El Gobierno de Kicillof, a través del ministro de educación Sileoni, anunció en medios de comunicación un proyecto de reforma en educación secundaria. Se trata de la flexibilización de las condiciones de repitencia. La derecha de Juntos salió a oponerse defendiendo el carácter meritocrático del sistema educativo actual. ¿Qué hay tras el discurso de inclusión y demagogia del gobierno? ¿Alcanza para revertir la crisis educativa? Las tareas de las y los docentes y los sectores combativos.
Sábado 11 de febrero de 2023 11:54
El ministro de Educación de la provincia Sileoni, anunció en medios de comunicación una reforma integral en secundaria con el fin de acabar con la repitencia y mejorar la educación de casi 1 millón y medio de estudiantes de más de 4 mil escuelas secundarias en la PBA. Si bien se postergó su tratamiento, prometen una inversión de “$8.000 millones en cargos y módulos docentes para que los profesores acompañen a los estudiantes en la tarea de recuperar los aprendizajes pendientes de aprobación”. Es decir que continúa la precarización como fueron los planes PIEDAS y los ATRs, en lugar de tomar medidas de fondo como desconocer la deuda externa a la que nos ató Macri y el FMI, cumplir las metas de inversión educativa y aumentar el presupuesto dando prioridad a la educación.
Las y los docentes que nos ocupamos por la educación de nuestros estudiantes, somos los primeros en estar de acuerdo con acompañar la promoción de las materias y eliminar la repitencia como un castigo, una condena que estigmatiza a los jóvenes poniendo en ellos la responsabilidad y no en los verdaderos responsables la causa del fracaso educativo, pero es una medida limitada.
¿Qué hay detrás de los índices de repitencia?
La pandemia evidenció una crisis general e ineficiencia del sistema capitalista que no garantiza salud pública de calidad para los sectores populares, pero tampoco la educación. En Argentina el Estado no garantizó recursos para la educación virtual y vimos como 1 millón de estudiantes fueron prácticamente expulsados de la escuela y dejaron sus estudios. Incluso estos días se evidenció que en los últimos 15 años ningún gobierno, ni macristas ni peronistas, cumplió la meta de la ley de financiamiento educativo.
De esta manera se avanzó en la dualización en la educación, profundizando un modelo de educación de mayor calidad para ricos y una pauperización de la educación para pobres que arrastramos desde las imposiciones del neoliberalismo en los 90´y ningún gobierno revirtió.
Alrededor de un 30% de estudiantes que dejaron la escuela en pandemia, son de
la provincia de Buenos Aires. Justamente son parte de quienes venían padeciendo el ajuste de Macri-Vidal y empeoraron con el salto en la crisis económica en 2020. Millones de niñes, adolescentes y sus familias cayeron en la pobreza, desocupación, pérdida de vivienda y enormes problemas sociales que todavía atraviesan a la juventud.
Es así que a costa de precarizar la labor docente y la calidad educativa, el gobernador Kicillof no atacó las causas sociales y económicas, ni invirtió en educación.
Siguiendo los mandatos del FMI, para “ahorrar en el gasto del Estado”, en nombre de priorizar la educación lanzó planes “parches” como el PIEDAS y el ATR para “buscar estudiantes en sus casas” y garantizar la continuidad pedagógica. Por supuesto que el esfuerzo de las y los docentes ayudó a un pequeño porcentaje de estudiantes a mantener su trayectoria escolar.
Luego vinieron las flexibilizaciones en la evaluación y calificación conceptual, eliminando la numérica, por cuatrimestre y considerando la trayectoria anual del estudiante quien pudo recuperarla o intensificarla en el año siguiente. Sin embargo, los índices de repitencia y deserción continuaron como dan cuenta los propios funcionarios como Gustavo Galli, director de educación secundaria en la provincia, quien difunde que hay 140 mil estudiantes que repiten cada año. Y a pesar de la “recuperación económica” pospandemia, la “distribución” de ese crecimiento es desigual y el 36,5% de la población es pobre y en la provincia casi el 50% de niñas, niños y adolescentes son pobres.
Te puede interesar: La economía argentina: ¿una bomba a punto de estallar?
Te puede interesar: La economía argentina: ¿una bomba a punto de estallar?
Es decir que, se puso el foco en la escuela, en los hechos la educación secundaria viene transformándose en una educación “por trayectorias”. Este cambio da cuenta que el sistema meritocrático, elitista de organización por años y repitencia viene siendo excluyente, añejo y está en cuestión. Es evidente y necesario un cambio estructural en la escuela, pero ¿es esto lo que resuelve el rendimiento pedagógico de estudiantes que siguen viviendo en condiciones de pobreza y precarización?
