El próximo Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario (8, 9 y 10 de octubre de 2016) será todo un acontecimiento. Una ciudad que se colmará de decenas de miles de mujeres que alzarán su voz.

Myriam Bregman @myriambregman
Jueves 29 de septiembre de 2016
Se acercan los días, crece la ansiedad y la convicción de que esa enorme fuerza de mujeres organizadas, que año a año se potencia y multiplica, se va a hacer presente para que se escuchen sus reclamos. También crece el odio, la bronca y la indignación por el femicidio de tres mujeres en apenas dos días, todas en la provincia de Mendoza, asesinadas producto de la violencia machista. No nos va a detener, vamos a seguir sumando compañeras para que seamos miles las que en Rosario digamos ¡Ni una menos! ¡Vivas nos queremos! Ayelén Arroyo, Janet Zapata, Julieta González ¡Presentes!
En los Encuentros, como hicimos con el Ni Una Menos, se trata de dar pasos firmes en la necesaria lucha por nuestros derechos y ¡por nuestras vidas! Si queremos que no nos sigan matando, tenemos que luchar, nos tenemos que organizar, contra la negligencia y la complicidad del poder y la cultura machista de nuestro país y de todo el mundo. La violencia de género es milenaria, histórica y el patriarcado se lleva muy bien con el capitalismo y el imperialismo. Nos pretenden sumisas, doblegadas, productivas, muertas a golpes, o vivas sin tiempo para vivir, ni libertad para decidir. Nos pretenden objetos sexuales y mujeres deseables y desechables. Nos están matando. A nuestras hermanas, amigas, vecinas, madres, tías, a las mujeres. El Ni Una Menos no es una frase más, ni una marcha más, ni una moda, es un arma de defensa colectiva. La única forma en que podemos enfrentar este flagelo aberrante.
El Estado, la Iglesia y los políticos gobernantes tienen responsabilidad en los femicidios. Desde la cultura de masas legitiman y reproducen la violencia, nos victimizan y re-victimizan con personalidades como Susana Giménez, Tinelli, Gustavo Cordera que hacen un gran favor a los machistas violentos y a su envalentonamiento. Sus políticas de Estado son reproducir la violencia machista con todo el poder del parlamento, la Iglesia, la policía y la justicia, bajo el gobierno que sea. Así, el estado capitalista fortalece desde las instituciones sociales la violencia que sufren las mujeres en el ámbito individual y en su vida privada, perpetradas por individuos varones que a su vez están influenciados por esta cultura opresiva de masas.
Algunos usan nuestro reclamo para hacer demagogia punitiva. Pero nuestro grito de Ni Una Menos no es para que haya más mano dura. En lo inmediato, exigimos al Estado medidas mínimas, pero urgentes como la construcción de refugios, viviendas y subsidios. Pero somos conscientes que tenemos que enfrentar la violencia de género con una gran fuerza de mujeres, con toda nuestra energía colectiva, no podemos limitarnos a reclamar al Estado que aplique sus castigos individuales a los victimarios, mientras desde arriba promueve nuestra subordinación.
Realidad que indigna
Con el kirchnerismo murieron cada año 300 mujeres por violencia de género. Entre junio de 2015 y mayo de 2016, 275 mujeres fueron asesinadas por la violencia machista, de las cuáles 2 de cada 10 habían hecho la denuncia por violencia doméstica. ¿Qué respuestas hubo? Los gobiernos nacionales, provinciales, de todos los signos políticos, no construyeron refugios, ni expropiaron terrenos de la Iglesia ni temporalmente las viviendas ociosas. Más allá de las retóricas más o menos progresistas, está la realidad: la de las leyes que se votan y no tienen presupuesto, como la Ley de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia hacia las Mujeres sancionada en 2009, que debería ser implementada por el Consejo Nacional de la Mujer y cuenta con un presupuesto de 4,5 pesos por mujer, el mismo que designaba el gobierno de Cristina Fernández. Y las que no se votan, pero se necesitan con urgencia, como el Plan Integral de Emergencia Contra la Violencia hacia las Mujeres presentado en el Congreso Nacional por Nicolás del Caño y quien escribe. El presupuesto de los poderosos está manchado con la sangre de las mujeres que podrían estar vivas si hubiesen tenido un refugio a donde ir o un trabajo.
