Desde Pan y Rosas Perú rechazamos las declaraciones de solidaridad que ha tenido el Colectivo Ni Una Menos Perú con el gerente de seguridad de la municipalidad de Los Olivos Daniel Urresti quien, al parecer, hace poco sufrió una agresión física cuando se encontraba desalojando violentamente a las y los ambulantes de este distrito.
Jueves 29 de agosto de 2019
Foto: redes sociales
Nosotras no nos solidarizamos con Urresti ya que este personaje desde que apareció en la política nacional siempre ha atentado contra los derechos de los más pobres con medidas represivas y violentas, justificando su accionar en una supuesta lucha contra la delincuencia. Además, porque Daniel Urresti cuando fue militar en ejercicio fue acusado de violar mujeres y asesinar al periodista Hugo Bustios.
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Las feministas del Ni Una Menos Perú, asumen esa postura amparadas en su visión del feminismo liberal, la cual las lleva a desligarse de las necesidades e intereses de la clase trabajadora, incluso de la clase trabajadora femenina que hoy es una parte considerable de nuestra Población Económicamente Activa PEA.
Para ellas, el problema de las mujeres se reduce únicamente a la violencia física que podamos sufrir, dejando de lado otras formas de violencia como la violencia económica que se expresa en el desempleo, sub empleo y el trabajo precario que millones de mujeres padecemos en el Perú.
Con esto no menospreciamos la violencia física que padecen miles de mujeres, pero tampoco olvidamos que las mujeres trabajadoras, las estudiantes, las campesinas, somos las que tenemos que, además de enfrentar esa violencia machista, enfrentarnos al desempleo, la precariedad laboral, la inflación, los bajos salarios y para paliar esta crítica situación y poder subsistir junto a nuestras familias, muchas veces nos vemos obligadas a realizar actividades como el trabajo ambulatorio.
Rechazamos, por ello, categóricamente la hostilización y la violencia que sufren, por parte de las municipalidades, las y los compañeros ambulantes de los diversos distritos de la ciudad de Lima. Ya que esta actividad es una respuesta social frente al incremento del desempleo que hoy vivimos en el Perú, el cual afecta significativamente a las mujeres y a miles de trabajadores desempleados y sub empleados, quienes se dedican a vender productos en la vía pública bajo la modalidad de ambulantes para de esa manera ganar algo de dinero y así poder sobrevivir junto a sus familias.
Expresamos, por tanto, nuestra solidaridad con las trabajadoras y trabajadores ambulantes que vienen enfrentando casi todos los días los desalojos de la vía pública, promovidos por las diferentes municipalidades distritales de Lima, como aquella en la que trabaja Urresti, quienes los agreden físicamente y se mofan de su condición de pobreza estigmatizándolos como delincuentes. Así pues, desde este espacio los instamos a seguir organizándose y mantenerse firmes en su lucha por un trabajo que les permita subsistir. Así mismo, hacemos un llamado a los otros gremios de trabajadores de todo el país y a las organizaciones feministas a rodear de la más amplia solidaridad a las y los trabajadores ambulantes de Lima.