La última sesión del pleno del Congreso peruano resolvió este jueves dar por admitida la moción de vacancia del presidente de la República Pedro Castillo. El debate y votación para decidir la destitución del mandatario se realizará el próximo 7 de diciembre.
Viernes 2 de diciembre de 2022 11:09
En horas de la noche de este jueves el Congreso de Perú admitió con 73 votos a favor, 32 en contra y 6 abstenciones el trámite de la moción de vacancia presidencial contra Pedro Castillo. Así mismo, se aprobó que el mandatario deberá presentarse ante el Parlamento el próximo 7 de diciembre para hacer su defensa, ya que ese mismo día se hará el debate y la votación correspondiente para definir si se destituye o no a Pedro Castillo.
En un año y medio que lleva Castillo al frente del ejecutivo, esta es la tercera vez que la oposición del Congreso peruano presenta una moción de vacancia contra el mandatario, las anteriores iniciativas destituyentes, que fueron promovidas por sectores de la ultra derecha, no alcanzaron el número suficiente de votos (87) para poder concretarse.
Recordemos que la primera moción de vacancia presidencial fue presentada en noviembre del año pasado. Esta iniciativa sólo tuvo 46 votos a favor, por tanto no llegó a ser debatida en el Pleno (para ello necesitaba 52 votos). El segundo intento se dio en marzo de este año y llego más lejos ya que la moción si fue admitida a debate con 76 votos a favor. Sin embargo, en la discusión final, la moción sólo tuvo 55 votos, quedando muy lejos de los 87 necesarios.
En esta oportunidad se han sumado nuevos sectores políticos a esta iniciativa destituyente, incluso cuatro congresistas de Perú Libre (el partido por el que Castillo llegó al Gobierno) votaron a favor, a los cuales se sumaron congresistas de las bancadas de Fuerza Popular, Renovación Popular, Avanza País, Somos Perú y Alianza para el Progreso (APP), así como los denominados no agrupados.
El principal promotor de esta nueva moción de vacancia presidencial es el Congresista de centro derecha Edward Málaga. Esta moción aduce una presunta "permanente incapacidad moral" del mandatario, lo cual lo imposibilitaría, a decir de los sectores destituyentes, para seguir en el cargo. Málaga sostiene además que "el irresponsable desmantelamiento de la administración pública y el copamiento clientelista de las instituciones del Estado" serían las razones que justificarían la vacancia presidencial.
Las aseveraciones del Congresista Málaga y de los congresistas destituyentes se sostienen en las denuncias e investigaciones promovidas por la cuestionada Fiscalía de la Nación por supuesta corrupción contra el mandatario y en las investigaciones que se vienen llevando adelante en contra de los exministros Juan Silva y Geiner Alvarado.
La mayoría de las denuncias e investigaciones contra Pedro Castillo tienen como base las declaraciones de los llamados “colaboradores eficaces” (que pueden declarar en contra de un imputado a cambio de beneficios), quienes en su momento estuvieron cercanos al presidente.
Sin embargo, parecería ser que la principal y real motivación que habría llevado a que los Parlamentarios de los diversos bloques políticos, incluyendo a un sector de la izquierda que llevo al gobierno a Pedro Castillo (Perú Libre), se animaran a impulsar una nueva moción de vacancia, tendría mucho que ver con la posibilidad de cerrar el Parlamento que el mismo Castillo y sus Ministros habrían esgrimido hace unos días atrás, a través de la figura de la negación de la cuestión de confianza al el primer ministro Aníbal Torres, lo que terminó en su renuncia y un cambio general del gabinete de Castillo.
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A esta nueva arremetida destituyente contra el presidente Pedro Castillo, se suma el reciente acuerdo de la Comisión de Constitución del Congreso de la Republica, en el cual se aprobó la reducción de votos para suspender al Presidente, así como la iniciativa que autoriza la posibilidad de adelantar las elecciones generales para el 2023. Esta última medida, para poderse concretar, requerirá - como se trata de una reforma a la Constitución - de una votación calificada (87 votos) en dos legislaturas o 66 votos y deberá ser ratificada en referéndum.
Como se ve, la polarización entre el Poder Legislativo y el Ejecutivo, lejos de amainarse o entrar a un “periodo de tregua” y conciliación como les sugirió la reciente comisión de la OEA, se mantendrá, e incluso se profundizara en los próximos días. Mientras tanto, la deslegitimación y descredito de estos dos poderes del estado crece cada día ya que los problemas sociales que aquejan - sobre todo a los trabajadores y a los sectores de menos ingresos - se acrecientan y no tienen una respuesta ni en el Parlamento ni en el Ejecutivo.