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Red Internacional
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CABA. Paro docente: no es sólo el calor, es la falta de infraestructura escolar

Este martes 14, los docentes realizan un paro convocado por el sindicato porteño Ademys, junto a estudiantes y familias que se organizan ante las agobiantes jornadas en las escuelas en medio de la ola de calor. Cortes de luz y agua, gravísimos problemas edilicios y falta de recursos básicos como ventiladores y agua fría son algunos de los aspectos que vuelve imposible el desarrollo de las clases con normalidad.

Martes 14 de marzo de 2023 09:00

La realidad de la enorme mayoría de las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense contrastan sobremanera con los cómodos y frescos despachos de los Ministerios de Educación: establecimientos con graves problemas de infraestructura, falta de recursos esenciales y sin acceso a servicios básicos para desarrollar la jornada escolar, reciben a diario (en estas condiciones y con 40° de térmica) a miles de docentes y estudiantes que año tras año reclaman y exigen su atención ante los oídos sordos de los funcionarios. Las consecuencias de la crisis climática son alarmantes y preocupantes: en Argentina estamos atravesando un verano que batió récords históricos, superando ampliamente las temperaturas esperables para marzo. En este marco, en la zona del AMBA, continua la ola de calor más prolongada de la historia que ya lleva más de una semana. Mientras tanto, el día a día en las escuelas es sofocante.

Ante este escenario, desde el inicio del ciclo lectivo, son muchas las escuelas que comenzaron a organizarse para reclamar ante la falta de condiciones para el desarrollo de las clases. El caso de la Escuela de Comercio N°12 de Villa Lugano es elocuente: van ocho días consecutivos de suspensión de actividades por cortes de luz. Tanto de un lado y del otro de la General Paz el panorama se repite: descompensaciones por golpes de calor, instalaciones eléctricas precarias que no soportan ventiladores prendidos (cuando los hay y funcionan) y sucesivos cortes de luz y de agua son sólo algunos de los tantos aspectos que hoy impregna la agobiante cotidianeidad en las escuelas.

Durante estas semanas y frente a la falta de condiciones que vuelven insoportable habitar las aulas, fueron numerosas y diversas las iniciativas que se llevaron adelante como "semaforazos", "sentadas" de estudiantes secundarios, "faltazos masivos" convocados por estudiantes y familias y cortes de calle como el de la tarde del lunes, en el barrio de Barracas, en el cual la comunidad educativa de varias escuelas del barrio dijeron basta y se manifestaron en una numerosa concentración en la intersección de Av. Velez Sarsfield e Iriarte. Al respecto, Federico Puy, maestro de la Escuela Normal N°5 de Barracas y secretario de prensa del sindicato porteño Ademys, expresó "esto también es por una política totalmente extractivista y feroz de saqueo de los recursos naturales, que acelera el calentamiento global, el cambio climático, y hace que estemos viviendo estas olas de calor. Esto es responsabilidad tanto del Gobierno porteño como del nacional, que están con esta política desde ambos lados".

Frente a los sucesivos reclamos para paliar la situación de docentes, estudiante y familias de las escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires, la única respuesta del gobierno porteño y su ministra de Educación, Soledad Acuña, fue el envío de botellitas de agua a las escuelas. No sólo no resolvieron los problemas edilicios ni equiparon las escuelas con los recursos necesarios para afrontar esta situación sino quetampoco quisieron tratar en la Legislatura el proyecto de emergencia presentado por la legisladora del PTS-FITU, Alejandrina Barry, que establece una partida presupuestaria para la compra de ventiladores, aire acondicionado y suministro de agua fría en las escuelas a la vez que denuncia que durante los últimos diez años el presupuesto educativo respecto a la infraestructura escolar lo redujeron en un 43%.

En este marco, el martes 14 las y los docentes porteños comenzaron un paro convocado por el sindicato Ademys, llevando las demandas de cada escuela a una asamblea abierta al conjunto de la docencia y comunidad educativa a desarrollarse el mismo día para evaluar cómo seguir.