Testimonios de trabajadores y trabajadoras de apps, en el marco de jornadas de protestas, paro y represión. Así tratan las empresas y el Estado a los y las “esenciales”.
Juana Galarraga @Juana_Galarraga
Viernes 8 de mayo de 2020 23:38
Trabajadores de aplicaciones de reparto protagonizaron jornadas agitadas entre el jueves y el viernes de esta semana. El viernes hubo paro y movilizaciones en distintas ciudades del país. El reclamo básico fue de dos puntos: aumento del 100 % en el cobro por reparto y elementos de seguridad e higiene entregados por las empresas. La medida, tal como pasó en el paro internacional de repartidores de hace semanas, tuvo distinto nivel de acatamiento según el lugar.
Te puede interesar: Repartidores de aplicaciones: "¡Al paro por nuestros derechos!"
Te puede interesar: Repartidores de aplicaciones: "¡Al paro por nuestros derechos!"
El jueves a la noche la policía de la ciudad de Córdoba reprimió salvajemente una concentración de repartidores. Las imágenes y la bronca contra la policía trascendieron rápidamente a través de las redes.
Ya es hora
El epicentro de la protesta de este viernes fue la Ciudad de Buenos Aires. Allí se reunió la concentración más nutrida. Durante la mañana, una caravana de trabajadores en motos y en bicicletas con los uniformes de todas las empresas de delivery, marchó desde el Obelisco hasta el Ministerio de Trabajo de avenida Callao.
“El aumento es muy importante. Estamos expuestos en la calle y aún así las empresas no nos aumentan. Lo segundo sería que no nos dan elementos de higiene, alcohol en gel, tapabocas, entre otras cosas” manifestó a La Izquierda Diario una trabajadora de aplicaciones migrante, frente a la puerta del Ministerio. Tenía el uniforme de Pedidos Ya. Sin embargo, cuenta que trabaja también para Rappi y para Glovo: “Es que no todo el tiempo todas tienen la misma demanda. Siempre ando conectada con las tres, si no suena una, suena la otra”.
Podés leer: Repartidores de Apps hacen paro y se movilizan por el centro porteño
Podés leer: Repartidores de Apps hacen paro y se movilizan por el centro porteño
“Ellos ganan mucho más que nosotros y nosotros nos estamos arriesgando. No nos apoyan con la indumentaria, nos hemos dado cuenta que en los pedidos hasta nos quitan la propina en el caso de Rappi. Por eso es que estamos exigiendo el aumento, porque el pedido mínimo es de 40 pesos por tres kilómetros. O sea tres kilómetros de nafta para llevarlo más dos kilómetros y medio para irlo a buscar. O sea, no lo vemos coherente para la situación”, sostuvo otro joven trabajador migrante, desde arriba de su moto. “Esperamos que el Gobierno, tanto de Argentina como de todos los países nos escuchen, hablen con las empresas de delivery para que entiendan, lleguen a un acuerdo y nos hagan un aumento coherente. Ya es hora que nos escuchen”, finalizó.
Más allá del papel
Esta caravana fue escoltada por efectivos policiales. Al llegar al Ministerio, logró que representantes de la Asamblea de Trabajadores de Reparto sean recibidos por las autoridades de la Secretaría de Relaciones Laborales. “Presentamos estos dos puntos principales y un pliego de reivindicaciones con el cual solicitamos una audiencia formal, que se abra un expediente y que el Ministerio interceda en nuestra relación laboral que no está regulada con las empresas”, manifestó uno de los representantes a este diario.
Leé también: Relato de una repartidora rebelde en la pandemia: “Somos esclavos del siglo XXI”
Leé también: Relato de una repartidora rebelde en la pandemia: “Somos esclavos del siglo XXI”
“Sumamos el cese de despidos y suspensiones que se vienen dando en Argentina y a nivel internacional. Las empresas tienen la posibilidad de bloquear nuestra herramienta de trabajo y con eso atomizar la organización. También el reclamo de justicia por Emma y Franco y los trabajadores accidentados y fallecidos durante la actividad laboral, que al no estar reconocida todo seguro y gasto corre por cuenta de nuestras familias”, continuó el joven repartidor. “No tenemos representación sindical de ningún tipo, por lo tanto esta fue la manera que encontramos de visibilizar el reclamo y de tener una respuesta con alguien de carne y hueso, más allá de un call center que terceriza la empresa para tomarnos un reclamo administrativo. Más allá de que nos hayan firmado un papelito que puede llegar a significar nada, realmente el movimiento que se está generando creo que es lo más importante”.
