El PP, PSOE y Ciudadanos volvieron a escenificar este lunes su defensa de los intereses capitalistas, rechazando la propuesta de Zaragoza en Común de aumentar los impuestos del Ayuntamiento de Zaragoza a las grandes empresas.

Carlos Muro @muro_87
Miércoles 28 de octubre de 2015
Foto: Ayuntamiento de Zaragoza
La Comisión de Economía del Ayuntamiento de Zaragoza discutió este lunes la propuesta de Zaragoza en Común (ZeC) de aumentar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) a los valores catastrales más altos de usos industriales y comerciales. Es decir, a los más ricos.
La propuesta de ZeC, que consistía en el aumento del IBI al 10% a los usos de tipo industrial, oficinas, comercio, ocio y hostelería -a partir de los 750.000 euros de valor catastral-, fue rechazada por el voto del PP, PSOE y Ciudadanos, con la excepción de la Chunta Aragonesista.
Sin alcanzar ningún tipo de acuerdo, se fijó sólo la bajada del impuesto de Bienes Inmuebles en los usos de tipo residencial en un 21,7%, a propuesta del Partido Socialista. Tampoco salió adelante el incremento del Impuesto de Actividades Económicas (IAE).
Fernando Rivares, Concejal de Economía y Cultura, defendió la bonificación por inicio de actividad, a pesar de que ZeC había propuesto la supresión.
Una vez más los principales partidos del régimen -PP y PSOE- vuelven a sellar su “santa alianza”, a la que se ha sumado gustosamente Ciudadanos, para defender los intereses de los grandes capitalistas.
Estrictamente hablando, la propuesta de ZeC es una limitada medida de incremento en los impuestos a los más ricos, que no cuestiona en lo más mínimo la existencia de las grandes fortunas. Pero los representantes de la casta de políticos profesionales con la que cuentan los capitalistas, actuando como una verdadera junta de accionistas, ni siquiera están dispuestos a permitir la más ínfima medida que afecte los intereses de sus jefes.
“¿Cómo se paga la enorme deuda, cómo se mantienen servicios con estas ordenanzas?”, preguntó en el pleno el consejero Fernando Rivarés. La pregunta de Rivarés fue más que pertinente, considerando la altísima deuda del consistorio de Zaragoza.
Sin embargo, la solución planteada por ZeC es como diría, irónicamente, Juan Carlos Monedero “matar un dragón con un matamoscas”, puesto que ninguno de los partidos de esta “santa alianza” va a cuestionar a las grandes fortunas, ya que sería cuestionarse a sí mismos.
Los empresarios consideran un derecho inalienable el usufructo de sus posesiones y riquezas. Sin embargo, los trabajadores y trabajadoras somos quienes venimos pagando los platos rotos de sus crisis, de sus políticas neoliberales y su deuda.
El aumento progresivo de los impuestos a las grandes fortunas y grandes empresarios es, entre otras, una tarea ineludible, para defender nuestro derecho al pan, al trabajo, al techo y a la dignidad, como rezaban las pancartas de las Marchas de la Dignidad hace pocos días. Pero como decía Marx, “entre derechos iguales decide la fuerza.”
Por ello, la conquista de nuestros derechos no puede venir de ningún modo del diálogo y el “debate parlamentario” con los “partidos de los empresarios”, sino de la lucha de clases. La estrategia propuesta por Zaragoza en Común sólo puede conducir a la impotencia de ver naufragar hasta sus tímidas propuestas reformistas en negociaciones de palacio. La clave pasa por impulsar la lucha de clases para imponer a los capitalistas un programa en defensa de la mayoría de los trabajadores y el pueblo de Zaragoza.

Carlos Muro
Nació en la Zaragoza en 1987. Es estudiante de Historia en la UNIZAR. Escribe en Izquierda Diario y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.