Digamos ¡Basta! Son parte de la tradición de nuestro país mujeres que han hecho historia, que han sido y son protagonistas indiscutidas ante las grandes tragedias o crisis económicas, sociales y políticas, como las Madres de Plaza de Mayo a quienes en sus inicios les decían locas cuando exigían la aparición con vida y el castigo a los genocidas, las madres de las víctimas de Cromañón, de la tragedia de Once, o las madres y víctimas de los casos de gatillo fácil, como nuestra compañera Carla Lacorte; o las mujeres de los movimientos de desocupados que contra viento y marea se organizaron y sostuvieron a toda una generación pese a la más absurda pobreza que padecían –padecen- en un país que fabrica millones de alimentos; o las obreras, esas valientes mujeres de Brukman, Zanon, MadyGraf, Bauen, que recuperaron los puestos de trabajo que destruyen las patronales, mostraron que se pueden gestionar empresas sin patrones y que, como miles de trabajadoras a lo largo y ancho del país, padecen no sólo la opresión de género en sus casas y en el trabajo, el acoso de los líderes y capataces, sino también la explotación del capital. Las que pararon una multinacional contra el acoso sexual como en Kraft y pusieron en pie Comisiones de Mujeres en el Astillero Río Santiago, en los sindicatos docentes y hospitales como el Hospital Alende, entre otros.
Nos dicen el sexo débil, porque somos fuertes. Nos quieren hacer creer que estamos solas, porque unidas no nos para nadie. Ante este flagelo aberrante que nos amenaza, tenemos que sacar todas nuestras fuerzas, tenemos que ser miles en Rosario para organizar un movimiento masivo que enfrente al femicidio y todo tipo de violencia, además de luchar por todas nuestras reivindicaciones ¡Si tocan a una nos organizamos miles!
Nuestras propuestas para votar y decidir en el Encuentro
1) ¡Ni una Menos! Subsidios, licencias laborales, refugios transitorios, trabajo con salarios mínimos iguales a la canasta básica familiar, planes de crédito a tasa cero para el acceso a la vivienda propia de las mujeres víctimas de violencia, creación de equipos interdisciplinarios de profesionales de la salud. En el sentido que plantea el proyecto Plan Integral de Emergencia contra la Violencia hacia las Mujeres presentado en el Congreso Nacional por Myriam Bregman y Nicolás del Caño. Como parte de una campaña nacional permanente contra la violencia machista.
2) Hay que frenar el femicidio, la violencia y la discriminación laboral: Que los sindicatos, centros de estudiantes y organizaciones barriales impulsen comisiones de mujeres en cada lugar de trabajo, estudio y vivienda para defender y conquistar derechos ante las patronales, las autoridades y fortalecernos en la lucha contra la violencia machista en todos los ámbitos
3) Plan de lucha nacional para exigir al Congreso el tratamiento inmediato y la aprobación del proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto ¡Ni una muerta más por aborto clandestino! ¡Anticonceptivos para no abortar, aborto legal, seguro y gratuito para no morir”
4) Absolución definitiva de Belén. Que se aplique el protocolo de abortos no punibles en todo el país
5) Que la sede del próximo ENM sea Buenos Aires
6) Que el ENM se pronuncie y de su apoyo a las gestiones obreras de Zanon (FaSinPat) y MadyGraf (ex Donnelley), al mismo tiempo que se solidarice con su fondo de lucha
7) Abajo el ajuste, los tarifazos. Basta de despidos, suspensiones, precarización y discriminación laboral y sindical.
¿Qué son los Encuentros Nacionales de Mujeres?
Son encuentros donde todos los años desde 1986, en alguna provincia del país miles de mujeres trabajadoras, estudiantes, amas de casa, jóvenes, feministas, lesbianas, nos juntamos en una misma ciudad para conversar, intercambiar, comprender más sobre nuestras vidas y fortalecer nuestra lucha y organización por nuestros derechos.
¿Cómo funcionan?
