En la apertura de sesiones bonaerense el gobernador habló del problema de la vivienda. Aseguró que el Estado respondió de manera integral ante esta problemática y que el desalojo en Guernica fue "sin heridos". Las familias siguen luchando por un techo donde vivir.
Jueves 4 de marzo de 2021 13:59
“Una respuesta integral”
Mientras las familias de Guernica siguen luchando por vivienda digna a seis meses de la brutal represión, Kicillof habló sobre el caso en un discurso plagado de falsedades.
Comenzó por tirarle la pelota al Poder Judicial, quien mediante un fallo ordenó el desalojo, como si su gobierno no hubiese tenido nada que hacer frente a semejante escándalo repleto de irregularidades, donde un supuesto propietario reclamaba las tierras que había adquirido durante la última dictadura militar.
Luego, se jactó de haber implementado un "operativo interministerial", junto al Ministerio de Desarrollo de la Comunidad, a cargo de Andrés ’el Cuervo’ Larroque, de asistir a “3200 familias de la toma, y 2500 ajenas a la toma” y de haber firmado 1270 actas de compromiso para trabajar la cuestión habitacional. Sin embargo, organismos de Derechos Humanos se encargaron de realizar un censo, y confirmaron 1400 familias en el predio, con un total de 4.417 personas, además de denunciar los chantajes del Gobierno a cambio de míseros subsidios.
Por último, defendió cínicamente el desalojo comandado por el ultraderechista Berni, quien no dudó en sacarle responsabilidad a sus tropas tras el asesinato de Facundo Castro, Ursula y ayer Gabriela, y tampoco vaciló a la hora de lanzar a la maldita bonaerense, con topadoras, gases y balas de goma, contra niños, mujeres, trabajadores y desocupados en Guernica. Muchas de esas mujeres, junto a sus hijos, decidieron ocupar tierras porque huían de la violencia de género. Sin embargo, para el gobernador, el desalojo se realizó “sin un solo herido” (y el gas lacrimógeno lo tiró la izquierda de paso).
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La lucha por vivienda continúa
Mientras tanto las familias siguen reclamando: “queremos que el Gobierno cumpla con los plazos acordados”, como afirmaron en un comunicado del 30 de enero. En el mismo sostienen: “Mientras el Gobierno incumple los plazos para darnos terrenos y subsidios, los vecinos de Guernica pasamos hambre. A tres meses del desalojo los vecinos de Guernica le enviamos una carta a Alberto Fernandez, Axel Kicillof y Andrés Larroque donde expresamos cuál es la situación que estamos viviendo y les pedimos que cumplan con los plazos que prometieron para darnos terrenos y subsidios”.
Continúa: “Se comprometieron a brindar subsidios de 30 mil pesos y a realizar los estudios socio ambientales a todas las familias de la Asamblea Permanente y firmar un acta acuerdo antes de que termine enero para poder avanzar, una vez con el acta firmada, con la entrega de lotes en un plazo máximo de 180 días para que podamos construir nuestras casas. Sin embargo, al momento sólo el 20% hemos firmado el lote y ninguno ha recibido el subsidio, y nuestra situación empeora”.
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Solo luego de meses de mantener la toma, y de que las familias rodearan su lucha de solidaridad, el Gobierno prestó atención a este reclamo histórico y extendido en territorio bonaerense y en el país, como es el problema de la vivienda. Pero fue para desalojar, y firmar promesas que como denuncian las familias, no están siendo cumplidas. Además, el gobernador tiene el descaro de hablar de una "respuesta integral" a un reclamo al que jamás dio respuesta. Capaz se refería a que fue integral para quienes quieren canchas de Golf a costa de dejar gente sin vivienda.
A un problema estructural…
Después de embellecer su accionar en Guernica, el gobernador planteó algunas verdades, cuando afirmó que la problemática del uso del suelo y de la vivienda son un problema estructural que tiene décadas en la provincia (y en el país) sin solucionarse.
Refiriéndose al crecimiento poblacional que tuvo Buenos Aires, dijo que este “no tuvo una presencia proporcional del Estado para dar respuesta habitacional”, y que hay un déficit, de piso, en más de un millón de viviendas. Acto seguido, se puso a comparar la atención que le dedicó cada gestión desde el 2009 hasta la actualidad a esta problemática, donde bajo el gobierno de Vidal se construyeron 2000 viviendas por año, y en la anterior 7000. Agregando al pasar que “no alcanza”, pero es algo.
En primer lugar, hay que decir que sus verdades tienen fuertes omisiones. Por un lado, cuando dice que el problema habitacional lleva décadas sin resolverse, evita claramente nombrar quienes tienen responsabilidad por esto, ya que de los 38 años que han pasado desde el retorno de la democracia, 30 años la provincia ha sido dirigida por fuerzas peronistas o kirchneristas, es decir, del frente al que pertenece.
En segundo lugar, es falso que el Estado no estuvo presente para acompañar el crecimiento poblacional, ya que los desalojos no son una novedad. El Estado estuvo presente para sostener un modelo de urbanización que beneficia a los mismos de siempre, y que excluye a la clase trabajadora y a los sectores populares hacia las periferias, donde no se garantizan los servicios, ni las condiciones dignas de habitabilidad, siendo La Plata una de las ciudades donde más se han multiplicado las villas y asentamientos.
