En el municipio de Martiniano Molina los trabajadores llevan un mes y medio de resistencia mientras la patronal se mantiene impune desde que cerro la fábrica de forma fraudulenta. Mientras, estafa a los trabajadores y al Estado debiendo salarios, aportes sociales y evadiendo impuestos. El gobierno y el Ministerio miran para otro lado.
Viernes 30 de agosto de 2019 15:45
Los trabajadores de la papelera Ansabo de Quilmes pelean hace un mes y medio por sus fuentes de trabajo y contra la estafa perpetrada por los hermanos Angeletti, dueños de la empresa. Entre gallos y medianoche cerraron la fábrica sin siquiera presentar un proceso preventivo de crisis ni un pedido de quiebra.
Sus trabajadores, en su mayoría con décadas de trabajo en la papelera, han denunciado la completa impunidad con la que se mueven los dueños. Este viernes, la patronal volvió a ingresar a la fábrica en una actitud de provocación solicitando que retiren los carteles que denuncian la situación y su responsabilidad.
La empresa fue cerrada de un día para otro y sus trabajadores denuncian que hasta último momento la empresa trabajo y vendió producción, mucha de ella sin ser facturada para evadir impuestos. La dueña, por su parte, vive en un country y se maneja en su 4X4 mientras las familias trabajadoras pasan hambre. Los empresarios estafadores gozan de impunidad y son amparados por el gobierno tanto local como provincial.
A un mes y medio de iniciado el conflicto y a pesar de haber estafado a los trabajadores a los que les deben salarios, vacaciones, indemnización, aguinaldo y un año entero de cargas sociales -por las cuales tienen iniciadas causas penales- los empresarios se mantienen impunes. También realizaron maniobras de evasión impositiva sin que el gobierno intervenga, en lo que constituye una actitud de abierta complicidad.
En este marco de ajuste y descalabro económico, con devaluación y crisis de deuda, las patronales, avaladas por todos los partidos políticos mayoritarios, despiden para seguir acrecentando sus ganancias por medio la especulación y la evasión fiscal. Al mismo tiempo profundizan la precarización a los trabajadores, quitándoles derechos o estafándolos de forma directa. Parece que las empresas están en crisis pero no sus propietarios, que mantienen sus privilegios y sus acaudalados bolsillos.
Ante esta situación el Sindicato del Papel y la Federación Nacional no han convocado a ninguna medida de fuerza ni plan de lucha, acciones que podrían significar un revés no sólo para el caso de Ansabo sino también para los cierres y la impunidad patronal en las fábricas del papel de todo el país.
La intendencia de Martiniano Molina y el gobierno provincial de María Eugenia Vidal son los responsables políticos de esta situación. Ellos deben obligar a estos empresarios a rendir cuentas en la justicia y no permitir que los trabajadores y sus familias se queden con la fábricas vacías y que el conurbano se convierta en un cementerio de fábricas cerradas.