La reunión se llevó a cabo este Sábado y congregó a 5 obispos que sufrieron abuso por parte de Karadima, 2 obispos que estuvieron en el proceso de acompañamiento a las víctimas y 2 civiles también víctimas del ex sacerdote.
Domingo 3 de junio de 2018
Enmarcada en la gran crisis que vive la Iglesia Católica en Chile, es que cinco obispos y dos civiles -víctimas de Karadima-, viajaron al Vaticano el pasado viernes para sostener una reunión grupal y conversaciones individuales con el papa Francisco. Esto, con el fin de contrastar sus testimonios con el informe realizado por el enviado papal Scicluna, en el contexto de una investigación por la serie de casos de abuso sexual y psicológico perpetuados y encubiertos por clérigos en Chile.
Mientras Karadima (87 años) se encuentra retirado cumpliendo su “condena”, la Iglesia está sumida en la mayor crisis de fe de Chile (con un descenso de adherentes católicos en 10 años del 73% al 45%) y Latinoamérica (que pasó de un 80% al 59%), la cual quedó demostrada en la última visita papal a Chile, marcada por la baja asistencia y un amplio cuestionamiento a sus exorbitantes costos, en donde fueron cubiertos 7 mil millones por Estado chileno (de más de 10 mil millones totales).
Esta crisis no ha podido ser revertida por la decadente institución, en donde se ha puesto en evidencia su unión con la burguesía, en donde crímenes como la pedofilia, efebofilia, abuso sexual y psicológico, violaciones, encubrimiento y corrupción (recordar casos CMPC y SQM, donde la iglesia es accionista) son perdonados y los perpetuadores tienen como resolución última dejar la sotana.
Es difícil en este punto para ellos seguir ocultando bajo su doble discurso su verdadero rostro: amasan grandes cantidades de dinero al mismo tiempo que predican austeridad y viven como la realeza, mientras los feligreses (quienes proveen el dinero) viven en explotación y miseria; se pronuncian contra la violencia y en busca de la paz (conflicto mapuche) al mismo tiempo que juegan un papel importante en la perpetuación de la violencia hacia la mujer y la diversidad sexual, negando derechos básicos como el aborto libre y legal, y otorgándoles a las mujeres roles menores en sus instituciones.
A pesar de esto la iglesia está lejos de su extinción, ya que es respaldada por la clase adinerada y conspira con ella para mantener los lineamientos del capitalismo, no por nada la iglesia católica tiene un gran patrimonio y se declara a favor de la vida y la familia. Es hora de que abandonemos las aspiraciones de una mejor vida después de la muerte y comencemos a perseguir una mejor calidad de vida ahora, de hacer efectiva la separación de la iglesia y el Estado que solo beneficia a los ricos de siempre.