Una reforma inconsulta, a espaldas de la comunidad educativa
Esta reforma no fue debatida en las escuelas,ni consultada con los más de 300 mil docentes, directivos, auxiliares de educación que junto a estudiantes y familias día a día sostenemos la educación.
Quién define estos cambios desde arriba es el Consejo General de Educación que desde que fue creado 1873, se conforma todos los años por 10 funcionarios elegidos por el poder ejecutivo (Gobernador), de los cuales solo 4 tienen que ser docentes en ejercicio, el Ministro de Educación es el presidente y otro de los consejeros es nombrado vicepresidente.
Es decir que 8 funcionarios totalmente alejados de las escuelas, son quienes definen encerrados en una oficina políticas de impacto sobre la vida escolar de millones. Tienen la potestad de definir programas y diseños curriculares, funcionamiento del sistema educativo, material didáctico y libros escolares. Nada en favor de los intereses de las mayorías populares puede salir de esa cocina.Tenemos que pelear por imponer nuestra voz, la de estudiantes y familias, principales interesados en defender y transformar la educación pública.
La educación tiene que ser prioridad, fuera el FMI y el ajuste del gobierno.
La docencia de la PBA viene de protagonizar paros masivos junto a la lista Multicolor denunciando el ajuste de Massa a nivel nacional y la desinversión educativa en la provincia que se suma al ajuste que se descarga sobre la vida de millones. Conocemos bien las causas de deserción y abandono escolar, cientos de miles de estudiantes tienen que dejar la escuela para trabajar y sostenerse y ayudar a sus familias, el Estado les da la espalda mientras desembolsa millones para el FMI y para la fraudulenta deuda externa que en diciembre de 2022 alcanzaba a U$S 396.539 millones (más del 80 % del PBI).
Por eso frente a la pobreza e inflación, la primer medida para enfrentar la repitencia y deserción es garantizar para estudiantes de bajos recursos becas escolares iguales a la canasta básica, canasta escolar gratuita y de calidad frente al aumento de más del 140% de los precios de útiles escolares, aumentar el presupuesto educativo para crear cargos, que todos trabajemos un cargo con salario igual a la canasta familiar, construir escuelas para acabar con el hacinamiento en las aulas y falta de vacantes, todas medidas contrarias al ajuste que el gobierno nacional y provincial con el acompañamiento de la oposición de derecha están llevando adelante.
Te puede interesar: Un ajuste que duele: la canasta escolar básica aumentó 142 % en un año
Te puede interesar: Un ajuste que duele: la canasta escolar básica aumentó 142 % en un año
Para dar una salida de fondo y revertir la crisis educativa tenemos que discutir y tomar en nuestras manos transformar las condiciones de enseñanza- aprendizaje, las condiciones sociales para pelear por otra educación, retomando las lecciones de la revolución rusa, donde la clase trabajadora se hizo del Estado, comenzó la transformación socialista y entre las primeras medidas del gobierno obrero estaban la abolición de los exámenes y el sistema de concesión de calificaciones y certificados, en la perspectiva de construir una educación libre contra el modelo escolástico o libresco.
Por eso no solo queremos debatir los métodos de promoción o acreditación de las materias, peleamos por la nacionalización de la educación con un total financiamiento del Estado, pero la elaboración de contenidos y la organización del sistema escolar tiene que estar en manos de las mayorías protagonistas que somos las y los docentes, trabajadores de la educación, estudiantes y familias. Tenemos que debatir y tomar en nuestras manos la tarea de terminar con una educación secundaria que atiende las necesidades del mercado, que exige una mano de obra cada vez más precarizada. Lejos de una educación que forme para el desarrollo cultural, técnico y científico en función de los intereses de las mayorías sociales.
Es urgente, frente al inicio del ciclo lectivo que organicemos asambleas junto a estudiantes y familias para imponer asambleas generales a la conducción de SUTEBA y el FUDB que se mantienen en silencio hasta ahora, separando la discusión paritaria del debate de la organización escolar que afecta el futuro de nuestros estudiantes y nuestras condiciones laborales. Necesitamos un plan de lucha para arrancarle el aumento del presupuesto educativo al gobierno de Kicillof y preparar la perspectiva de un congreso educativo con participación democrática donde discutamos qué reforma necesitamos y cómo peleamos para imponerla. Desde las seccionales combativas de SUTEBA que hemos recuperado junto a las decenas de miles de docentes Multicolor en toda la provincia tenemos que empezar a construirlo para imponer nuestras voz y prioridades al momento de definir qué educación necesitamos.