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Red Internacional
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DERRUMBE BURSÁTIL. Pánico financiero: la bolsa argentina cayó 14 % y se disparó el riesgo país

La bolsa argentina fue la que más cayó, en un día de derrumbe histórico de los mercados globales. El índice S&P Merval cerró con una caída de 14 % este lunes. El riesgo país superó 2.800 puntos. Además, cayeron los bonos argentinos y el Banco Central intervino para frenar el dólar.

Lunes 9 de marzo de 2020 21:51

La economía argentina mostró a flor de piel la vulnerabilidad a la cual está expuesta cuando este lunes los mercados financieros internacionales e impactaron de lleno en los valores locales.

La bolsa local fue la que más cayó, cerrando el índice S&P Merval casi un 14 % abajo, y tocó los precios más bajos desde 2009. Superó así a la bolsa brasilera (-12,2 % el Bovespa) y a la bolsa de Milán (-11,2 %) cuya economía está directamente afectada por la expansión del coronavirus.

El derrumbe histórico en las plazas globales (Wall Street cayó casi 8 %, las bolsas europeas hasta un 11 %) alimentado por el desplome de los precios del petróleo frente a la caída de la demanda global y la falta de acuerdo entre los países productores, fue un shock negativo para los mercados latinoamericanos y en especial el argentino.

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Las bajas de acciones llegaron hasta el 24 % en la plaza local lideradas por YPF (cuya cotización en Estados Unidos se desplomó 28 %). Todo el arco energético y financiero cayó fuertemente, impactado por el derrumbe de los precios del petróleo.

Por su parte, el riesgo país argentino cerró a 2.794 puntos, luego de haber tocado máximos desde 2005 al alcanzar los 2.818 puntos a mitad de jornada. De esta forma, en un sólo día mostró un salto de 15,7 %, saltando 380 puntos en un sólo día.

En el terreno del dólar, la suba total fue de 5 centavos en el mercado mayorista a $ 62,53, luego de que el Banco Central interviniera con una venta de U$S 100 millones. De esta manera la cotización oficial minorista cerró en $ 64,17, según el promedio de bancos del Banco Central.

Continúan también todas las medidas de intervención cambiaria, incluyendo la restricción a la compra de moneda extranjera por hasta 200 dólares por persona por mes. El dólar turista (incluye el "impuesto país" de 30 %) se mantuvo estable a $ 84,12. Sin embargo se dispararon el dólar bolsa y el dólar contado con liquidación (CCL), agrandando así la brecha con el mayorista.

En el primer caso, el dólar MEP o dólar bolsa (que surge de a compra y venta de bonos en la bolsa porteña) llegó a $ 85,12 con un alza de 4,3 %, en tanto que el dólar contado con liquidación (CCL, operación por la que se cambian pesos argentinos por dólares en el exterior, mediante la compra-venta de acciones o títulos de deuda argentinos) subió 3,9 % a $ 86,49.

El gobierno argentino mantuvo el silencio durante toda la jornada. Es que la tormenta externa complica aún más las negociaciones de deuda con los acreedores privados, cuestión definida como prioritaria por el gobierno de Fernández.

A pesar de los esfuerzos renovados del equipo de Guzmán por seducir a los acreedores y del visto bueno del Fondo Monetario Internacional (FMI), con el cual tampoco se conocen los detalles de la negociación en curso, los principales fondos tenedores de deuda argentina no mostraron mucho entusiasmo después de las reuniones de la semana pasada con el gobierno argentino.

Con la nueva caída de precios de los bonos soberanos tras el impacto del derrumbe de los mercados externos, se dificulta aún más esta negociación y se allana más el camino para la entrada en escena de los fondos buitre, expertos en hacer negocios con bonos devaluados, esperar y luego litigar en cortes internacionales, aspecto habilitado por el actual gobierno.

La reciente Ley de Gestión de Sostenibilidad de la Deuda Pública Externa permite al gobierno extender la prórroga de soberanía en tribunales extranjeros, a pedido de los capitales internacionales.

Cada vez parece más lejana la posibilidad de que hacia fin de marzo se logre un acuerdo de renegociación de la deuda, e incluso que no se alcance un acuerdo alguno. El default, o cesación de pagos, se hace más probable, a pesar de que el gobierno intente evitarlo reconociendo toda la deuda. Sin embargo, ni una salida desordenada con default catastrófico, ni con un acuerdo que vuelva a hipotecar al país a cambio de más ajustes, será como podrá sortearse un camino de mayores penurias para el pueblo trabajador.

El no pago soberano, junto con un conjunto de medidas para evitar la fuga de capitales como la nacionalización del sistema bancario y el monopolio del comercio exterior, son una hoja de ruta necesaria para lograr una salida que priorice las necesidades de los trabajadores.

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