sin discusión en el parlamento) pero sobre todo es consejero de seguridad y policía del PS desde Jospin. En este sentido es el autor de la ley liberticida de inteligencia del 2015. En síntesis, un experto en “terrorismo” estatal. Es un ejecutante muy activo del giro derechista, bonapartista y liberticida del gobierno. ¿Quién hubiera pensado que un día un ministro del interior “socialista” atacaría una acción de desarme piloteada por un presidente honorario de la LDH?
Se trata pues de una nueva provocación como el Estado francés sabe hacer tan bien, a todos los niveles. Incluso podemos pensar que el gobierno tiene más que nunca necesidad de encontrar “terroristas” y atentados frente a una legitimidad cada vez más impugnada, y que necesita atizar las brasas, tal como Michelle Alliot-Marie hizo en el caso de Tarnac, contra un “complot de ultraizquierda” imaginario. La ultima provocación contra Mikel Irastorza, detenido en Ascain en noviembre ya nos hacía pensar que este tipo de situaciones podían repetirse.
En el País Vasco el Estado francés miente más que nunca. Pero por todos lados en Euzkadi, de ambos lados de los Pirineos, se han multiplicado manifestaciones de respaldo para pedir por la liberación de los detenidos. Las organizaciones del movimiento obrero y de la juventud debieran considerar este incidente, no solo un incidente más sino “el incidente” y exigir como mínimo la liberación inmediata de todos los detenidos, así como el respeto de parte de los gobiernos de ambos lados de los Pirineos de las convenciones internacionales en materia de derechos de los detenidos-as políticos vascos encarcelados.
Traducción: Michi Rosso