El diario La Nación en un nuevo editorial retomó el discurso discriminatorio contra el pueblo mapuche, al punto de mentir descaradamente sobre la intencionalidad del incendio en la comarca andina. A la supuesta responsabilidad RAM, ahora le suma anarquistas y trotskistas. Como el relato militar contra los subversivos en plena dictadura, intentan recrear un nuevo “enemigo interno”.
Lunes 22 de marzo de 2021 00:27
En una provocación típica del diario golpista La Nación, a días del 24 de marzo, el editorialista Reynolds ensaya el decálogo de acusaciones contra el pueblo mapuche típicas del macrismo. Una de las escaladas más fuertes de una campaña como ésta terminó en el asesinato por la espalda por parte del grupo Albatros de Prefectura, del joven mapuche Rafael Nahuel. Usan en esta ocasión citas de conocidos personajes racistas como el Senador por Río Negro y exgobernador de dicha provincia, Alberto Weretilneck, y personajes nefastos como Pichetto y Bullrich, entre otros.
Entre las nuevas acusaciones Weretilneck habló de la intencionalidad de los incendios en la comarca andina por parte de miembros de la comunidad de El Foyel. Y La Nación no iba a perderse la cita con sus declaraciones. Pero el senador miente deliberadamente para ocultar el vaciamiento que hicieron de los dispositivos de control de fuego y de recursos en la comarca andina y en la provincia que él mismo gobernó, manteniendo en la precariedad las instalaciones eléctricas como vienen denunciando los propios pobladores.
Desde el primer momento la respuesta a los incendios fue la criminalización. Primero de Cabandié que sin mandar los recursos que se le exigían dijo que iba a denunciar penalmente a los supuesto responsables. Y si el Ministro lo dijo, Weretilneck no iba a perderse la oportunidad de “profundizar” en esa teoría. En esto cierran filas para quitarle la responsabilidad que el Estado tiene sobre las medidas de prevención y dispositivos necesarios para afrontar esta terrible catástrofe.
Para Weretilneck sus dichos son un cálculo electoral, impulsando un discurso digno de Bullrich, busca que su partido provincial no sea nuevamente absorbido por la polarización entre los dos lados de la grieta, y es por eso que quiere aparecer a cualquier precio como vocero de la derecha rancia. La Nación, “chocha”; como dice el dicho miente, miente…algo quedará
El otro gran montaje fue tratar de estigmatizar a los pobladores que defienden el medio ambiente en la región, que han tenido siempre un compromiso activo en la defensa del agua , contra el saqueo y el extractivismo. La idea siempre es básica: los activistas anti-megaminería habrían atacado despiadadamente al Presidente. Dignos de la subversión para La Nación, estos activistas luego se esconden en las escuelas “dándole lecciones a nuestros hijos” como docentes. No por casualidad en ésta acusación también el diario se apoya en declaraciones del propio gobierno nacional y chubutense, quien detuvo a 5 manifestantes y ensaya una nueva persecución a quienes luchan contra la entrega de los recursos naturales que realiza Arcioni con el apoyo explícito del gobierno nacional.
La herencia de la Dictadura
A días del 24 de marzo La Nación se despacha citando al senador rionegrino: “Lo que se ve en la Cordillera son anarquistas y trotskistas, con los cuales es muy difícil entablar diálogo o negociaciones (…) la RAM directamente no reconoce al Estado argentino y a ninguna de sus autoridades”. Había que cerrar el pack de “enemigos internos”.
“Lo que se ve en la Cordillera son anarquistas y trotskistas, con los cuales es muy difícil entablar diálogo o negociaciones... " dice Weretilneck, exgobernador de Río Negro citado en La Nación.
Se le pasó que Lewis se afanó el Lago Escondido y Benetton 1 millón de hectáreas.— Nicolas del Caño (@NicolasdelCano) March 21, 2021
En realidad lo que intentan hacer una y otra vez es legitimar la política colonizadora, la misma que arrasó con los pueblos originarios provocando un verdadero genocidio para apropiarse de vastos territorios, masacrando a la población indígena y que hoy se profundiza con el modelo extractivista, el negocio del turismo y de grandes terratenientes extranjeros y nacionales en la región. Esa es la verdadera violencia que ejercieron históricamente, avalada por el Estado y sostenida gobierno tras gobierno.
Esto mismo es lo que vienen denunciando hace muchos años el Parlamento Mapuche Tehuelche de Río Negro y la Confederación Mapuche de Neuquén, pero este ataque no se limita solamente a nuestros pueblos originarios, sino también a organizaciones ambientalistas, a trabajadores de la educación, a la izquierda que hemos tenido una política coherente de denuncia del saqueo, la entrega y la contaminación que ha sido sistemáticamente practicada en nuestro territorio.
Esta política de entrega es también herencia de la dictadura en favor de las empresas imperialistas que extraen los recursos, asociadas a una burguesía nacional especuladora y socia menor de esta entrega. Y en esto no hay grieta que valga. A días del 24 de Marzo se hace imprescindible también en toda la Patagonia levantar las banderas contra la impunidad de ayer, y sobre todo, contra la que impulsan estos personajes nefastos. Este de marzo, una vez más, debemos responder en las calles.