La conducción de la UOM negocia la paritaria en medio de un clima tenso: las negociaciones con el FMI y las elecciones de la UOM. Pide 40%, 15% menos que la inflación estimada por el Banco Central.
Miércoles 9 de marzo de 2022 10:07
El secretariado de la Unión Obrera Metalúrgica y las cámaras empresarias negociaron los salarios de más de 200 mil trabajadores y trabajadoras.
Desde el gremio piden un aumento del 40%, con una revisión en octubre. El número no es casual. Es el que propuso el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, hace algunas semanas. El problema es que el Banco Central analizó todas las estimaciones de inflación y le arrojó un número un poco más alto: 54,8%.
Antonio Caló pide un 40% a pagarse en 3 cuotas: la primera de 20% para abril, 10% en julio y 10% para octubre.
¿Qué dicen los empresarios? Que “puede ser”, pero no les cierra que la primera cuota sea de 20. Quieren arrancar más abajo. La cuestión no es menor: el salario metalúrgico, como el de toda la clase trabajadora, viene atrasado en relación a la inflación. Perdió más del 20% en los últimos 5 años. Los empresarios no quieren la más mínima recomposición, ni siquiera un alivio por unos meses.
La insistencia de Caló en una primera cuota alta no es un rapto de combatividad. En estos meses se realizan las elecciones de las 54 seccionales de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). Caló y algunos de sus aliados en el Secretariado quieren “defender” e incluso recuperar terreno. No solo mostrando alguna “conquista”, sino también con maniobras contra las listas opositoras, aunque todas sean parte del sindicalismo peronista. En Morón hay denuncia de fraude y compra de candidatos. En Quilmes-Berazategui Francisco “Barba” Gutiérrez acaba de perder la conducción de la seccional después de 38 años.
Las paritarias se dan en ese marco. Pero también en medio de las negociaciones con el FMI. Uno de los puntos “calientes” del acuerdo es la inflación y la “carrera” precios y salarios. Ya hemos explicado que uno de los objetivos del Fondo, históricos, es bajar el salario real. Por eso el techo del 40%. Pero el pacto con el FMI le quita cada vez más utilidad a las revisiones paritarias. Porque justamente el acuerdo incluye revisiones trimestrales por parte del organismo. Ellos terminarán decidiendo si hay que ajustar más, cuánto se puede gastar, cuánto hay que ahorrar para la deuda, cómo tiene que sea la relación inflación-salarios.
Por eso hay que seguir de cerca la paritaria metalúrgica: será un dato de cómo piensa encarar la CGT la cuestión salarial ante la vuelta del Fondo a la Argentina.
