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Red Internacional
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PERIODISMO. Pablo Honorato y la complicidad del periodismo con la dictadura

Hace pocos días, el periodista de Canal 13 Pablo Honorato señaló que no fue cómplice de la dictadura, rechazando de esta manera múltiples denuncias que tiene en su contra. Sin embargo y como dice el dicho, el que calla otorga.

Natalia Cruces Santiago de Chile

Viernes 19 de junio de 2015

Hace unas semanas, desde Izquierda Diario comentamos sobre Pablo Honorato y su relación con la dictadura (http://www.laizquierdadiario.cl/Pablo-Honorato-y-la-dictadura). En esa nota dábamos cuenta de las denuncias que existen sobre la complicidad de Honorato durante el periodo dictatorial, como por ejemplo el sitio de derechos humanos Memoria Viva, donde se recopila y difunde información sobre las brutales violaciones a los derechos humanos, y en el que señalaban que Honorato estuvo en algunos casos emblemáticos de la dictadura en los que se contó con la complicidad de la prensa de aquellos años, que luego mostraron ser montajes o noticias falsas, generadas para desinformar, ocultar, mentir, etc.

En distintos medios y a lo largo de los años, estas acusaciones han rondado no solo a Honorato sino también a otros periodistas y medios que actuaron relacionados con la dictadura.

Honorato señaló hace pocos días atrás que las acusaciones en su contra son falsas y comentó en una entrevista a La Tercera que “no fui cómplice de la dictadura como algunos dicen. Me tocó ejercer en un período complicado y yo no podía hacer más de lo que me pedían”. Inmediatamente habla del “régimen militar”. Como Honorato siendo periodista sabe muy bien, las palabras dicen mucho. No es lo mismo hablar de “régimen militar” como si fuera un gobierno más, que de dictadura. Decir dictadura es decir violación a los derechos humanos, represión, detenidos desaparecidos, tortura, asesinato, montajes. Decir régimen militar es intentar, como hace la derecha –y como buscó durante el gobierno de Piñera y su Ministro Beyer- lavar la cara, ocultar o maquillar, el verdadero rostro de lo que fue: una sangrienta y brutal dictadura militar.

También Honorato intenta justificarse, diciendo que los periodistas no son dueños del medio ni la línea editorial. Sin embargo miles de periodistas prefirieron trabajar en medios alternativos, donde sí se denunciaba y se contaba lo que se vivía en el país, donde no se mentía diciendo que los detenidos desaparecidos estaban de viaje en Europa, donde no se inventaba que los ejecutados políticos o muertos por tortura habían sido asesinados por sus propios compañeros de militancia, donde no se presentaban los asesinatos políticos como falsos enfrentamientos.

Honorato se justifica diciendo que “el periodista debe guiarse por la línea editorial que tiene su lugar de trabajo, y si no le gusta se tiene que ir nomás”. Esto no hace más que justificar, pero además, el mismo lo dice claramente “si no le gusta se tiene que ir nomás”. Honorato no se fue, se quedó trabajando, siendo parte de esos mismos medios y noticias que fabricaban información falsa sobre la violación a los derechos humanos. Uno de esos casos, fue el asesinato del periodista Augusto Carmona, que fue informado por el mismo Honorato como parte de un enfrentamiento de un subversivo y extremista contra la policía, lo cierto es que fue asesinado por agentes de la dictadura.