Pablo Muñoz, dirigente obrero del Partido de Trabajadores Revolucionarios y dirigente del Sindicato Interempresa FCAB, quien ha estado a la cabeza, junto a la asamblea de despedidos de FCAB, resistiendo por más de 100 días contra los despidos del grupo Luksic.
Sábado 17 de noviembre de 2018
“La lucha de los despedidos del “Ferro” nos transformó. Los empresarios, quieren que nos acostumbremos a sus humillaciones. Pero 11 familias ferroviarias, trabajadores de FCAB y mujeres, empezamos a cambiar esta historia. En el mes de julio, decidimos enfrentarnos a la familia más poderosa del país.”
Pablo Muñoz saludó a los trabajadores que hoy vienen dando la pelea contra los despidos, la contaminación y los derechos de las mujeres, destacando las luchas que se han llevado adelante en el norte de país, en la ciudad de Antofagasta, donde los trabajadores despedidos han jugado un importante rol por la unidad de los trabajadores de distintos sectores en acciones comunes.
El dirigente reivindicó la lucha de la clase trabajadora en los últimos años, como mineros, portuarios, trabajadores y trabajadoras postales, docentes, trabajadores por No+AFP que se han movilizado en todo el país, avanzando en la unidad y solidaridad. Al mismo tiempo, denunció el rol de las dirigencias sindicales de la CUT quienes se han acomodado a esa estructura sindical, conteniendo y aislando las luchas que cuestionan a los gobiernos de la Nueva Mayoría.
Revisa el discurso completo de Pablo Muñoz, dirigente obrero del Partido de Trabajadores Revolucionarios y dirigente del Sindicato Interempresa FCAB
Compañeras, compañeros, es un orgullo estar en este acto internacionalista junto a mis compañeros trabajadores, a la asamblea de despedidos de FCAB y sus familias, con mi compañero Nicolas Bustamante, dirigente ferroviario, por quien seguiremos luchando por su reincorporación definitiva, y con quienes llevamos más de 100 días resistiendo contra el grupo Luksic. Junto a estudiantes, docentes y la compañera Daniela Avilés, profesora reincorporada después de siete meses de lucha. Con las compañeras asistentes de aula que se han organizado y han estado codo a codo con nosotros. Con trabajadoras y trabajadores del GAM, quienes están luchando por el reconocimiento del derecho a negociar colectivamente. Con trabajadoras y trabajadores del retail, de correos de Chile; trabajadores industriales de Antofagasta y Quilicura. Nos hermanamos con la lucha que están dando los compañeros despedidos de Komatsu, que vienen peleando contra la trasnacional japonesa. Por eso decimos ¡Familias en las calles nunca más!
La lucha de los despedidos del “Ferro” nos transformó. Los empresarios, quieren que nos acostumbremos a sus humillaciones. Pero 11 familias ferroviarias, trabajadores de FCAB y mujeres, empezamos a cambiar esta historia. En el mes de julio, decidimos enfrentarnos a la familia más poderosa del país.
Luksic es dueño de puertos, minas y el Ferrocarril. El grupo, que en el gobierno de Bachelet le ofrecía préstamos fáciles a Natalia Compagnon, desatando el caso Caval. Que en junio dejó en la calle a 300 trabajadores de Canal 13 y que contamina la ciudad de Antofagasta, que incluso tiene los índices de cáncer más altos que las ciudades más polucionadas de China.
En el Ferro nos tienen divididos con “multirut”. Nos pagan mal. Nos enferman con la contaminación. Somos 1.300 trabajadores, que movemos el cobre de lugares tan importantes como Escondida y Chuquicamata. Tenemos un gran poder; pero estamos divididos en 6 sindicatos, con dirigentes que tiran para el lado de la empresa y buscan privilegios con sus cargos. Esto, seguramente, les suena conocido: no es ajeno a la realidad de millones de trabajadoras y trabajadores en el país.
La Concertación y la derecha sólo nos trajeron subcontrato, empleo precario, división en pequeños sindicatos por empresa, sin capacidad real de negociar, manteniendo la herencia de la dictadura militar y la transición pactada.
La CUT dirigida por el PC y el PS, le dio gobernabilidad a la Nueva Mayoría, acomodándose a esa estructura sindical, conteniendo y aislando las luchas que la cuestionan. Y lo poco que movilizan, lo hacen respetando las ataduras del Código Laboral de la dictadura, que condena a los trabajadores a luchar por demandas puramente económicas y divididos por empresa.
Pero en los últimos años, la clase trabajadora ha demostrado que puede cuestionar esa estructura sindical. Los subcontratados mineros, superaron la división con paros nacionales y combatividad, obligando a la empresa mandante a sentarse a negociar. Los portuarios de todo el país, paralizaron en solidaridad con sus compañeros de Mejillones. Los trabajadores postales de Correos de Chile, se autoorganizaron con delegados cuestionando la división de los sindicatos. Docentes, se organizaron contra las direcciones burocráticas en la rebelión de las bases. El cuestionamiento a las AFP, tiene como protagonistas a grandes sindicatos de trabajadores, quel 2016 movilizaron a un millón de personas en todo el país.
