En una editorial de Canal Red, el medio fundado por el exvicepresidente de Sánchez, reclama un ministerio en el siguiente ejecutivo. Este sería el precio para seguir comprometido con sus decisiones, aunque reconoce que serán cada vez más de derecha por la dependencia parlamentaria del PNV y Junts.
Santiago Lupe @SantiagoLupeBCN
Jueves 16 de noviembre de 2023
Este jueves, si Junts no da ninguna sorpresa, Pedro Sánchez será investido presidente del gobierno. El pacto de gobierno alcanzado con Sumar inaugurará un nuevo gobierno “progresista” condicionado por una mayoría parlamentaria inestable - casi volátil - y por la Judicatura y la derecha en pie de guerra.
Entre tanto ruido en la calle Ferraz, el contenido del plan de gobierno y la composición del mismo, no han ocupado apenas espacio informativo. Sin embargo, es un hecho que el nuevo ejecutivo de coalición vendrá marcado por políticas aún más moderadas, cuando no ajustes abiertos como los que demanda Bruselas para los próximos años y con los que el gobierno en funciones ha mostrado su compromiso.
Entre las nuevas ministras y ministros, es también un hecho que no parece que vuelva a haber una titular de Podemos. La guerra entre Sumar y el partido de Belarra, Montero e Iglesias se salda a favor de la vicepresidenta. El partido morado responde a este intento de exclusión hoy mismo con una editorial en Canal Red con el título en forma de advertencia de "Si se confirma que Podemos es excluido del Gobierno".
En ella aseguran que de ser así “Podemos pasará a contar en ese momento con una completa autonomía política y parlamentaria”, lo que implicaría que “a partir de este mismo jueves, van a negociar de forma autónoma y de acuerdo con su propio programa político todas y cada una de las leyes que lleguen al Parlamento desde el Gobierno”.
Este arrebato de independencia no se debe a ninguna convicción profunda o a una diferencia sustantiva con el programa de gobierno. En todo el texto dejan claro que bastaría con que Díaz y Sánchez concedieran un ministerio al partido de Iglesias para que este se comprometiera con todas las decisiones del nuevo gobierno, como han hecho desde 2019.
Reconocen que en la nueva legislatura “ya no existe una mayoría parlamentaria progresista y de izquierdas —requiriéndose los votos del PNV y Junts, dos partidos de derechas en lo económico, para aprobar cualquier iniciativa— y, que, por lo tanto, muchas de las medidas que ha prometido Sánchez en el debate de investidura ni siquiera se podrán llevar a cabo por falta de números en el Congreso”.
Es decir, estaríamos ante un gobierno mucho más social-liberal y conservador que el anterior. Ante esta situación, la editorial señala que “Yolanda Díaz tendrá que acompañar discursivamente a Sánchez”, sin embargo, si no tienen un puesto en el Consejo de ministros y ministras, “los de Podemos no tendrán ninguna obligación de hacerlo”.
El medio fundado por Iglesias señala que las filtraciones realizadas a diversos medios de comunicación otorgan un ministerio para la misma Díaz, otro para Mónica García de Más Madrid, otro para Sira Rego de IU y otro para el errejonista Pablo Bustinduy. Recuerda que Podemos tiene 5 diputados - los mismos que IU o los Comunes -, que en su consulta participaron 55.000 inscritos, que han sido partícipes de algunas de las principales políticas del anterior gobierno y el papel decisivo del mismo Iglesias en 2019 para forzar al PSOE a aceptar un ejecutivo de coalición.
Recuerdan también como en 2019 “Iglesias negoció con Pedro Sánchez en 2019 que convirtiera la Dirección General de Consumo en un ministerio y el socialista aceptó la propuesta, fue con el único objetivo de que Alberto Garzón pudiera formar parte del Gobierno a pesar de contar Izquierda Unida con tan sólo dos diputados y así comprometer al conjunto del grupo parlamentario de Unidas Podemos con las decisiones del Ejecutivo”.
Piden ahora el mismo trato y generosidad. Un ministerio a cambio de volver a comprometerse con las decisiones del nuevo ejecutivo. Que este vaya a ser más conservador, social-liberal, comprometido con las políticas de extranjería de la UE, la OTAN o el respaldo al Estado de Israel, poco importa. Ofrecen su silencio y complicidad con estas políticas, a cambio de mantener al menos un ministerio.
Las maniobras de Yolanda Díaz para desprenderse de Podemos son una guerra de aparatos, aunque no solo. Son funcionales a la búsqueda de un perfil aún más moderado e integrado en el régimen, hasta lo que se ha convertido su espacio, un mero apéndice del PSOE. Sin embargo, el fondo de la estrategia de ambos es la misma. Un cogobierno con los social-liberales que termina siendo un mercadeo de pequeñas concesiones a cambio de que jueguen el papel de pasivizadores de la calle y legitimadores de políticas de derecha y una restauración del régimen del 78 con barniz “progre”.
Unos con menos “ruido”, como le gusta decir a Yolanda, y otros con algunas críticas desde las redes o su canal de comunicación, pero estando comprometidos - o reclamando poder estarlo - con las “decisiones del Ejecutivo”. Ninguna de estas opciones suponen una alternativa en el sentido de la izquierda que necesitamos construir. Una izquierda independiente del social-liberalismo, que no aspire a ser su muleta o su ministro, sino a enfrentar sus políticas proempresariales, racistas e imperialistas, la única forma, por otra parte, de dispuitar el malestar y las calles a la demagogia de la derecha.
Santiago Lupe
Nació en Zaragoza, Estado español, en 1983. Es director de la edición española de Izquierda Diario. Historiador especializado en la guerra civil española, el franquismo y la Transición. Actualmente reside en Barcelona y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.