
Natalia Morales Diputada provincial PTS-FIT, Jujuy | @NatuchaMorales
Viernes 7 de octubre de 2016 14:56
Las mujeres en Jujuy la pasamos mucho peor con el régimen policíaco de Morales y Haquím. Las cadenas que cargamos nosotras producto del sistema machista y patriarcal, pesan aún más en esta provincia donde manda el conservadurismo, la impunidad y la represión. Por eso, el ajuste que pretende llevar adelante el gobierno de Cambiemos, en esta provincia donde el genocida Blaquier sigue estando libre, lo tiene que imponer avasallando derechos democráticos elementales como es el derecho a la protesta o criminalizar la misma, y donde las mujeres somos uno de los sectores más perjudicados, pero también quienes nos ponemos al frente.
Disciplinar precisamente a quienes oponemos resistencia y damos cuenta de estos ataques, como lo vienen haciendo las mujeres del azúcar, las estatales y maestras y la juventud, es una tarea de primer orden para este gobierno, ya que conocen de nuestra tradición de lucha. Por eso sabemos que si fortalecemos nuestra organización en los lugares de trabajo y estudio, y nos multiplicamos desarrollando un gran movimiento de mujeres en la provincia, podemos ser protagonistas y dar pelea por todos nuestros derechos.
Las mujeres nos ponemos de pie en la capital del ajuste y la represión
Desde que asumió el gobernador Morales y sus ministros como Cabana Fuzs y Calsina, no dejaron de amedrentar y criminalizar a los trabajadores y sectores populares para imponer el ajuste. En ese contexto las mujeres trabajadoras fuimos quienes salimos a dar cuenta de estos ataques y oponer resistencia a los mismos.
A la detención de Milagro Sala en diciembre por protestar donde encabezamos acciones en solidaridad y exigiendo su libertad, se le sumaron los despidos persecutorios e ideológicos en Agricultura Familiar en febrero, donde uno de los motivos del mismo fue haberse solidarizado con las organizaciones sociales que protestaban en la plaza. En este caso fueron las mujeres, muchas madres de niños recién nacidos, quienes se pusieron a la cabeza de la defensa de sus puestos de trabajo y de sus derechos, en un conflicto que duró varios meses y de extensión nacional, donde se logró hasta el momento en Jujuy la reincorporación de las 3 delegadas gremiales y 2 fallos a favor de 6 trabajadores despedidos.
Posteriormente el ataque al sector industrial como el azucarero hizo que nuevamente las mujeres se pongan de pie para defender la fuente laboral de las familias del ramal jujeño, por salarios acordes a lo que cuesta vivir, contra la represión y la criminalización de la protesta, lo que dió el puntapié para la conformación de la comisión de mujeres del sindicato de obreros y empleados del ingenio Ledesma que funciona de manera activa.
Ahora son las maestras y estatales, la mayoría mujeres, quienes están en la mira del gobierno provincial para dar un escarmiento si salen a luchar. Es así que por haber realizado paros en toda la provincia por aumentos salariales que alcancen la canasta familiar, recibieron en estos días descuentos salariales de 1000 pesos como mínimo, superando en muchos casos el 10% de sus salarios.
El gran acatamiento a los paros del sector que fueron coordinados con trabajadores estatales de mas de 20 sindicatos, fue el puntapié para que el gobierno avance con una feroz campaña de estigmación y demonización a los trabajadores de la administración y servicios públicos. Además del descuento de los días de paro a modo de amedrentamiento, se lanzó una cacería de brujas con listas negras y persecución. La juventud no se quedó atrás y también fueron las mujeres las que denunciaron el accionar policial, avalados por un código contravencional, que los reprime y persigue.
Por todo esto fuimos nosotras quienes dimos cuenta de esta situación ante la Comisión de Derechos Humanos impulsada por nuestra compañera Myriam Bregman que funcionó en Jujuy y también en el encuentro del CEPRODH en Jujuy donde precisamente definimos impulsar una gran campaña nacional contra el régimen represivo en la provincia, pero también organizarnos y participar del encuentro nacional de mujeres en Rosario por todas nuestras reivindicaciones, para que no haya Ni Una Menos y seamos miles más en las calles.
Dulces como el azúcar, resistentes como la caña
Las mujeres trabajadoras junto a la juventud tenemos un gran desafío en el norte para poder dar cuenta de los que nos pasa. Defender nuestras conquistas, como también enfrentar al régimen policíaco del radicalismo y el massismo, que quieren que la crisis la paguemos los trabajadores y sectores populares. Por eso seguimos exigiendo la libertad de Milagro Sala, ya que a pesar de las enormes diferencias políticas y metodológicas que tenemos con su organización, sabemos que es la puerta de entrada para que avancen en la criminalización de todos los luchadores sociales. Contra el derecho a huelga y a estar sindicalizadas, contra el código contravencional y todas las leyes represivas y por la cárcel común y efectiva a los genocidas Blaquier y Lemos.
Nosotras somos el eslabón más vapuleado ya que vivimos toda forma de violencia que nos lleva hasta la muerte. La ilegalidad del aborto hacen que las más pobres mueramos por abortar. Las redes de trata y prostitución dejan a la vista la complicidad de los empresarios, gobierno, estado e instituciones como la policia, justicia y la iglesia. Nadie nos tiene que contar. Nos sobran los motivos para ser parte de esta gran movilización de mujeres en Rosario como también para organizarnos y multiplicarnos. Sabemos que si nos tocan, nos organizamos miles y que somos resistentes como el azúcar, pero también dulces como la caña.