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Red Internacional
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OPINIÓN. Palazzo, “el nuevo Moyano” y la realidad de los trabajadores bancarios

El portal web Infobae Profesional del 2 de enero publica una nota donde se “promociona” a Sergio Palazzo, secretario general del sindicato bancario, como el “sucesor de Moyano”.

Jueves 4 de enero de 2018 19:26

El portal web Infobae Profesional del 2 de enero publica una nota donde se “promociona” a Sergio Palazzo, secretario general del sindicato bancario, como el “sucesor de Moyano”.

Es verdad que los trabajadores no consideramos un elogio que a un dirigente sindical lo comparen con el “vandorismo” empresarial que practica Moyano, pero no faltan periodistas o medios que construyen mitos donde no los hay.

El artículo destaca que los bancarios entramos en conflicto por nuestra paritaria y también por la caja de jubilaciones de los trabajadores del Banco Provincia y atribuyen al dirigente de La Bancaria esa responsabilidad.

Sin embargo, desde la asunción de Mauricio Macri y a pesar del discurso opositor y hasta “combativo” que tiene Palazzo en los medios, los bancarios sólo tuvimos hasta diciembre último un sólo día de huelga: el paro nacional del 6 de abril.

La paritaria bancaria es testigo para todo el ámbito laboral, ya que aquí rigen acuerdos anuales de enero a diciembre. En ese contexto, la conducción de La Bancaria luego de amenazar con paros de 24, 48 y 72 horas por televisión a comienzos de 2017 terminó firmando, sin una sola medida de fuerza, el 19,5% que era ni más ni menos la cifra que quería el Gobierno.

En éste fin de año, el accionar de Palazzo no fue distinto que el de todos los anteriores. Con la paritaria venciendo el 31 de diciembre, llamó intempestivamente a un cese de actividades en las últimas dos horas de trabajo que en los hechos casi ninguna sucursal puede llevar adelante con recintos atestados de clientes. Tampoco sabemos los trabajadores cuánto pide el secretario general. Si sabemos, por los diarios, que en vez de reclamar un aumento salarial que marque una pauta que pueda ser referencia al conjunto de la clase trabajadora que ayude a enfrentar el ataque del Gobierno, arranca pidiendo suma fija (desconocida por los laburantes) por tres meses para discutir de nuevo a fines de marzo. Y así, sin conflicto, acata una conciliación obligatoria que termina cuando la conciliación está vencida.

Es verdad que Palazzo puede querer parecerse a Moyano, sobre todo al Moyano que se convirtió en una referencia de una burocracia “combativa” en los años de Menem. Pero no es justamente el dirigente que los trabajadores necesitamos para enfrentar el ajuste del gobierno nacional y los gobiernos provinciales.

Párrafo aparte para el rol de Palazzo en el conflicto del Bapro.

Es verdad que hemos protagonizado un paro histórico contra la ley impulsada por María Eugenia Vidal y votada por macristas y kirchneristas, donde el conjunto de los trabajadores movilizamos masivamente incluso con nuestro personal jerárquico aún cuando la ley había sido aprobada en la Legislatura bonaerense.

Lo que no dice el artículo publicado en el portal que “promociona” a Palazzo es el dirigente pretendió terminar las medidas al día siguiente de votada la ley, según sus propias palabras aquel martes frente a la Legislatura. Y que fue la presión y fuerza que mostramos los trabajadores lo que hizo que tenga que reubicarse. Lamentablemente, nunca el dirigente de La Bancaria llamó a un paro nacional en defensa de nuestros derechos previsionales, lo que hubiera abierto una crisis mayor al gobierno y nos hubiera dejado en mejores condiciones para voltear la ley.

Lo que tampoco dice la nota es que al día siguiente el sindicato acató una conciliación obligatoria inconsulta e improcedente, ya que nuestro conflicto era político, con la gobernadora y la Legislatura, para que no toquen la ley vigente y las conciliaciones obligatorias son entre patrones y trabajadores, con “arbitrio” del gobierno. ¿Puede el Gobierno “arbitrar” un conflicto entre los trabajadores y...el Gobierno? Muy flojos, los promocionados letrados de La Bancaria, por no haberse percatado del detalle.

Ahora, en el provincia tenemos dos conciliaciones acatadas por Palazzo: una por un conflicto que no había comenzado en paritarias y otra trucha en el Provincia para negociar qué puntos de la ley de Vidal se pueden mejorar.

Más allá de otras inexactitudes de la nota, cómo que nuestra edad jubilatoria, que es a los 60 años y no 57, y que ahora nos llevaría a 65 a hombres y mujeres; quedan flotando otras preguntas.

No es verdad que el gremio bancario tenga 110 mil afiliados, tiene 110 mil trabajadores. Otro tanto, son jubilados. Pero en la última elección, a Palazzo lo votaron 16 mil trabajadores (entre activos y pasivos) con lista única ¿Es esa la mejor organización que los trabajadores podemos tener para defender nuestros intereses?
Los estatutos del sindicato ponen mayores trabas para ser candidato a representante que a ser presidente de la nación. ¿Eso invita a la participación o vacía de trabajadores la organización gremial?

Las decisiones son tomadas entre cuatro o cinco dirigentes que hace décadas que no trabajan en un Banco ni en ningún otro lugar, que inician un conflicto (casi siempre de palabra) y lo terminan a placer y los trabajadores no nos enteramos de las cosas hasta que nos las informa la televisión ¿Es esa la organización que necesitamos para pelear por nuestros derechos?

¿No exige la parálisis traidora de la cúpula de la CGT algo más que declaraciones de volumen alto de parte de un dirigente que se reclama ferviente opositor al gobierno frente a los ataques constantes que sufrimos los laburantes todo éste tiempo?

En síntesis, no sabemos cuántas similitudes y diferencias pueda Palazzo tener con Moyano (y en eso habría que preguntarse con cuál Moyano), pero si sabemos que no es el método y la orientación que propone Palazzo, que copia al clásico sindicalismo peronista argentino (a pesar de que es radical y fue el “Cobos” de la lista de Zanola antes de que el kirchnerismo le soltara la mano) la que los trabajadores bancarios y de todo el país necesitamos.

Palazzo llamó a votar a los legisladores que llegaron a través de Unidad Ciudadana y dieron quórum o acompañaron con el voto en la Legislatura la ley de Vidal.
Necesitamos es una organización democrática y combativa, independiente del gobierno y de todas las variantes del PJ, que funcione con los métodos democráticos asamblearios históricos de los trabajadores.

Desde La Marrón Bancaria seguimos trabajando por ello y queremos debatirlo con todos los trabajadores y trabajadoras.