Al menos 141 personas, 132 de ellos menores, han muerto como resultado del ataque a una escuela gestionada por el ejército.
Miércoles 17 de diciembre de 2014
El ataque, uno de los más sangrientos en la historia del país, empezó a las 11 de mañana, hora local, cuando un grupo de entre siete y diez talibanes irrumpió en una escuela a la que asisten casi exclusivamente hijos del personal del ejército en la ciudad de Peshawar, en el noroeste del país. Luego de cinco horas de enfrentamientos entre los militantes islamistas y los comandos del ejército paquistaní, se informó que seis atacantes murieron.
Los atacantes lograron entrar a la escuela al treparse a una furgoneta estacionada junto a la pared del edificio y testigos presentes en la zona expresaron que los insurgentes empezaron a disparar indiscriminadamente apuntando a la cabeza de los escolares, a la vez que iban de aula en aula. La mayoría de los estudiantes tienen entre 5 y 16 años y fueron tomados como rehenes. Al cabo del combate, el teniente general del ejército paquistaní dijo que 960 estudiantes y profesores de la Escuela Pública del Ejército fueron rescatados. Muchas de las víctimas fueron traslados al hospital Lady Reading, uno de los más importantes de la ciudad, donde están recibiendo atención. Como les dispararon en la cabeza muchos menores han sido operados.
El grupo Tehrik-e-Taliban Pakistan (los talibanes de Pakistán), compuesto por diferentes grupos insurgentes locales, se adjudicó el atentado. El portavoz de los talibanes, Mohammed Khurasani, quien ha desempeñado esta función desde hace pocas semanas luego de que su antecesor se uniera a un grupo leal al Estado Islámico, señaló: “Queremos que sufran. Elegimos como blanco del ataque la escuela del ejército porque el gobierno está atacando a nuestras familias y mujeres”.
Consideradas como un símbolo de la autoridad del gobierno y anti-islámicas, las escuelas ya han estado en la mira. Hasta la fecha grupos militantes han destruido un millar de instituciones educativas, casi siempre de noche, cuando los edificios estaban vacíos. El de hoy es el primer atentado perpetrado a plena luz del día.
Diversos analistas especializados coinciden en que el grupo viene atravesando luchas internas para mantener el control de los enclaves que ha ido forjado; explican que el grupo está bajo presión y ha sufrido divisiones internas. Para los expertos cuando los líderes se sienten desafiados los ataques se vuelven más extremos ya que los líderes y sus seguidores buscan consolidar su influencia mostrándose más audaces.
El ejército ha lanzado una nueva ofensiva contra los talibanes de Pakistán que se inició en junio cuando el ejército recuperó las zonas tribales del norte de Waziristan, territorio donde operaba el grupo insurgente. Muchos analistas indican que el atentado a la escuela sería una represalia a esta avanzada, que ha dejado un saldo de 1.000 milicianos y civiles muertos.
El grupo hizo sentir su presencia en el corazón de Paquistán con un ataque en el aeropuerto de Karachi en junio pero este último ataque tuvo lugar a menos de 20 millas de la frontera este y desde entonces combatientes del los talibanes de Pakistán fueron asesinados por misiles lanzados con drones estadounidenses. Por otra parte, el grupo los talibanes de Pakistán es aliado de los talibanes de Afganistán y concuerdan en la implementación de la ley sharia y oposición a EEUU, pero a diferencia de estos últimos, consideran que el gobierno de Pakistán es blanco de su ataques.
Por su parte, Washington y otros centros de poder, expresaron su preocupación de que Pakistán tenga una actitud ‘selectiva’ hacia los militantes islamistas. A su vez, los gobiernos de Afganistán y la India, que han acusado a Pakistán de albergar a grupos militantes responsables por los ataques en sus países.
Mientras desde las oficinas de los gobiernos ya sea implicados en la guerra directamente o en buenos términos con ellos lloran lágrimas de cocodrilo frente a la terrible matanza de niños, sus políticas se muestran impotentes y son caldo de cultivo para futuros ataques.