Aunque esas luchas no lograron superar a la burocracia sindical, son símbolos que marcan el potencial de la vanguardia obrera chilena. Hemos sido actores de estas luchas y nos sentimos parte de esta tradición.
Compañeras, compañeros, son más de 100 días de resistencia:
Nos coordinamos con los profesores de la ciudad, con apoyo a las jornadas del 4 de septiembre, cuando chaquetas naranjas y profesores hicimos un corte común en las afueras del Liceo B-13. El 28 de agosto, el aguante que hicimos durante 3 horas en el acceso de FCAB gritando por la deuda histórica. Apoyamos al paro docente que en Antofagasta fue de dos días, el 3 y 4 de octubre conquistando las calles. Todas son muestras concretas de que a los “chaquetas naranjas”, nos interesa la unidad de todos los trabajadores en la lucha.
Lo mismo podemos decir de la unidad que hemos impulsado con trabajadores de la ANEF y del Servicio de Impuestos Internos, con jóvenes trabajadores de Easy. Con trabajadores de la fábrica de explosivos Orica, donde también desarrollamos una pelea por la reincorporación de nuestro compañero Javier Andrades, delegado despedido el verano de este año, que hoy está presente en este acto.
Otra importante pelea que hemos dado en Antofagasta, es la unidad de la asamblea de despedidos con el movimiento de mujeres. Nuestra lucha recién empezaba y en Argentina, aun no se decidía en el Senado qué pasaría con el aborto legal. Varias mujeres de nuestras familias, que son parte de nuestra lucha, se sintieron parte de la marea verde. Nosotros, los chaquetas naranjas, estuvimos marchando con las pañoletas verdes el 25 de julio y el 8 de agosto, en solidaridad con las compañeras que llenaron las calles en las afueras del Congreso en Argentina. Las compañeras de Pan y Rosas, nos han acompañado en todas las acciones de lucha del Ferrocarril.
Los del “Ferro” también fuimos protagonistas y organizadores de la primera marcha que unia la lucha contra los despidos con la lucha contra la contaminación de la familia Luksic, que condena a la ciudad a respirar partículas cancerígenas. Saludamos la presencia de la compañera Polet, esposa del compañero Alejandro Castro, símbolo de lucha contra la contaminación en Quintero y Puchuncaví. ¡Alejandro Castro, presente!
Esta lucha no sería posible, si no se hubiesen conjugado la valentía de trabajadores y mujeres, dispuestas a enfrentarse al más millonario de Chile, y la actuación de militantes obreros revolucionarios que destinamos nuestra vida a luchar por la completa liberación de la clase trabajadora.
Acá expresamos, en pequeño, el programa de unidad de las filas de la clase trabajadora y de la alianza obrera y popular, por el cual, el PTR lucha en el movimiento obrero. Esta fusión, entre la vanguardia obrera y la militancia, es lo que permitió recuperar nuestro sindicato ferroviario de las manos de la burocracia y ponerlo al servicio de la lucha.
En este camino, despedidos, trabajadores de FCAB, mujeres, fueron mostrando en la lucha misma, cuáles son las alianzas que necesitamos. Las cuales son contrapuestas, a las alianzas de los burócratas sindicales con los partidos de la ex Concertación.
Pero para nosotros, militantes del Partido Trabajadores Revolucionarios, reunir las fuerzas suficientes en las luchas de resistencia contra los despidos y la contaminación, es un punto de partida para ir por mucho más. Luchamos para que los sindicatos levanten la bandera de la estatización de los recursos estratégicos bajo gestión de los trabajadores y los sectores populares.
Muchos de los compañeros que hemos luchado en el Ferro, que estamos presentes en este acto, somos jóvenes trabajadores, igual que los compañeros de Komatsu. Somos la juventud y las mujeres quienes más sufrimos con la precarización y división de las filas obreras.¡No tenemos nada que perder! ¡Abran paso a la juventud y a la mujer trabajadora! ¡Con nuestra energía vamos a revolucionar los sindicatos para transformarlos en verdaderas herramientas de combate!
La lucha por ese programa y esa estrategia en el movimiento obrero, tiene como adversario, no solamente a la burocracia sindical del PC, que dirige la CUT. También se contrapone a la burocracia sindical, ligada al Frente Amplio, que a la cabeza del Colegio de Profesores coexiste pacíficamente y por eso no presenta ninguna alternativa.
Para nosotros la lucha del “Ferro”, es la demostración de que sí podemos construir una alternativa revolucionaria, clasista, combativa y antiburocrática en el movimiento obrero de todo el país. Es para dar esa batalla, que nosotros invitamos, a cada una de las trabajadoras y trabajadores que están presentes en este acto. Porque nosotros necesitamos salir de acá, para organizar a muchos más y transformar los símbolos de lucha de la vanguardia obrera en una nueva tradición que haga volar por los aires la estructura sindical heredada de la dictadura, y ponga a la clase obrera como sujeto político para hacer real la perspectiva de un gobierno de trabajadores de ruptura con el capitalismo. ¡Viva la Clase Obrera!