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Red Internacional
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Debate. Otra más del Partido Obrero: no al cupo femenino

Un nuevo debate en el Frente de Izquierda sobre la opresión de las mujeres. Ahora, sobre el cupo femenino en las listas electorales. La diputada Myriam Bregman contrapropone al proyecto de paridad, un piso mínimo y no máximo de 50% de mujeres, al tiempo que denuncia la maniobra del oficialismo de usar la paridad para maquillar una reforma electoral reaccionaria. El PO, por su parte, mientras en Salta sus diputados votaron a favor del proyecto oficial de "paridad", lanza una campaña furibundamente en contra de la propuesta de Bregman que ya recibió el repudio de distintos sectores del movimiento de mujeres.

Andrea D'Atri

Andrea D’Atri @andreadatri

Viernes 7 de octubre de 2016 11:24

Dice el proyecto de la diputada Myriam Bregman, del PTS/Frente de Izquierda: “Por supuesto, no desconocemos que la igualdad ante la ley no es la igualdad ante la vida, que la igualdad formal no significa la igualdad real. Siendo más de la mitad de los seres humanos que habitan el planeta, la situación de las mujeres sigue siendo desventajosa con respecto a los varones en todos los terrenos. (…). Claramente, la ley en sí misma no garantiza la solución del problema, ni mucho menos, pero una proyecto como el que impulsamos, complementario de otros que hemos promovido en esta Cámara (…) va en el sentido de debilitar los obstáculos que hoy impiden a las mujeres acceder a cargos políticos, como los de diputados y senadores. La lucha del movimiento de mujeres ha permitido conquistar derechos que hasta hace tan sólo algunas décadas eran impensados, pero la situación de las mujeres y de la comunidad LGTBI demuestra que la responsabilidad de los gobiernos, el Estado y sus instituciones no comienza ni termina con la sanción de una ley. Por eso sostenemos que sólo la fuerza organizada de centenares de miles de mujeres y el pueblo trabajador en su conjunto puede acabar con este régimen social en el que se originan y reproducen los padecimientos inauditos de las clases explotadas y los sectores oprimidos. Entretanto ponemos nuestras bancas a disposición del movimiento que reclama su derecho a la participación política, conscientes de que la conquista de estas demandas servirán para elevar la moral de los sectores explotados y oprimidos, en este caso el de las mujeres.”

A nadie se le escapa que la igualdad ante la ley no es la igualdad ante la vida y que ésta no puede conquistarse plenamente en una sociedad basada en la explotación de millones de seres humanos, por un puñado de parásitos capitalistas. Por eso somos anticapitalistas, revolucionarios y luchamos por el socialismo. Pero eso no nos impide, sino por el contrario, nos obliga a estar en la primera línea de la defensa de las libertades democráticas y en la lucha por arrancarle a este podrido régimen social y político, los más amplios derechos que podamos conquistar aún bajo su dominio. Así lo hicimos con el matrimonio igualitario, con la ley de identidad de género, como lo hacemos también en la lucha por la legalización del aborto, sabiendo que son derechos elementales y pequeños jalones en la igualdad, al menos ante las leyes, de esta democracia capitalista.

Claro que sabemos que cuando el oficialismo propone la paridad del 50%, es apenas una maniobra para maquillar el conjunto de su propuesta de reforma electoral, que incluye otras modificaciones. Por eso exigimos que el proyecto de cupo se discuta por separado, y que no sea utilizado para legitimar la reforma antidemocrática. Y además, propusimos que el 50% de mujeres en las listas sea un piso mínimo y no un techo. “Nuestro proyecto, en cambio, propone un cupo mínimo del cincuenta por ciento (50%) de mujeres, que incluye por supuesto a quienes se autoperciban como tales, negando de plano la imposición de un ‘cupo masculino’ y garantizando que puedan existir hipotéticamente listas con hasta el cien por ciento (100%) de candidatas mujeres o autopercibidas mujeres.”, dice el proyecto presentado por Myriam Bregman.

¡Disparen contra el PTS!

