Tras la reunión mantenida entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se va perfilando qué tipo de colaboración gubernamental habrá entre PSOE y Podemos para la formación del nuevo Gobierno. Con el apoyo de Podemos a la investidura se aparta la posibilidad de repetir las elecciones, pero la necesidad de Sánchez de contar con más apoyos marcará la agenda política en las próximas semanas.
Juan Carlos Arias @as_juancarlos
Miércoles 12 de junio de 2019 07:28
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, durante la reunión mantenida el martes en el Congreso de los Diputados. EFE/Zipi
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han comenzado a dar pasos hacia lo que podría ser algún tipo de acuerdo de Gobierno, según se puede concluir del resultado de la reunión, de algo menos de hora y media, celebrada este martes por la mañana entre ambos líderes políticos.
No se veían las caras desde hace más de un mes y ni siquiera se habían producido contactos informales. Si bien las elecciones municipales, autonómicas y europeas tuvieron algo que ver, también Pedro Sánchez aprovechó para marcar distancias y tratar de asegurarse una posición política sin muchos peajes ni condicionamientos de Podemos, sobre todo tras los malos resultados electorales de la formación morada el 26M.
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La reunión se enmarca en la ronda de negociaciones que el presidente en funciones ha mantenido durante la tarde del mismo martes con los líderes del PP y Ciudadanos. El mismo día en que se veía con Iglesias, Sánchez no despejó ninguna duda sobre su voluntad, manifestada muchas veces, de tratar de lograr algún acuerdo con Albert Rivera. Voluntad que el líder de Ciudadanos ha vuelto a rechazar, a pesar de tratarse de la fórmula favorita del IBEX35.
Sin embargo, Pablo Iglesias ha salido satisfecho de este primer contacto. El primer acuerdo alcanzado abre el camino a futuras nuevas reuniones de trabajo, ya más discretas, para tratar de alcanzar acuerdos programáticos. Según Iglesias, en esta reunión Pedro Sánchez le ha propuesto avanzar hacia un “Gobierno de cooperación".
El líder morado ha destacado, sin embargo, que para él lo importante es "conseguir un Gobierno plural con representación proporcional a los votos de las elecciones generales".
Gobierno de cooperación
La definición de la fórmula concreta del pacto de investidura entre y PSOE-Podemos es ambigua, tanto por la resistencia del PSOE a un Gobierno de coalición con Podemos, como por el hecho de que el pacto no sumaría la mayoría necesaria -la suma del PSOE y Unidas Podemos da 166 diputados, a 9 escaños de la mayoría absoluta- ni para formar gobierno ni para lograr acuerdos legislativos.
Tanto Iglesias como Adriana Lastra, representante del PSOE, han señalado que de momento no se ha hablado de carteras ministeriales ni de ningún tipo de veto previo. Pero es un hecho que desde las elecciones del 28A, la intención de Pedro Sánchez ha sido diluir la posible influencia de Unidas Podemos en el futuro ejecutivo y mantener la puerta abierta a la colaboración con Ciudadanos, e incluso con el PP.
El objetivo de Sánchez es logra una investidura que no se encuentre condicionada ni por Podemos ni por los nacionalistas catalanes. Pero incluso si pudiese lograrlo, no se espera una legislatura cómoda para el PSOE por parte del bloque del “trifachito”, que promete mantener una política de desgaste contra el futuro gobierno.
A los pies del PSOE
Unidas Podemos espera poder condicionar al Gobierno de Pedro Sánchez para que adopte algunas medidas sociales más profundas de lo que por propia voluntad de los social liberales podrían llevarse a cabo con un Gobierno en solitario del PSOE, no digamos en alianzas con sectores “a su derecha” como Ciudadanos.
Pablo Iglesias está dispuesto a pactar a toda costa con Pedro Sánchez como única política. Así se lo transmitió a Felipe VI en la ronda de consultas con el monarca la semana pasada, prometiendo que su formación es hoy una garantía de orden y estabilidad. Un destino trágico después de haber jugado un papel fundamental en la recuperación del PSOE, y con ello del con junto del Régimen político, que hoy hace cada vez más superflua la propia existencia de Podemos.
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Tras haber abandonado en el baúl de los recuerdos la definición del PSOE como parte de “la casta” del Régimen del 78 junto al PP, aunque Iglesias trate de vender que quiere participar del Gobierno de Pedro Sánchez para imponer algunos aspectos de lo que denomina “agenda social”, el líder de Podemos se cuida mucho de hacer cualquier cuestionamiento a Sánchez. Aun cuando los “socialistas” ya han aceptado plenamente -y hasta alabado- la reforma laboral del PP, están dispuestos a seguir gobernando para el Ibex35 -como lo han hecho siempre- y son un factor clave en la ofensiva reaccionaria contra los derechos democráticos del pueblo catalán y sus líderes políticos presos.
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Las negociaciones de investidura son una nueva demostración de que, a cinco años de su nacimiento, Podemos -junto a sus socios de Izquierda Unida-, se ha integrado al Régimen como una nueva “casta” de izquierda, cuya estrategia se reduce a intentar regenerar el Régimen del 78 junto al PSOE.
Ante la bancarrota del nuevo y viejo reformismo, es urgente desarrollar una nueva hipótesis estratégica que abone el surgimiento de una extrema izquierda anticapitalista, revolucionaria y de la clase trabajadora. La experiencia hecha por franjas cada vez más amplias de trabajadores, mujeres y jóvenes en todo el Estado, es la base para su desarrollo.
Juan Carlos Arias
Nació en Madrid en 1960. Es trabajador público desde hace más de 30 años y delegado sindical por UGT de la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid. Es columnista habitual de Izquierda Diario en las secciones de Política y Economía. milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.