La Fiscalía formalizó a dos de sus senadores. Pizarro suspende su militancia en la DC. Los partidos recriminan a Guillier y éste busca cuadrarlos. Un círculo que no cierra. Recrudecen tensiones en la Nueva Mayoría. La derecha, como el diablo, mete la cola.
Viernes 14 de julio de 2017
El fiscal Gómez solicitó formalizar a los senadores Rossi y Pizarro en su investigación del caso SQM.
Lo hace a pocos meses de las elecciones. Lo hace cuando se acaba de conocer que el Servicio de Impuestos Internos, para salvar tanto a las empresas como a los parlamentarios involucrados, definió no iniciar querellas, trabando la acción de la Fiscalía. O hace cuando la Fiscalía está dejando morir las investigaciones, presionando a sus fiscales más incisivos (como Gajardo), o buscando acuerdos extra-judiciales.
La derecha mete la cola. ¿Es casual que la esposa del fiscal Gómez, Patricia Pérez, fue ministra de Justicia de Piñera y después nombrada Conservadora de Bienes Raíces en Villa Alemana con un sueldo millonario y cargo vitalicio?
Ante la solicitud, el senador Pizarro, después de décadas de militancia falangista, decidió suspenderla, declarando que es hasta aclarar su situación judicial y para no perjudicar al partido de la flecha roja.
Es un nuevo golpe a la debilitada Nueva Mayoría, atravesada por múltiples tensiones. Desde la Nueva Mayoría mandan mensajes por la prensa, como que su candidato no tiene relato. El candidato responde organizando cenas quincenales para evitar las críticas por la prensa, que igualmente no cesan. Los partidos piden tener más peso en la campaña Guillier responde que no quiere hacer un comando formal con las figuras de los partidos. Personalidades del Partido Radical declaran que en su actual comando no hay nadie con experiencia en campañas nacionales, y muchos quieren correr a Karol Cariola del PC.
Los partidos están buscando subsanar su división, intentando una lista única, que a estas alturas resulta casi imposible, y decidiéndose entonces por un “acuerdo de gobernabilidad” para la segunda vuelta que asegure el apoyo mutuo. Todas negociaciones por arriba que nada tienen que ver con las demandas que surgen por abajo. Y que debilitan aún más las perspectivas de mantenerse en el Gobierno, ante una derecha que se ve ganadora.