El problema de los incendios es muy recurrente en las villas por las condiciones en qué se vive. Una familia perdió todo y apenas pudieron salvar sus vidas con ayuda de las y los vecinos. El difícil acceso para bomberos y la dificultad de obtener agua, evitaron la posibilidad de extinguir rápidamente el fuego.
Domingo 4 de octubre de 2020 15:50
El viernes 2 de octubre comenzó un incendio en una de las casillas donde Lidia con sus tres hijos de 4, 5 y 9 años perdieron todas sus pertenencias y pudieron salvar sus vidas por la ayuda de sus vecinas y vecinos.
Pese a los esfuerzos no han podido lograr apagar el incendio, ya que es muy difícil conseguir agua y mucho menos lograr que el camión de los bomberos pueda acceder con facilidad en el barrio.
Las causas y agravantes de los incendios en villas encuentran sus causas en el déficit habitacional y el hacinamiento, producto del abandono estatal que históricamente no ha dado solución a esta problemática que afecta aproximadamente a 300.000 personas solo en CABA. Lo cual conlleva muchos obstáculos para el acceso a los servicios públicos en general y a los servicios de emergencia en particular.
Hace muchísimos años que los diferentes estados tienen una deuda en cuanto a la construcción de viviendas sociales para las familias que viven en las villas. No es el único incendio que se produjo en el barrio dentro del período de pandemia. Hace unas semanas se incendió una vivienda en el complejo habitacional “Dulce” en Lugano y los bomberos no pudieron acceder porque el Gobierno no arregló una entrada que está rota hace 8 años.
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Con estos incendios las familias tienen que empezar de cero una y otra vez. El invisibilizar cada vez más a los que menos tienen y abandonarlos como lo hace el Gobierno de la Ciudad en este caso específico, es un crimen social.
Quienes viven en las villas ya no creen que el estado se ocupe seriamente de los problemas habitacionales y sienten el abandono. Eso hace que se ayuden entre ellos, así una vecina ofreció su casa a la familia damnificada para que no tengan que pasar sus días en la calle. Lidia, quien perdió su casilla, es empleada doméstica, pero por la cuarentena no puede trabajar, por lo tanto, no tiene ingresos. Al día siguiente del siniestro su hijo mayor cumplía los años: la tristeza es mucha.
La familia necesita ayuda, se pide ropa de mujer talle L y ropa para una niña de 4 años y dos niños de 6 y 9 años. También calzados números 25, 29. 30 y 38. Las donaciones se están juntando en el comedor “La Sonrisa de los Niños”, ubicado en Manzana 29 Casa 26 de Villa 20. Si alguna persona puede cooperar, hay que llamar al teléfono 1138678134 para organizar el envío.
Historias como la de Lidia son una muestra de lo que miles de trabajadoras y trabajadores sufren cotidianamente, como las más de 2500 familias de Guernica.
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