×
×
Red Internacional
lid bot

VALLE DE MÉXICO. Pasan a semáforo rojo Ciudad de México y Edomex, se mantiene abierta la industria

Sin pruebas masivas y periódicas, con más de 116 mil muertes admitidas por las autoridades, destaca en medio del anuncio que se mantiene la actividad industrial porque se considera “esencial”, independientemente de qué produzcan. Una vez más, las ganancias de los empresarios van por delante.

Viernes 18 de diciembre de 2020

En conferencia de prensa conjunta, Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno, Alfredo del Mazo, gobernador del Estado de México, y el subsecretario de salud Hugo López-Gatell hicieron el anuncio. Dieron a conocer que se suspenderán las actividades no esenciales desde el 19 de diciembre al 10 de enero.

Las actividades que los gobiernos de la Ciudad de México y el Estado de México declararon como esenciales son:

  • Venta de alimentos sin preparar y preparados, pero exclusivamente como servicio de entrega.
  • Relacionadas con energía, transporte, manufactura y salud
  • Servicios funerarios, financieros, de telecomunicaciones y construcción.
  • Venta y fabricación de medicamentos, tanto en venta final como en la cadena de proveeduría.
  • Talleres de reparaciones y refacciones.
  • En el sector público, actividades relacionados con sectores tributario, seguridad, obra pública y agua.

Y en todas estas actividades, de acuerdo con las autoridades, se deben mantener los protocolos de salud establecidos: lavado de manos, uso de cubrebocas y sana distancia.

Esta nueva cuarentena se anuncia cuando el Estado de México llegó a una ocupación hospitalaria del 75%, igual a junio, y la tendencia es al alza, según declaró el priista Alfredo del Mazo. Otro tanto sucede en la Ciudad de México, de acuerdo con las declaraciones de Claudia Sheinbaum.

Mientras tanto, resalta que entre las actividades esenciales se mantenga la manufactura. Sólo se justifica la actividad de aquellas fábricas que produzcan insumos para combatir la pandemia, como equipo de protección personal, respiradores, tanques de oxígeno, ambulancias, camas de hospitales, medicinas o productos esenciales, como alimentos, agua potable y productos desinfectantes para limpieza. En todos los demás casos, las y los trabajadores que con su labor garantizan la producción deben definir si cancelan actividades o reconvierten las líneas de producción para fabricar insumos para atender esta emergencia sanitaria.

Incluso en estos casos, son las y los trabajadores quienes pueden definir las medidas de seguridad para evitar brotes de la enfermedad o resguardarse a ellos y a sus familias en el caso de que surjan contagios. Es urgente poner en pie comisiones de seguridad e higiene, en forma independiente de la burocracia sindical y de la patronal, en cada centro de trabajo que mantenga actividades en esta contingencia.

La responsabilidad es de las autoridades

Llegar a este agravamiento de la situación no es solo que el mundo está en pandemia. El virus SARS-CoV-2 no se ha podido contener por las erradas políticas públicas de los gobiernos de todo el mundo, incluyen el de AMLO.

Sus mensajes contradictorios sobre la pandemia, no usar el cubrebocas, la persistente negativa a usar fondos públicos para adquirir pruebas que se realicen todas las personas que presenten uno solo de los síntomas o que hayan estado en contacto con casos confirmados o sospechosos, avalar que haya empresas que hasta ahora incluso obligan a asistir a trabajadoras y trabajadores sospechosos de haber contraído la covid-19, todo eso llevó a la situación actual.

Ahora mismo, las y los trabajadores del sector salud, quienes combaten en la primera línea de la pandemia, están protestando en distintos puntos del país por falta de insumos y de pagos. Es urgente unificar los reclamos y rodearlos de la más amplia solidaridad. A las direcciones sindicales sus bases deben exigirle que rompan de inmediato la tregua que han mantenido con el gobierno. Hay que exigir la adquisición de pruebas masivas y periódicas hasta tanto se pueda llegar a vacunar a toda la población. Porque nuestras vidas valen más que las ganancias de los empresarios.