Por último, ¿qué tan miserable hay que ser para defender la construcción de 7000 míseras viviendas contra 2000, justo después de aceptar que el déficit alcanza a más de un millón de hogares? Porque es innegable que Vidal y Macri son detestables, lo sabemos quienes escribimos, que fuimos reprimidos por sus gobiernos al movilizarnos contra cada uno de sus ataques, frente al silencio y la inacción cómplice de los sindicatos, hoy oficialistas. Pero qué pretende el gobernador, ¿que los millones que no tienen hoy acceso a una vivienda digna esperen pacientemente 150 años o más (lo que al ritmo de 7000 por año se resolvería el problema) para tener acceso a un hogar? Y todo, mientras se dilapidan millones en la policía, o en la estafa de la deuda.
...respuestas estructurales
Como respuesta, el gobernador planteó el lanzamiento de una “unidad de tierra y vivienda”, propuesta que aún sin estar acompañada de ninguna explicación sobre qué hará concretamente para resolver este amplio problema, más que el comentario de que “busca dar respuestas de fondo, no inmediatas ni en año”, fue recibida con aplausos. Se refirió a un necesario ordenamiento de la provincia, y definió su irregularidad como inadmisible (no usó el mismo término para la carencia de vivienda digna, que no se resolverá ni inmediatamente, ni en un año).
Pero para eso si “ya están resolviendo”. Desde ya, no estaba hablando de la irregularidad de los asentamientos precarios, sino de los barrios privados “que nunca pudieron normalizar su situación porque hubo un Estado ausente” (!?).
Para eso si hay un Estado ausente, para que los barrios privados no se regularicen y evadan impuestos, pero para reprimir y desalojar familias sin vivienda para construir otro barrio privado que tampoco va a pagar impuestos, el Estado se hace presente con miles de efectivos.
Agregó el gobernador que están construyendo viviendas. ¿Cuántas? 1048 este año, mientras que con Vidal 961 viviendas fueron terminadas. 87 viviendas más. Comparándose con el "gobierno neoliberal" del PRO. Sin palabras. Y eso que aclaró que la Constitución consagra la vivienda como un derecho. Claramente la sigue al pie de la letra.
Prioridades, ¿la vivienda o la deuda?
Más allá de lo que dice el gobernador, hay una cuestión verdaderamente innegable, otra de las omisiones de este larguísimo discurso. Que es que la prioridad del gobierno, tanto a nivel provincial como nacional, no es resolver ni este, ni tantos de los problemas que aquejan a las grandes mayorías trabajadoras.Esto es claro si vemos el presupuesto votado en la legislatura de Buenos Aires para este año.
Como denunció el diputado del Frente de Izquierda, Claudio Dellecarbonara, rechazando desde ya el proyecto, "continúan con las mismas recetas: se autoriza a reestructurar la deuda del gobierno anterior, convalidando una deuda mayormente en moneda extranjera, que no fue a inversión social y que dejó a la provincia quebrada. ¡Esa gran estafa que cuando eran oposición a Vidal denunciaban, y ahora pagan sin investigar!". La prioridad sigue siendo honrar las deudas del gobierno anterior, destinando cuatro veces más plata para eso que para vivienda.
Lo mismo sucede a nivel nacional, con un déficit habitacional en 3.5 millones de hogares (dato de 2010). Que con la inflación, la degradación del salario y las condiciones de vida de las grandes mayorías en los últimos años, hicieron que este número se agudice. Del otro lado, todos los gobiernos garantizan ganancias millonarias para un puñado de empresarios de las inmobiliarias, mediante la especulación, el mecanismo de la vivienda ociosa, los impagables alquileres sin regulación.
A la par que plantean seguir honrando la deuda con el FMI, aún reconociéndola como una estafa. Aseguran que solo se puede aspirar a negociar en mejores condiciones, si, a costa del pueblo trabajador que no vio 1 dólar de los que se fugaron.
Una verdadera respuesta integral
Para resolver verdaderamente el problema de la vivienda, no en 100 años como parece plantear Kicillof, sino de forma urgente, necesitamos luchar por un verdadero plan de obras públicas. Que sea bajo gestión de los propios trabajadores y trabajadoras, con la participación democrática de todos y todas las habitantes, y el aporte de les profesionales de las universidades públicas, que garantice vivienda digna a todos. En terrenos urbanos con acceso a los servicios, pero también a la educación, la salud y esparcimiento para las millones de familias que lo necesitan.
Desconociendo soberanamente la deuda odiosa, y con un verdadero impuesto a las grandes fortunas (del aporte extraordinario del Gobierno, que una parte iba a vivienda, ni noticias) podrían obtenerse los recursos necesarios para construir todas las viviendas necesarias, y terminar con el déficit habitacional. Al mismo tiempo que se genera trabajo genuino en la construcción y los servicios para terminar con la desocupación.
Pero sabemos que ni el gobernador Kicillof ni la oposición derechista nos va a regalar nada. Hay que exigirle a los sindicatos que rompan su tregua con el Gobierno, y que se pongan a la cabeza de ésta, así como de todas las luchas. Solo mediante la movilización del conjunto del pueblo trabajador, con trabajadores de la construcción y los servicios a la cabeza, en alianza con los sectores populares, vamos a poder imponer esta salida para conquistar una verdadera “respuesta integral”. Aunque a Kicillof no le guste esto.