El sábado por la mañana se realiza un Acto de Apertura. Allí van llegando todas las delegaciones del país y se lee un documento general. Luego de eso, se para para almorzar y a la tarde empiezan los talleres temáticos. Este año habrá 69 talleres de diversos temas (Mujer y Violencia, Anticoncepción, Trata y prostitución, Aborto, Sindicatos, Sexualidad, Trabajo, Cannabis, entre otros). Allí sesionamos hasta la tarde y nos vamos a descansar, a conversar con otras mujeres, recorrer la ciudad. Al día siguiente, por la mañana comienzan los talleres nuevamente y seguimos debatiendo sobre cómo conquistar nuestros derechos y acabar con la violencia y la opresión a la que estamos sometidas en nuestros lugares de trabajo, en las casas, en la calle, en las camas, en las escuelas, en la televisión, en las redes sociales, en la música machista. Después de almorzar, continúan los talleres hasta que culminan con las conclusiones. Todas las mujeres del Encuentro confluyen el domingo a las 18 h en una movilización masiva que muestra toda su fuerza. El lunes por la mañana, finaliza el Encuentro con un acto de cierre donde se vota la sede para el año próximo.
Para más información: Encuentros Nacionales de Mujeres: un recorrido por una experiencia única en el mundo
¿Por qué votar y decidir un plan de acción en el Encuentro?
Como plantea Andrea D’Atri, el movimiento de mujeres y feminista tiene hitos históricos de mujeres que han desobedecido mandatos (tradiciones) y producto de eso se ha logrado nacionalizar demandas históricas como el derecho al aborto. Este es el caso del Encuentro de Rosario de 2003 y el rol de Dora Coledesky –una feminista histórica- impulsando una asamblea en el marco de aquel Encuentro, que permitió acordar un plan de lucha nacional por el derecho al aborto marcando un antes y un después en esta pelea. Este hecho parece obvio pero fue novedoso, ya que algunas organizaciones planteaban –y aún hoy lo siguen haciendo- que había que sostener tradiciones, que votar atenta contra éstas, y por ende impiden (o intentan impedir) que resolvamos planes en común. A todas las mujeres que van al Encuentro, a las que van por primera vez, a quienes fueron en varias ocasiones, a las que preferirían no votar (pero ven la necesidad de coordinar y establecer un plan común), les decimos: necesitamos irnos de este Encuentro Nacional de Mujeres con un plan de acción nacional y colectivo para frenar el femicidio, con un plan de lucha para conquistar nuestros derechos y dar una respuesta contundente mostrando la fuerza organizada, coordinada y en las calles de decenas de miles de mujeres a lo largo y ancho del país. Proponemos que todos los talleres del Encuentro voten esto y un plan de acción de conjunto (ver propuestas) y que en el acto de cierre seamos miles las que propongamos que el próximo Encuentro sea en Buenos Aires.
Medios de comunicación: ¡a Rosario para frenar los femicidios!
La Izquierda Diario va a cubrir el Encuentro Nacional de Mujeres minuto a minuto, dándole voz a las mujeres que van a Rosario a enfrentar los femicidios y por sus derechos. Todos los medios masivos de comunicación tienen que estar ahí para difundir la lucha de las mujeres. No queremos que sólo se muestren los asesinatos de mujeres o difundan programas sexistas como el de Tinelli, que nos cosifican o victimizan, ni sólo ser una noticia cuando nos matan, o nos consumen. ¡Queremos que en todos los medios de comunicación se muestre que se está poniendo en pie un gran movimiento de mujeres de todo el país para enfrentar los femicidios!

Myriam Bregman
Abogada en causas de lesa humanidad. Fundadora e integrante del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH). Diputada nacional (MC) y dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Intervino en numerosos juicios contra los genocidas de la última dictadura militar, como el de Etchecolatz, Von Wernich y la megacausa ESMA. Fue abogada de Jorge Julio López y una de las impulsoras de la lucha ante su desaparición. Impulsó, junto a trabajadores de Pepsico y Kraft-Mondelez, la denuncia por el espionaje ilegal de la Gendarmería, conocido como "Proyecto X".