El pastor, reconocido por su historial de ataques contra la comunidad LGBTTI, no dejó pasar la oportunidad y arremetió nuevamente contra la diversidad sexual a través del programa “El Interruptor”, que es animado por José Miguel Villouta.
Martes 20 de junio de 2017
Ataque homofóbico del Pastor Soto contra José Miguel Villouta - YouTube
El día de ayer la plataforma de Youtube del canal “Via X” subió un video de 5 minutos en el cual muestra el comienzo de la entrevista que tenía preparada el equipo del programa al pastor evangélico Javier Soto, la cual termina subitamente tras los reiterados ataques del entrevistado hacia el conductor y la comunidad LGBTTI.
El personaje en cuestión comienza la nota realizando una oración para invitar a “Jesucristo” al panel para que se haga presente a través de su palabra y para que pueda “sanar” a quien tenga que hacerlo. Hecho esto y comenzando la entrevista con la primera pregunta por parte de Villouta, Soto procede a sacar la bandera símbolo de la diversidad sexual para usarla como “posapies”, tachándola de “trapo de inmundicia” y mencionando también que es el objeto que usa a través de su compaña contra la agenda de la diversidad.
Javier Soto ha protagonizado una serie de ataques tremendamente ofensivos contra el movimiento LGBTTI, principalmente en el congreso, buscando presionar a los parlamentarios que hoy se muestran a favor de los derechos de la diversidad. Esta ocasión no fue la excepción, insultando en directo al conductor del programa, reconocido en los medios por su orientación sexual.
Como movimiento de la diversidad sexual no podemos permitir este tipo de acciones tremendamente homofóbicas y que alientan a que se sigan cometiendo crímenes de violencia contra nosotras y nosotros. El pastor Soto, lejos de ser un personaje aislado, representa a un sector de la sociedad que busca preservar la moral conservadora en Chile, amparándose en la iglesia y en el espacio que el Estado le cede al callar frente a estos actos. Hoy más que nunca necesitamos un movimiento de la diversidad que encare los problemas de los sectores LGBTTI más precarizados de esta sociedad, muchas veces oprimidos y hasta asesinados en silencio, a la sombra de un Estado neoliberal y gobernado por los empresarios y la iglesia; necesitamos un movimiento que no se calle frente a estos actos y que organizado a través de sus espacios junto a estudiantes, trabajadores y mujeres, busque barrer con todos estos actos de violencia homolesbotransfóbica.

Ignacio Ocampo
Militante de la agrupación "Pan Y Rosas"