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Red Internacional
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Política. Para el número dos de Barañao el CONICET es “inviable”

En el marco de una catarata de despidos en las dependencias estatales, Alejandro Ceccatto, el flamante presidente del CONICET promete cambios profundos y con ellos el adios a las ilusiones por el ingreso a planta.

Miércoles 13 de enero de 2016

La agitada y conflictiva agenda política de la Argentina hace que parezca que pasó más tiempo, pero esta semana, Mauricio Macri cumple un mes en el gobierno. Sin lugar a dudas una de las noticias relevantes a la hora de asumir fue el anuncio de la continuidad de uno de los hombres de CFK en su gabinete.

El ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao aceptaba de esta manera ser parte integrante del gobierno de Cambiemos, luego de obtener el visto bueno de la mandataria saliente. Por aquel entonces Barañao argumentaba que su decisión se centraba en la necesidad de “luchar desde adentro para defender los derechos conquistados”. Atrás quedaban las declaraciones proselitistas de la campaña presidencial en apoyo a Scioli donde el ministro alertaba del peligro de un posible triunfo de Macri, participando de una “lavada de platos” simbólica en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, junto a las agrupaciones kirchneristas y otras afines como La Mella de exactas y el FEM.

Desde el momento en el que Mauricio Macri resultó electo se generó una amplia preocupación en toda la comunidad científica y los recientes anuncios de despidos en varias dependencias estatales llegaron para aumentarla. La designación de Barañao vino a agregar una cuota de incertidumbre sobre cómo se van a conjugar la continuidad y el cambio en la próxima etapa.

Pero el flamante presidente del CONICET, el doctor Ceccatto en recientes declaraciones al diario Perfil, se encargó de mostrar algunos rasgos de cómo serán los tiempos que se vienen en el sector científico tecnológico. Allí, el hombre que trabajó en el equipo de Barañao durante el gobierno kirchnerista, se ocupó de remarcar que “el Conicet así como está hoy es inviable y necesita de una transformación profunda”.

“Hoy somos 9 mil investigadores, 10 mil becarios y 3 mil más como personal de apoyo y administrativos. Es una de las estructuras más complejas y grandes del Estado. Pero en la próxima década no vamos a seguir creciendo al mismo ritmo ¡porque superaríamos las 100 mil personas! Creo que debemos seguir creciendo hasta llegar a 30 mil en cuatro años”. Con estas palabras el ex funcionario kirchnerista deja en claro su rápida adaptación al discurso macrista y por si quedaban algunas dudas remarca que la situación de los becarios ha cambiado en estos años, obteniendo “beneficios” (sic) como vacaciones y licencias (algo que en el mundo laboral se conocen como derechos) pero “Lo que no pensamos es aceptar que los becarios tengan una carrera laboral permanente”.

Para el nuevo presidente del CONICET, como vemos, el trabajo de investigación que desarrollan los miles de becarios de la institución no implica el derecho a ser reconocidos como trabajadores. La famosa consigna de la comunidad científica, “investigar es trabajar” se pone en agenda. En el gobierno de Cambiemos los investigadores al finalizar sus becas tendrán que probar suerte en la ruleta del mercado.

Cabe destacar que gran parte de los estudios e investigaciones desarrollados por los becarios son orientadas a la producción de conocimiento a través de la ciencia básica que, como reconoce implicitamente reconoce Ceccatto en general no representa las necesidades del mercado mucho más relacionadas con la ciencia aplicada. Por esto mismo propone que “para cambiar (la orientación) vamos a trabajar con las comisiones de posgrado y la Coneau. Empezaríamos por las ingenierías y luego lo extenderemos a otras carreras.”

Las necesidades reales del sector productivo de absorber mayor cantidad de profesionales, estarán íntimamente ligadas a las coordenadas económicas de la nueva etapa política y de ello dependerá también la repercusión en las bolsas de trabajo de las universidades.

Lo que queda claro en el horizonte del ambito cientifico es que el gobierno de Macri no solo hereda funcionarios sino que también recibe gratamente una estructura estatal altamente precarizada con mayores facilidades para ajustar (y contra la cual los becarios e investigadores se vienen organizando).

Tanto los trabajadores de CyT como todos los trabajadores estatales tienen grandes desafios en los proximos años por la defensa de los puestos de trabajo y por el pase a planta de todos sus trabajadores como propone el proyecto de ley que presentaron Nicolas Del Caño y Myriam Bregman del Frente de Izquierda.