Grandes enemigos, grandes desafíos
En La Plata hubo una concentración en Plaza Moreno frente al Municipio, que viene siendo el punto de encuentro para protestas de distintos sectores de la juventud precarizada. El día anterior habían estado allí trabajadores de Amiplast y de Malvinas. Hubo una asamblea donde los trabajadores debatieron sobre cómo continuar.
Leé también: Fuerte paro de repartidores de apps en La Plata
Leé también: Fuerte paro de repartidores de apps en La Plata
Desde Rosario, otra localidad donde el paro había sido convocado, testimonios denunciaron que las empresas operaron fuertemente para desactivar la medida. Juegan con la necesidad. “Hoy Rappi pagó extras de $500,00 a los cadetes. Las apps hicieron promociones por demás ventajosas para los clientes y muchos tenían miedo de que les quiten pedidos si paraban”, informó una fuente anónima.
En Córdoba el reclamo por aumentos y elementos de seguridad e higiene se combina con un fuerte repudio por el acoso policial constante. Trabajadores y trabajadoras de apps vienen sufriendo el maltrato, los golpes y el basureo de la policía, además de la precarización de siempre y la exposición al virus.
Más información: La Policía de Córdoba reprimió protesta de repartidores: hay detenidos
Más información: La Policía de Córdoba reprimió protesta de repartidores: hay detenidos
Según relató una trabajadora, este jueves estaban desconcentrando después de juntarse en Patio Olmos. La policía llegó y sin previo aviso empezó a golpear a los repartidores que estaban más lejos. “Hubo dos detenidos: uno porque lo tiraron de la moto y otro porque estaba ahí y empezó a filmar lo que estaba pasando. Se llevaron a dos pero se hartaron de golpear compañeros”. Allí, este viernes trabajadores realizaron una caravana en repudio a la represión.
“La jornada del paro en Mar del Plata fue bastante buena. Esperábamos un poco más de gente en la caravana pero la pandemia lo complica. Igual hubo mucha gente que adhirió al paro pero que no participó en la caravana”, sostuvo un joven desde la ciudad costera. “Mientras tanto, hay que seguir haciendo asambleas entre los repartidores para ver cómo seguimos”. Allí, al igual que en Capital, se expresó el repudio a la represión en Córdoba.
Trabajadores repartidores de la zona norte del Conurbano bonaerense, se acercaron hasta la movilización de CABA. Allí llevaron un ejemplo de organización muy valioso. Contaron cómo se están organizando en conjunto con la cooperativa Madygraf, que siendo una gráfica bajo control obrero reconvirtió su producción para producir sanitizante de alcohol y elementos de seguridad como mascarillas. Con esos elementos, repartidores organizan una comisión de seguridad e higiene.
Impulsan una reunión virtual:
Para que la coordinación de la juventud precarizada en Mar del Plata no se detenga, Axel, joven trabajador de Glovo, envía la invitación a una reunión virtual a realizarse este sábado, a horas del paro.
Una red de resistencia y organización de toda la juventud precarizada
El trato que reciben estos trabajadores y trabajadoras por parte de las empresas y el Estado, no se condice con su condición de esenciales. Tampoco el recibido por el personal de supermercados y otros sectores. Como muestra este breve recorrido, los enemigos son enormes y la pandemia suma escollos a la organización, pero la juventud los viene desafiando. La Izquierda Diario viene mostrando sus luchas, en Argentina y el mundo.
Hasta ahora las empresas han tenido impunidad para estafar bajo la figura legal que el mismo Estado utiliza para precarizar: el monotributo. Así niegan estas multinacionales, ante los ojos de los gobiernos, la relación laboral. Han tenido libertad para perseguir activistas y desvincularlos cuando intentan organizarse, ante la mirada cómplice de los sindicatos que lejos de tomar sus demandas, los dejan en banda. Las empresas cuentan con las fuerzas represivas del Estado que reprimen a los trabajadores para silenciar reclamos. A las empresas que cometen todo tipo de atropello, nadie les opone ninguna dureza, salvo los sectores que empiezan a levantar la cabeza. Lo mismo han demostrado trabajadores de casas de comidas rápidas y call centers.
Las acciones hechas hasta ahora marcan el camino. Dan cuenta de una energía y ganas de organizarse que empiezan a despuntar, sobre el caldo de una bronca y un hartazgo profundo. Son los primeros pasos en la organización de una juventud que tiene por delante el desafío de hacerse más extendida. Una fuerte red de organización de la juventud precarizada, para unir lo que los poderosos dividen, a través de las trampas de todas las empresas y las traiciones de los sindicatos, es la única forma de constituir una fuerza que les demuestre que sus ganancias no valen más que nuestras vidas.