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Red Internacional
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OPINIÓN. Operación “herencia recibida”: el discurso peronista para justificar el futuro ajuste

La moderación política parió un nuevo relato. La épica progresista de la “ampliación de derechos” no es más que un vago recuerdo. Del “nunca menos” al “es lo que hay”.

Lunes 20 de mayo de 2019 23:18

La decisión política de proponer a Alberto Fernández como candidato presidencial viene a constituir una ofrenda ante los llamados mercados, el poder mediático -es decir Clarín- y el gran empresariado. Es, a la vez, una maniobra electoral destinada a confinar al peronismo federal, logrando “cerrar la grieta” en términos de votos.

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En ese contexto, el kirchnerismo empieza a parir un nuevo relato político destinado a preparar las condiciones políticas para el ajuste por venir. La nueva retórica propone aceptar la crisis creada por Cambiemos como fundamento de un nuevo realismo que actúe moderando las expectativas futuras. Del “nunca menos” al “es lo que hay”.

La palabra inicial la tuvo la misma Cristina Kirchner, muy temprano el sábado. El tono adusto desplegado en formato video, propuso una unidad que convoque a la sociedad "por aquello que pueda ser cumplido”.

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“Se va a tratar de tener que gobernar una Argentina otra vez en ruinas, con un pueblo otra vez empobrecido (...) la coalición que gobierne deberá ser más amplia que la que haya ganado las elecciones”, escuchamos ese día.

Este lunes, cuando todavía Alberto Fernández no había pisado la lejana Santa Cruz, el (nuevo) relato se extendía en formato web y en el viejo modo papel.

Desde Página/12, Eduardo Aliverti se obligaba a reconocer que “ahora, además de no acontecer ese mundo ’disponible’, las ruinas que deja esta oligarquía diversificada tan venal como inepta son, aunque parezca mentira, peores que aquellas (...) el aparato productivo requiere de una inyección reactivadora que estará en soledad regional e internacional”.

Sinceramente, el reconocimiento de que el mundo ha cambiado llega con demora. Hasta ayer nomás a los referentes del kirchnerismo se les hacía imposible explicar como harían para gestionar el país en las actuales condiciones internacionales sin aplicar medidas de ajuste.

Fiel a su estilo, Aliverti enuncia el nuevo programa: “Hasta que alguien explique lo contrario con más seriedad que romanticismo vacuo; con más pragmatismo distributivo que con consignas cómodas; con más efectividades conducentes que con infantilismos falsamente izquierdistas, esto es rosca a dos manos. Con una se trabaja el desarrollo de una economía popular que satisfaga necesidades inmediatas y prospectivas. Con la otra se dirige con firmeza a un empresariado cuya vocación patriótica no existe”.

La nueva retórica se expande, alcanza otras costas. En el portal de Anfibia leemos a Alejandro Grimson.

“Para gobernar hay otra cuestión decisiva. Que ‘aquello por lo que se convoca a la sociedad pueda ser cumplido’. Moderar las expectativas de un sector social que no termina de comprender la realidad económica macrista y el catastrófico encadenamiento de la deuda externa. Hay quienes creen que gana Alberto/Cristina y en el primer día de gobierno de Fernández/Fernández suben todos los salarios, se vuelve por pura voluntad a la economía de 2015, entran mil científicos por año al CONICET y la mar en coche. No es así. Se destruyó muy rápido. Hay que reconstruir”.

Sin apelar al género del ensayo ni de la columna de opinión pero nadando en la misma dirección, Emanuel Álvarez Agis le anticipa a Jorge Fontevecchia una década de demora para que la inflación retorne a un dígito.

El relato de la desesperanza

El nuevo relato de la desesperanza y la resignación precede a una política de ajuste que, por las condiciones de la economía internacional y nacional, no podrá más que ser feroz. Los sufrimientos actuales de millones de personas se convierten en argumentos para justificar sufrimientos futuros. La pobreza presente sirve de fundamento a la pobreza por venir.

La nueva retórica opera en un marco limitado. Aquel que impone la tutela del Fondo Monetario Internacional sobre el país, aquel que determina que los intereses de los especuladores financieros y el gran empresariado están por encima de la vida, la salud y la alimentación de las mayorías populares.

Desafiar ese marco no entra en el horizonte del nuevo relato. El FMI es el nuevo dueño de la casa y se impone una “negociación responsable”. En una suerte de loop, los mensajes que se envían hacia el poder económico se repiten asegurando moderación y pagos futuros.

Cerrar la grieta implica curar heridas, pero los llamados a la reconciliación llegan a quienes hasta ayer nomás eran presentados como el enemigo. Clarín y el resto de las “corporaciones” son llamadas a un nuevo consenso que, por definición, no puede ser más que contra los intereses populares.

Porqué, como bien dice Aliverti, la “vocación patriótica” no existe entre los empresarios. Los dueños de la patria contratista; los fugadores seriales a paraísos fiscales; los solicitantes eternos de reformas laborales, no pueden perseguir el objetivo de “un país para todos y todas”.

Tocar las (siderales) ganancias de los bancos y las petroleras; afectar estructuralmente el poder de las grandes patronales sojeras; revertir el robo escandaloso que han significado décadas de privatizaciones. Nada de eso, ni mucho menos, figura en el nuevo relato.

Copiando las recetas de Cambiemos, la "herencia recibida" viene a funcionar como herramienta para llamar a la calma y al orden a las mayorías populares. A aquellas que han perdido ya mucho en estos años de CEOcracia se les pedirá paciencia y nuevos sacrificios. Al gran capital, por adelantado, se le asegura estabilidad y ganancias. ¿Populismo? Solo un recuerdo del pasado que la nueva dupla electoral pretende enterrar definitivamente.

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Eduardo Castilla

Nació en Alta Gracia, Córdoba, en 1976. Veinte años después se sumó a las filas del Partido de Trabajadores Socialistas, donde sigue acumulando millas desde ese entonces. Es periodista y desde 2015 reside en la Ciudad de Buenos Aires, donde hace las veces de editor general de La Izquierda Diario.

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