Martes 9 de mayo de 2017
El 9 de mayo del año 2012, se sancionó en Argentina la Ley de Identidad de Género Nº 26.743, que garantiza la identidad de género autopercibida por cada persona. En su artículo 2º define: “Se entiende por identidad de género a la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo.
Esto puede involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales.”. De esta manera, las personas trans (travestis, transexuales y transgéneros) pueden poseer en su DNI el nombre y el género que sienten para ellas, aunque esto no alcanza para evitar la patologización social, la discriminación y la desigualdad a diario.
Si bien esta Ley representó una bisagra a nivel mundial en materia de Derechos Humanos, producto de las luchas del feminismo, del activismo trans y disidente durante décadas, también supuso redefinir binariamente las identidades humanas, en la disyuntiva “F” (Femenino) / “M” (Masculino), invisibilizando así las identidades por fuera de la heteronorma binarista. Esto llevó inmediatamente a la activista Marlene Wayar a preguntarse: “¿Qué pasó con la T?”, interrogante que resuena hasta el día de hoy, desprovisto por parte de los documentos y las leyes. Como muchas veces sucede, las preocupaciones de la humanidad encuentran sitio y transitan la literatura y el arte -canales de expresión de la denuncia social-, convirtiéndose justamente en un registro histórico de época. Así llegamos al denominado “artivismo trans”, que a través de la performance artística (la canción, la danza, la música y la escritura) deja huella y visibiliza los reclamos del activismo disidente a la norma heterocompulsiva, capitalista y patriarcal.
Una de las figuras más destacadas del artivismo trans nacional es la poeta y artista trans “sudaca” Susy Shock, que en el año 2011 se anticipó a la sanción de la Ley con dos libros: Relatos en canecalón y Poemario Transpirado, nombre que también lleva el espectáculo que ofrece desde hace nueve temporadas en Casa Brandon. En la ciudad de Córdoba, la actriz, cantante, dramaturga y directora, Camila Sosa Villada, publica su primer libro titulado La novia de Sandro, con poesía sensorial, íntima y combativa, en el año 2012. Esa misma primavera, Naty Menstrual (cuyo Continuadísimo, del año 2009, había sido celebrado y precursor en lo que respecta a la “narrativa travesti”, reeditado en el 2016), publica su segundo libro: Batido de trolo, una reunión de textos poéticos, crónicas y relatos tan sexuales como sensibles. Hacia finales del mismo año, se publica la novela ganadora del Premio Internacional Letra Sur 2012: Soy lo que quieras llamarme, del escritor neuquino Gabriel Dalla Torre. Esta historia sórdida y romántica, trágica e irónica, dedicada “A las víctimas de la belleza.”, transcurre en Mendoza, y es protagonizada por Robi/Rubí, unx joven que cambia su identidad genérica.
En el ámbito literario internacional, en agosto de 2015 se publica la primera novela de temática transgénero para un público infantil y juvenil, se trata de George. Simplemente sé tú mismo, del escritor norteamericano trans Alex Gino, como el mismo libro resume: Cuando la gente ve a George, cree que es un niño. Pero ella sabe que no es verdad. George sabe que es una niña. George cree que jamás podrá decirle a nadie que ella, en realidad, es una niña. Un día, su profesora anuncia que su clase va a representar una obra de teatro. Y George desea con todas sus fuerzas el papel de la niña protagonista, Charlotte. Con la ayuda de Kelly, su mejor amiga, George traza un plan. No solo para poder ser Charlotte en la obra, sino para que todo el mundo sepa, de una vez por todas, que es ella en realidad.
Volviendo a nuestro territorio, la última publicación nacional data de la primavera del 2016, es el cuarto libro de Susy Shock, titulado: Crianzas. Historias para crecer en toda la diversidad. En esta ocasión el foco de los relatos está orientado hacia la adultez y su responsabilidad con las infancias, el rol de las diversas familias y las acciones cotidianas que rodean las vidas de las personas trans. Esta propuesta de editorial Muchas Nueces tuvo su origen en el 2014, como un micro radial semanal emitido en la radio de la Cooperativa lavaca. Ese mismo año, Susy Shock editó su primer disco de folklore: Buena vida y poca vergüenza.
En una entrevista a Susy Shock por motivo de la publicación de Crianzas, la artista señala que no existen políticas estatales a favor de las infancias ni aún con la visibilización del caso de Luana, la niña trans en nuestro país, cuya madre -Gabriela Mansilla- acompañó y luego escribió su historia en el libro Yo nena, yo princesa. Parafraseando a Wayar, las futuras maternidades y paternidades no piensan que pueden tener un hijo disidente sexual o trans como una posibilidad gozosa, ahí podría generarse un cambio que se necesita con urgencia, que repensemos que esa podría ser una posibilidad gozosa. A cinco años de sancionada la Ley, aún proclamamos por que lo dictaminado se encarne en las y los ciudadanos, que los travesticidios sean visibilizados como parte de los genocidios patriarcales y que las y los sobrevivientes del colectivo trans accedan a puestos laborales con igualdad de oportunidades, a la salud y a la educación pública.
Los textos mencionados en este artículo -y recomendados- son, en orden de aparición:
*Relatos en canecalón y Poemario Transpirado, de Susy Shock. Nuevos Tiempos.
*Batido de trolo, variadas textualidades de Naty Menstrual, Editorial Milena Caserola.
*Yo nena, yo princesa. Luana, la niña que eligió su propio nombre, testimonio de Gabriela Mansilla, mamá de Luana. Editorial de la UNGS.
*La novia de Sandro, poemario de Camila Sosa Villada. Caballo Negro Editora.
*Soy lo que quieras llamarme, la novela mendocina de Gabriel Dalla Torre. El Ateneo.
*George. Simplemente sé tú mismo, novela infanto-juvenil de Alex Gino. Nube de tinta.
*Continuadísimo, narrativa travesti pionera de Naty Menstrual. Editorial hInvisible.
*Crianzas. Historias para crecer en toda la diversidad, pedagogía trava para adultxs y niñxs, de Susy Shock. Muchas Nueces Editorial.
Texto escrito por Claudio Bidegaín:Prof. Lengua y Literatura. Especialista en Teoría Queer. Doctorando en Estudios de Género