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Red Internacional
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Petroleros. Paran equipos de YPF en Vaca Muerta: “Están reventando a los trabajadores”

Esta mañana comenzó la medida impulsada desde el sindicato, que exige el aumento de dotaciones. La flexibilización laboral y los ritmos de trabajo extenuantes se profundizaron con la pandemia.

Viernes 5 de febrero de 2021 12:19

El sindicato de Petroleros Privados de Neuquén, Río Negro y La Pampa anunció esta mañana un paro en los equipos que prestan servicios a YPF. La principal afectación es a los equipos de perforación y de workover.

Guillermo Pereyra, secretario general del sindicato, desde una asamblea informativa que se realizó en Añelo, dijo que “están reventando a los trabajadores. No tienen ni tiempo para comer porque solo buscan establecer nuevos récords de fracturas sin aumentar la gente en las dotaciones de cada equipo”.

La medida de fuerza se da en el marco de una serie de negociaciones que venía manteniendo el sindicato con la petrolera sobre las condiciones en las que se venía perforando en la cuenca neuquina. El sindicato planteó en una reunión hace 15 días que se sumara un cuarto operario en los equipos de perforación y fractura, algo a lo que las petroleras se resisten en pos de reducir los “costos operativos” en Vaca Muerta.

Sobre las condiciones de trabajo, Guillermo Pereyra se muestra sorprendido al sostener que “no cumplen con las dotaciones mínimas, como hacen el resto de las empresas y eso afecta a la salud física y mental del trabajador. No se puede buscar batir récords a costa de reventar a la gente”.

La adenda del CCT 644/12 prevé dotaciones mínimas. En un contexto donde las operadoras están en una carrera de velocidades por ver quién fractura más al menor costo, se pasó de 4 etapas a un promedio de 8 etapas diarias. El mismo Pereyra tuvo que reconocer el impacto de esto “en la seguridad del trabajador que es sobreexigido al punto que no tiene tiempo para comer o hacer sus necesidades”.

Como habíamos anunciado desde este medio en repetidos artículos, los ataques que dejó pasar el sindicato petrolero impactaron de lleno en las condiciones laborales. Un año con despidos, suspensiones y una seguidilla de ataques a las condiciones de trabajo que vienen de tiempo atrás, con la adenda petrolera que precarizó aún más el trabajo en boca de pozo. Jornadas de doce horas, no pago de horas extras ni horas “taxi”, aumento en los ritmos de producción con una dotación mínima, accidentes evitables y muertes obreras, son el resultado de años de la política pro patronal del sindicato petrolero y la complicidad del Gobierno en cada ataque que repercute de lleno en las y los trabajadores.

Desde que se firmó la adenda, estos han sido algunos de los cambios que impactaron de lleno en la vida y el bolsillo de trabajadores petroleros:

Las empresas, encabezadas por YPF, aprovecharon la crisis previa a la pandemia y luego la pandemia misma, para imponer conquistas más estructurales y retomar su propia reforma laboral. Desde el 2017 en adelante aplicaron su plan: que trabajen menos personas, más intensamente y con mayores riesgos. ¿Cómo?

  • Profundizaron la reducción de las dotaciones. En el caso de mecánicos, eléctricos y soldadores, las dotaciones se adecuarán a las necesidades de los equipos de perforación y workover, pudiendo ser compartidas por más de un equipo según lo defina la empresa o sus contratistas.
  • Se acordó la realización de desmontaje, transporte y montaje (DTM) nocturno, sin especificar las tareas habilitadas ni bajo qué medidas de seguridad se realizan.
  • Se eliminaron las “restricciones de atención exclusiva entre yacimientos en un mismo ámbito”. Los trabajadores pasaron a ser convocados a realizar sus tareas diarias en lugares distintos a los habituales, y la empresa puede asignarles tareas distintas cada día.
  • Se estableció la posibilidad de subcontratación de PYMES que emplean personal fuera del convenio por períodos de hasta 30 días.
  • Parte de los items que componen el sueldo pasaron a tener carácter no remunerativo. Es decir que no aportan a la seguridad social ni se tendrán en cuenta para el cálculo de aguinaldos o indemnizaciones. La negociación entre sindicato y empresas por eliminar las “horas taxi” (es decir, del tiempo que requiere el viaje de las bases a los yacimientos) iba en el mismo sentido.

Para rematar, la paritaria 2020 se dio por finalizada pagando $ 5.000 por mes, porque en varias de las actas firmadas establecieron un bono no remunerativo de $60.000 a cobrar en dos cuotas: una fue en noviembre de 2020 pasado, y otra en febrero de 2021. Con esos $60.000 se terminó la paritaria.

Para las grandes multinacionales se trata de un vuelto con el que pretendieron suavizar un ataque en las condiciones laborales que viene hace tiempo y donde el sindicato lejos de defender a los trabajadores, actúa como árbitro defensor de las petroleras en cada conflicto. Mientras la bronca por abajo sigue acumulándose.