Trabajadores de los hospitales de Tehuantepec y Juchitán, Oaxaca, realizan paros en protesta por las malas condiciones para laborar y por el incumplimiento de los gobiernos federal y estatal de mejorar las condiciones del sector salud tras el sismo del 7 de septiembre.
Viernes 24 de noviembre de 2017
El día de ayer jueves 11 de noviembre, trabajadores del Hospital General de Tehuantepec iniciaron un paro de labores en solidaridad con el personal del hospital de Juchitán, Oaxaca, quienes exigen la construcción un de nuevo centro de salud junto con otras demandas, ya que el anterior colapsó con el terremoto del 7 de septiembre.
Los trabajadores de Tehuantepec reclamaron también la entrega de uniformes en buen estado, dotación de medicamentos y contratación de más personal, todo ello ante el incumplimiento de las promesas de Servicios de Salud de Oaxaca (SSO).
Francisco Javier Hernández Quiroz, delegado sindical de Tehuantepec señaló la falta de medicamentos, inmobiliario, instrumento de trabajo y falta de pagos para realizar sus labores en los nosocomios, además de la sobre población de pacientes, que está afectada por un gran número de padecimientos. De esta manera denunciaron el abandono del gobierno federal y estatal al sector salud, el cual se encuentra sobresaturado producto del sismo y donde la casta política no ha puesto atención por tener sus ojos apuntando a las elecciones del 2018.
La crisis que se vive hoy en el estado de Oaxaca tiene que ver con la imposición de la “normalidad” por parte de los partidos patronales en el poder, ya que la politización que generó en cierta manera el movimiento telúrico resultaba peligrosa para el gobierno, así que este decidió frenarla a partir de enviar al ejército a acaparar las labores de rescate, así como utilizar grandes campañas mediáticas para contener a la población y que esta no se organizara de forma más amplia. Buscando lograr que la percepción de normalidad se estableciera como un sentido común, para seguir aplicando sin resistencia los planes de los de arriba.
En una situación parecida se encuentran las escuelas que sufren el abandono por parte del Estado desde hace ya un par de décadas, donde su situación precaria se agudizó y salió a relucir con los terremotos del 7 y 19 de septiembre, y que ahora se están convirtiendo en posibles focos de inconformidad. Es decir que tanto la salud y la educación no han sido atendidos por estos gobiernos, los cuales sólo piensan en la privatización de estos sectores, ahí es donde la población trabajadora y explotada reciente los efectos de estas políticas.
Por ello se presenta lo que vemos hoy en Oaxaca (aunque no únicamente ahí), hospitales y escuelas destruidas u hospitales y escuelas sobresaturadas, las cuales no pueden ofrecer atención de más calidad gracias al abandono del que son presa.
Por ello no se podría sólo señalar al sismo como causante de los padecimientos de la población, en realidad el principal responsable es el Estado y su política pro patronal, por esa razón es necesaria la unidad de los trabajadores como hoy lo están haciendo el personal de los hospitales de Tehuantepec y Juchitán junto con otros sectores oprimidos.