En la instancia se hizo parte la nueva ministra de la Secretaria General de la Presidencia, Ana Lya Uriarte, una de las piezas clave tanto para la derecha como para el oficialismo, para darle continuidad al Plan B del gobierno, posterior al plebiscito del 4 de septiembre.
Jueves 8 de septiembre de 2022
FOTO: Agencia UNO
Una jornada marcada por las tensiones entre el senado y la cámara de diputados, fue la que se vivió el día de hoy en el Congreso Nacional. Una instancia que contó con la dirección del presidente del senado, Álvaro Elizalde (Partido Socialista), el presidente de la cámara de diputados, Raúl Soto (Partido por la Democracia), y la gran nombrada de estos últimos días, la estrecha colaboradora de la ex presidenta Bachelet, y actual ministra Segpres, Ana Lya Uriarte, contando a la vez, con la participación del conjunto de los líderes de las distintas colectividades del régimen. Esto en el contexto de las negociaciones para dar rienda al nuevo proceso constituyente, posterior al triunfo del rechazo el pasado 4 de septiembre.
Una tarde que comenzó con una serie de descoordinaciones y problemáticas en cuanto al espacio que se debía llevar a cabo la reunión, la cual finalmente se desarrolló en la sala Jaime Guzmán, un hecho no menor considerando lo que simboliza la imagen del principal artífice de la constitución de 1980, en plena dictadura de Pinochet.
De acuerdo al medio El Mostrador, la ministra Segpres señaló: “el Gobierno quiso estar presente en esta instancia, pues estamos disponibles a acompañar y facilitar en todo lo que sea necesario y que el Congreso requiera respecto de este proceso. Hoy se inicia un proceso de conversación, acuerdo, para el desarrollo del proceso constituyente para que nuestro país tenga una nueva Constitución”.
Y también agregó: "Nosotros vamos como Gobierno a acompañar este proceso con plena disposición y con el mejor de los ánimos poniendo a disposición, por ejemplo los profesionales y expertos técnicos que tenemos que pueden aportar antecedentes, información, informe, de por ejemplo, legislaciones constitucionales comparadas, etc. Pero nosotros no vamos a estar emitiendo opinión”.
De igual manera, a este hipócrita canto a la unidad se sumaron el presidente del senado, Álvaro Elizalde, y el presidente de la cámara bajo, Raúl Soto. El primero manifestando que “hay una voluntad de seguir dialogando para ponernos de acuerdo en un mecanismo democrático, participativo, institucional que nos permita avanzar hacia una Constitución nacida en democracia y que sea expresión de un apoyo transversal en la sociedad chilena.”; mientras que el segundo “tenemos un mandato del Presidente respecto de iniciar las conversaciones para un acuerdo de una nueva hoja de ruta para un cambio constitucional en conjunto con el Senado y el Ejecutivo (…) más temprano que tarde tendremos un acuerdo transversal”, de acuerdo a lo signado por el medio La Tercera.
Desde la derecha, no pudo faltar la palabra del actual presidente y senador por Renovación Nacional (RN), Francisco Chahuán, quien el día de ayer no dudo en ocultar su satisfacción, en que Uriarte llegara a la Secretaría General de la Presidencia:
“Nos encontramos con varias sorpresas respecto a que había distintos partidos que habían planteado mecanismos distintos para los efectos de poder avanzar respecto de ese proceso (...) y tomamos la decisión de que no avanzáramos en los temas de orden, que nos diéramos los plazos para que ello ocurriera, y propusimos la posibilidad de generar una comisión técnico política que pudiera abordar estas temáticas a partir del día lunes en adelante”.
También se sumó a las declaraciones el presidente de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Javier Macaya, quien señaló:
“En el proceso originario uno tiene muchos errores que no puede volver a cometer. Ponerle pausa, reflexión y sentido de estado a esta conversación es muy importante. No hay que tomar decisiones apresuradas, tenemos una conversación que se retoma el lunes. Estamos convencidos de que tiene que ser fructífera, pero también hay aspectos formales que son importantes. No puede ser una conversación donde la fuerza política de 18 o 15 partidos, que son los movimientos de izquierda, esa no es la proporción que existe en la representación parlamentaria”.
Pugnas, chicanas y el envalentonamiento de una derecha revanchista
Luego del enorme terremoto generado por el triunfo del rechazo, la derecha vive sus primeros días de regocijo, donde más allá de las reconfiguraciones y posiciones post plebiscito, resulta notorio el envalentonamiento en sus posturas y discursos, incluso haciéndose presentes, una serie de humillaciones hacia el gobierno, y en particular al Frente Amplio y al Partido Comunista. Expresión fue de esto fue la comentada bajada a último minuto de Nicolás Cataldo de la Subsecretaría del Interior, manteniéndose en el cargo el PS, Manuel Monsalve. Un claro golpe de mesa por parte de la derecha dirigido directamente al Partido Comunista, quien se encuentra viviendo hoy en día, su peor crisis como colectividad al interior del gobierno.
Por otra parte los desencuentros en las reuniones con el equipo de hacienda, liderado por el ministro Mario Marcel, en materia tributaria, y colocando alarmas en la discusión provisional, evidencian que derecha no tiene ningún escrúpulo en aprovechar el momento de notoria debilidad en el que se encuentra el gobierno de Gabriel Boric. Y en este mismo sentido, parece que el propio gobierno aún no logra recomponerse de la derrota vivida durante el día domingo.
Sin embargo más allá del clima de desmoralización que se ha expresado durante estos días, ya desde el día lunes, diversas movilizaciones estudiantiles, específicamente del movimiento de secundaries, ha buscado instalarse como una contratendencia al escepticismo que embarga a importantes sectores. Desde la concentraciones en Plaza Dignidad, hasta las ocupaciones y evasiones masivas en el Metro de Santiago.
Es esta genuina respuesta de organización y lucha, la que debemos retomar en las calles, frente al fraude constituyente al que nos quieren llevar el gobierno y la oposición en unidad, dejando atrás todo el trayecto vivido desde la rebelión de octubre, que dio inicio el 2019. Una experiencia de la que debemos extraer lecciones, y salir nuevamente a las calles, por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana basada en la movilización, y un plan de emergencia que responda a las necesidades del pueblo trabajador, frente al aumento en el costo de la vida, el trabajo precario, y un sistema económico, político y social, absolutamente desconectado de las urgencias de las grandes mayorías asalariadas.