El 1º de marzo, los trabajadores públicos de Atacama iniciaron un paro por la continuidad de la entrega del “Bono Atacama”.
Martes 12 de abril de 2016
El intransigente rechazo del Gobierno, lo transformó en un combativo paro, demostrando la disposición a la lucha de los trabajadores, y cómo una pequeña demanda se transforma en un hecho político de los trabajadores.
Una justa demanda y la intransigencia del Gobierno
Durante el 2015, el Gobierno entregó un bono ante el alto costo de la vida y los bajos sueldos. Recordemos que además esta Región sufrió los efectos sociales de las catástrofes naturales, por la pobreza y precariedad de la vida, en una zona rica, de extracción minera, industria portuaria y pesquera.
Este año, declaró que no seguiría entregando el bono, amparado en la desaceleración económica y el consecuente “ajuste fiscal”, anunciando que no afectaría al pueblo trabajador. Falso: es lo que usaron como excusa para no seguir entregándolo. Decidieron el ajuste para descargarlo sobre los hombros de los trabajadores. Pero, estos últimos no se resignaron y el 1º de marzo iniciaron un paro.
Un combativo paro: disposición a la lucha y dinámica de las demandas
El paro es con movilización. Concentraciones y marchas. Avances en los niveles de coordinación, movilizándose conjuntamente los trabajadores públicos de todas las comunas de la Región. Más de 30 acciones combativas, con cortes de rutas y calles, con barricadas, enfrentando la represión policial, con toma de lugares públicos y funas a las autoridades. Incluyó un paro nacional en solidaridad de la ANEF, ganar la adhesión de otros sectores sociales como los padres y apoderados de colegios, concentraciones en solidaridad en La Moneda. El 22 de marzo, se hicieron parte del paro nacional de los trabajadores que convocó la CUT. Todos los trabajadores públicos de una Región combativamente movilizados.
La dinámica de las movilizaciones es esa: de una demanda mínima, y justa, se avanza a combativos paros y movilizaciones. Lo vimos en distintas ocasiones. Las demandas por media hora de colación, se transformaron en paros nacionales de los trabajadores portuarios; las demandas por el cumplimiento del Acuerdo Marco, se transformaron en paros nacionales con tomas de yacimientos de los trabajadores subcontratistas de Codelco; las demandas contra la Carrera Profesional Docente se transformaron en una “rebelión de las bases” entre los profesores; la demanda por un bono comprometido se transformó en el largo paro del Registro Civil. Aún no logran triunfar completamente, avanzan y retroceden, pero muestran el germen de un nuevo movimiento de los trabajadores.
Con ese combativo paro con movilización, empujaron a que los parlamentarios de la zona, y los alcaldes, intentaran mediar con reuniones en Santiago para preparar una tardía “mesa de trabajo” que los trabajadores denunciaron que era para desgastar. El Gobierno no logró este objetivo. Mandó primero al subsecretario del Interior, Aleuy y después a la subsecretaria de Economía, Natalia Piergentili: las dos veces rechazaron entregar el bono, hablando de un indefinido “Plan Maestro de Desarrollo”, intentando dividir a los trabajadores, ofreciendo vagos beneficios para los que tengan sueldos inferiores a los $500 mil y fondos de inversión a los Municipios. Intentan debilitar prosiguiendo las siguientes conversaciones en Santiago, para quitarse la presión de los trabajadores movilizados. La dirigencia de la CUT regional se dispuso a los términos del Gobierno, aunque aún está abierto.
Fortalecer la movilización
Hay que derrotar los intentos del Gobierno de desgastar y dividir. Para esto, hay que fortalecer el paro y la movilización. ¿Cómo? Transformarla en un Paro Regional de todos los trabajadores, sumando a los trabajadores mineros, portuarios, de la industria, el comercio y los servicios. La CTC y la Unión Portuaria de la región, deben convocar a un paro de sus bases.
Las negociaciones deben seguir realizándose en Copiapó, y todo acuerdo debe ser discutido y aprobado o rechazado por asambleas de base. Se puede vencer. Los trabajadores públicos de Atacama muestran un camino para todos los trabajadores de Chile, que igual que ellos, sufren el alto costo de la vida con bajos sueldos.