Néstor Pitrola –y detrás suyo, otros referentes del Partido Obrero- salieron a disparar contra el proyecto de paridad del oficialismo… Pero no para exigir que las mujeres no tengan un techo impuesto de 50%, porque también se oponen –y más furibundamente, incluso- contra el proyecto de Myriam Bregman. Verdaderamente incomprensible para miles de simpatizantes y votantes del Frente de Izquierda que, como es lógico suponer, entienden que quienes nos reivindicamos socialistas, también defendemos los derechos democráticos elementales de los sectores socialmente oprimidos. Mucho más incompresible fue para vastos sectores del feminismo, que no pueden entender cómo una fuerza de izquierda rechace que las mujeres tengamos más posiciones que antes eran exclusivas de los varones.

Claro que sus argumentos suenan tan forzados porque no hay ningún debate real en el fondo de tanto barullo fraccionalista contra el PTS, provocado en las redes sociales por los compañeros del PO. Hace menos de un año, más exactamente el 10 de noviembre de 2015, la Cámara de Diputados de Salta discutía la modificación del artículo 38 de la Ley Electoral Nº 6444 que incorporaba la obligatoriedad de la paridad de género en las listas. La diputada provincial Gabriela Jorge, del Partido Obrero, proponía un cambio al proyecto oficial. ¿Adivinen cuál? Que el 50% de mujeres no fuera un “techo”, sino un piso mínimo de la participación femenina en las listas. La modificación que propuso Gabriela Jorge –que consideramos correcta y es similar a la ahora presentada por nuestra compañera Myriam Bregman en el Congreso Nacional- no fue aceptada y, finalmente, ella terminó votando a favor del proyecto oficial de paridad, que salió ¡por unanimidad! Hace pocos días Guillermo Kane en la provincia de Buenos Aires (donde no se discute ninguna reforma política, hizo exactamente lo contrario y votó en contra.

Uno de los argumentos que esgrimen es que Cristina era mujer y fue un obstáculo para la legalización del aborto, entre otras cuestiones contra las mujeres. Pero deberían explicar si para ellos que una mujer pueda ser presidenta es lo mismo que no. Hasta 1951 en la Argentina ninguna mujer podía ser votada para cargos electivos. ¿Hubiera votado en contra el PO de que, junto al sufragio femenino, las mujeres pudieran también ser elegidas, o habrían dicho nada más que se trataba de un "taparrabos" para la reelección de Perón y hubieran votado en contra? Que Cristina, Merkel y la Thatcher fueran mujeres, de ninguna manera puede determinar que debemos estar por mantener al género femenino en un estatus de segunda. Como dice Myriam Bregman en su proyecto, todo avance, aún formal, debe servir para elevar la moral del sector oprimido, en este caso de la mayoría de la humanidad, las mujeres, como una plataforma para luchar por la igualdad real, es decir por acabar con este sistema de explotación y miseria.

Mientras decenas de miles de mujeres nos preparamos en todo el país para participar del XXXIº Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario, conmocionadas con los recientes femicidios ocurridos en Mendoza, las compañeras del Partido Obrero…. ¿sólo tienen para proponer una fuerte campaña contra el cupo femenino?

Flaco favor le hace el PO al Frente de Izquierda con estas posiciones que, envueltas en una suerte de maximalismo, se ponen del lado de los Olmedo y del sector más reaccionario del PRO que se niega a que salga cualquier cuestión que permita que las mujeres no sean aplastadas en sus listas, como es lo habitual. Esperemos que la posición de los compañeros diputados el PO en Salta no haya sido una "equivocación", y que el Partido Obrero en el Congreso apoye el proyecto de Myriam Bregman. No le regalemos a la cínica burguesía y sus partidos las banderas de la igualdad y la equidad.


Andrea D’Atri

Nació en Buenos Aires. Se especializó en Estudios de la Mujer, dedicándose a la docencia, la investigación y la comunicación. Es dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Con una reconocida militancia en el movimiento de mujeres, en 2003 fundó la agrupación Pan y Rosas de Argentina, que también tiene presencia en Chile, Brasil, México, Bolivia, Uruguay, Perú, Costa Rica, Venezuela, EE.UU., Estado Español, Francia, Alemania e Italia. Ha dictado conferencias y seminarios en América Latina y Europa. Es autora de Pan y Rosas. Pertenencia de género y antagonismo de clase en (…)

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