Nicolás Del Caño y Luana Simioni, visitaron el Hospital San Martín de la cuidad de La Plata. En la recorrida se evidencio lo que nadie dice, salvo los trabajadores y la comunidad que asiste, que los Hospitales Públicos están devastados.
Lunes 25 de septiembre de 2017 23:14
En la recorrida los trabajadores le dieron valores concretos al colapso paulatino que viene sufriendo la Salud Pública. El acceso a la salud y la calidad de la atención no está en su agenda, como tampoco lo estuvo en el gobierno saliente.
Voces desde adentro
En el servicio de Trabajo Social, una trabajadora expresaba “en el Hospital sabemos que el achique viene hace varios años”. Una residente toma la posta y cuenta que hay una invisibilización de su trabajo “en el último tiempo los ingresos han sido con modalidad de becas, donde dan muestra que Cambiemos quiere que seamos la variable de ajuste, como lo fue en el Kirchnerismo”. Otra trabajadora relata que lo que los ayuda es trabajar colectivamente “por lo menos de este servicio, aunque no sea una interdisciplinar, nos venimos conteniendo y es lo que nos va sosteniendo”.
En la recorrida por el servicio de Higiene Hospitalaria las condiciones no eran mucho mejores. Una trabajadora del sector declaró que “en el turno de la noche hoy fueron cuatro personas para las áreas críticas”, faltando así personal para el conjunto del Hospital.
Se comienzan a escuchar las consecuencias del trabajo en sus cuerpos “muchas veces venimos a trabajar enfermos y nos vamos rompiendo”. Es decir que la falta de personal e insumos se siente hasta en los huesos. Algo elemental en los Hospitales Públicos es una limpieza profunda, pero sin insumos y personal se vuelve difícil. Para estos trabajadores se agrava más la situación ya que realizan esas tareas en más de 3 servicios y salas a costa de su propia salud.
Por último la recorrida finalizó en la Unidad de Terapia Intensiva, uno de los
servicios que en el último tiempo ha sido noticia por los pacientes que han requerido dicha atención. Sus trabajadores desde adentro cuentas como es trabajar ahí: “el estado de la salud es calamitosa, en particular este último año. Nos hemos quedado atrapados en el ascensor con un paciente crítico, que se podría haber muerto por lo inestable que estaba”. Se suman otras voces que agregan relatos sobre las consecuencias profundas de esta desidia “todo el pabellón se quedo sin oxígeno. En esta área donde es vital para los pacientes el requerimiento de ventilación mecánica”. Otra de las trabajadoras se suma planteando “es cosa de todos los días esta situación y estas semanas se han agudizado por una serie de eventos malos. Encima de todas estas falencias hay ratas en el servicio”.
Luego de la recorrida por el hospital Luana Simioni les agradecía a los trabajadores que les hayan abierto las puertas de sus servicios para intercambiar sobre el estado de la salud y les reconocía el enorme esfuerzo que hacen para sostener los hospitales “lo que no hay en insumos, lo que no hay en cantidad de personal, lo intentan suplir ustedes a costa de la salud laboral”.
Como relatan los trabajadores en esa nota, es calamitosa la cotidianeidad en la que se trabaja y asiste a los pacientes en hospital público, y esto muchas veces no sale en la mayoría de los medios de comunicación. Como fue el hecho que denunciamos en este medio cuando, hace unos meses, una trabajadora se electrocutó luego de trasladar a una parturienta.
La candidata a concejal del Frente de Izquierda agregaba “la salud pública viene sufriendo una profunda crisis producto de una política consciente de los distintos gobiernos. Los trabajadores a diario sufren las deplorables condiciones de trabajo, edilicias, la falta de mantenimiento, como la insalvable falta de personal en todas las áreas”-
Nicolas Del Caño cerro la visita comentando que “Vidal y Macri responden a estas falencias con la implementación de la Cobertura Universal de Salud (CUS), mediante el decreto 908/16, con perspectiva de lograr una cobertura universal y fortalecer el sistema. Pero eso ya existe, y son los propios trabajadores los que comienzan a denunciar que la CUS es un seguro destinado a personas “sin cobertura”, pero bajo ese discurso esconden la implementación de una canasta de prestaciones básicas (algunas prestaciones las podrán realizar en los hospitales públicos, otras deberán pagarlas en privado). Es decir profundizaran la mercantilización de la salud, ya que este “seguro universal” transformaría a 15 millones de personas en compradores y consumidores de prestaciones de salud cuyo garante va a ser el estado”.
Agrega “ante esta grave situación, son los trabajadores los que cotidianamente realizan grandes esfuerzos para administrar los escasos recursos y poder garantizar la atención al pueblo trabajador que asiste a los hospitales públicos. Se hace fuerte la campaña de que “Nuestra vidas valen más que sus ganancias”. Muy distinto seria si pudieran trabajar 6 horas 5 días a la semana con un salario igual a la canasta familiar, repartiendo las horas de trabajo por todas las manos disponible, como proponemos desde el Frente de Izquierda. Realmente se asistiría a los pacientes con la calidad de atención que se merecen y los trabajadores tendrían una vida para vivir. Necesitamos que la salud no sea un negocio”.
Ante la condición que está atravesando la salud pública, la única salida posible es que los trabajadores se organicen para enfrentar el ajuste del gobierno, peleando por un verdadero plan de lucha, porque nuestra salud vale más que sus ganancias.